Patricia Murillo, 22 de mayo de 2010
“Claro que sí, póngalo como quiera, pero es un GOLPE, le respondió el presidente Porfirio Lobo Sosa a un reportero de la Cadena CNN en Español, que le preguntó si lo ocurrido el 28 de junio de 2009 fue un golpe de Estado”. (Tiempo, 20 mayo de 2010).
Lo anterior recién sucedió en Madrid, España, y denota el estado de conocimientos que ha adquirido Pepe Lobo acerca de lo que son los más cavernarios asaltos al Estado de Derecho aquí o en la Cochinchina y lo que hasta hace poco llamaba “esa cosa” hoy lo tiene claro ante el mundo y ante los hondureños: esa amorfa cosa de antes es nada menos que el crimen más grande que se puede dar contra una sociedad civilizada: un golpe de Estado.
Y esto nos hace recordar: las palabras de Vilma Morales Montalbán, anterior presidenta de la Corte Suprema de justicia, negociadora de Micheletti (trabajaron junto en Hondutel) durante la dictadura y ahora presidenta de la Comisión Nacional de Banca y Seguros, (no sueltan el presupuesto público), cuando pregonada en La Prensa del siete julio: “Manuel Zelaya al momento de ser sacado del país el domingo 28 de junio ya no era presidente de Honduras, por lo tanto no existe golpe de Estado que la comunidad internacional insiste en señalar”.
Y agregó: “Publicar el sábado 27 el decreto ejecutivo PCM-020—2009 con fecha del 25 de junio cesó ipso facto (les encanta los latinismos a los juristas golpistas, sino allí tienen a Enrique Ortez Colindres, a Oswaldo Ramos Soto por ejemplo), según lo determina el articulo 239 de la Constitución”.
Y lea bien amigo, los argumentos de esta señora: “La Constitución se defiende sola (¿), expulsa de su cargo a las personas que intenten derogar y por eso al momento de la publicación del decreto (¿sería otro gacetazo, Vilma Morales?) Zelaya cesó de su cargo, él mismo se autoexcluye.
Y como si fuera poco en el circo montado en los medios que gustaron hacer el juego a los golpistas, la presidenta Noroccidental de la Asociación de Jueces y magistrados de Honduras (Asojmah) Norma Iris Coto, también jueza de Sentencia (al igual que los despedidos jueces Ramón Enrique Barrios, Guillermo López Lone y Luis Alonso Chávez, así como la magistrada Tirsa Flores Lanza) decía esa misma fecha que:
“La Constitución es muy clara cuando habla de la sucesión del poder. En el caso de Roberto Micheletti, él asumió la presidencia porque Elvin Santos, electo vicepresidente, renunció a su cargo para dedicarse a su candidatura por el Partido liberal”.
En este caso dice la jueza (que extrañamente no ha sido sometida, igual que los jueces que desfilaron con las camisas blancas a favor del golpe de Estado, a procesos disciplinarios como sus pares que sí dieron la cara por la legalidad), “en ese caso, el artículo 242 de la Constitución de la república, designa el orden de la sucesión y al no haber vicepresidente, el siguiente es el presidente del Congreso Nacional, que era Roberto Micheletti Bain”.
Y la citada Asociación de Jueces emitió un comunicado que proclamaba: “Sobre los acontecimientos que siguen ocurriendo en el país la Asojmah respalda las acciones ejecutadas el 28 de junio por las Fuerzas Armadas (¿y si luego les toca ver causas contra los uniformados… tendrán legitimidad para hacerlo?), porque éstas se basaron en órdenes judiciales basadas en autoridad competente (¿se atreven hoy a volverlo a afirmar?)”.
Y sigue el comunicado: “Como resultado de la acción militar que hizo valer las decisiones judiciales emitidas por autoridad competente y logró hacer prevalecer la Constitución Política y el Estado de Derecho (¿un mundo al revés sin duda?) y dejan constancia que las FF.AA. actuaron en base a un ordenamiento jurídico.
Y la jueza Coto ni corta ni perezosa ensalzaba así esa aberración llamada golpe: ”Honduras le dio una lección de democracia y de respeto a las leyes a Latinoamérica y al mundo entero aun cuando la prensa internacional, gobiernos y organismos no han comprendido aún el contexto y la esencia de este caso y han condenado a Honduras viendo los viejos paradigmas de los golpes de Estado (coincidimos, pues éste va en la línea moderna de los smart power o golpes inteligentes)”.
Y se llena de gozo la togada al exclamar: ”Eso no opaca lo grandioso y la lección que este pueblo está dando, ya que sin derramamiento de sangre (ya habían asesinado al primer mártir de la Resistencia, Isis Obed Murillo y no con las balas de goma de Ramón Custodio López) se ha alzado para defender su Estado de Derecho” (será el de las elites y las transnacionales, jueza, jamás el del 80 por ciento del pueblo oprimido y usted como servidora pública lo sabe muy bien).
Así que el mandatario Lobo allá en Europa dio una lección de cabo a rabo a los golpistas del patio y fuera de él, al decirle al mundo que SÍ fue un golpe de Estado y por conclusión se sobreentiende que jamás hubo la mal llamada Sucesión Constitucional como muy bien lo explicó el profesor universitario y honorable juez de Sentencia hondureño Ramón Enrique Barrios, en su artículo del mismo nombre publicado en Tiempo (el diario que se lee primero), el 28 de agosto de 2009 y que tanto ha dolido a la Corte Suprema de Jorge Rivera Avilez.
No nos digan que también emprenderán un cazabrujismo contra Porfirio Lobo, el que bien conoce acerca de los derechos humanos violados a nuestra gente, especialmente la más humilde, esa que vive con menos de dos dólares al día, dado que fue defensor de los mismos en los ochentas allá en Olancho.
Y por tanto jamás querrá Lobo que su conciencia quede marcada por esa sangre de compatriotas cuyo único pecado fue y es, ejercer su sagrado derecho a la defensa de la Patria y en contra de los que la han sacrificado, olvidando que son nada más que subordinados del pueblo, el único soberano que más temprano que tarde les pedirá cuentas.
Fuente: tiempo.hn
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