miércoles, 5 de mayo de 2010

Que los hechos hablen por sí solos para que resplandezca la Verdad

Compañeras y compañeros de la Plataforma de Derechos Humanos:

Un fraterno saludo para todas y todos. Mi gratitud está con Uds. por haberme incluido como parte del equipo que tendrá como tarea ofrecer a la comunidad nacional e internacional un documento objetivo y fidedigno que dé cuenta de los acontecimientos que se dieron en nuestro país a raíz del golpe de estado. Tal designación (cuando hay tantas personas valiosas en el país) la considero un honor dada la prestancia y el prestigio de las otras personalidades incluidas. También lo es por la limpia trayectoria de las distintas instituciones y personas que conforman la Plataforma de Derechos Humanos.

Trataré de no defraudar esa confianza y cualquier línea que suscriba estará respaldada por los hechos. Parafraseando a mi entrañable amigo Julio Escoto, a nuestra edad, ya no se puede mentir. Por elemental respeto a la propia conciencia, y ya cuando estamos en la recta final de la vida, no vale la pena falsear o distorsionar la realidad para favorecer a ningún grupo o persona.

En otras palabras, que los hechos hablen por sí solos para que resplandezca la Verdad. Así, con mayúsculas. La que no puede ser escamoteada con declaraciones mentirosas porque tarde o temprano, las acciones deleznables salen a luz. Ello se comprueba con el inesperado descubrimiento del archivo secreto de la policía de Guatemala en donde, punto por punto, las fichas elaboradas y los documentos comprueban lo que la Comisión de la Verdad afirma en los distintos tomos del informe final (al respecto, no es ocioso recordar que el documental cinematográfico La Isla, premiado en varios eventos internacionales, da cuenta, justamente, de ello).

Pero volviendo al hilo de lo que venía diciendo, dije que era un honor. Pero también es un deber. Un deber para con el noble pueblo hondureño que, desde hace treinta años me paga un salario con el cual he podido sacar avante a mi familia. Sería indigno, pues, traicionarlo. Indigno, zafar bulto para no comprometerme.

Contando de antemano con la imprescindible colaboración de todos y todas, haré lo posible para no desmerecer en su confianza.

Fraternalmente,

Helen Umaña




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