En la rupestre pintura
de farallones y cuevas,
Madre, está inscrita tu silueta.
Y tu nombre secular
en las rocas donde sueñan
las osas hormigueras
y meditan las nerviosas tacuazinas.
Al entrar al umbral de la gruta
saludé a la esbelta Ceiba,
la gigante centinela,
-ombligo entre el cielo y la tierra en
cuyas ramas milenarias
vuelan, besando las orquídeas,
y hacen sus nidos gorrioncitas
y colibríes libertarios.
En la alborada de la esperanza
las mariposas matizan
el espectro de colores infinitos.
Madre, matriz de la vida,
hija de la Madre Tierra,
cuando era embrión
aprendí en tu vientre
la utopía de tus sueños,
sobre la heroica Resistencia.
Asimilé el camino de la no violencia.
Gandhi marchó con las madres de la sal
y dijo con su paciencia infinita:
"La lluvia de la justicia
mojará la tierra
y los ojos secos por el llanto
con el rocío del amanecer".
En este siglo XXI,
Madre. No hablaré de las penas
¡Celebraremos la vida!
Hasta en el dolor y en el sufrimiento.
Porque estamos en resistencia
contra el patriarcado.
Porque es el mundo del hombre nuevo,
y la mujer nueva.
Madre, compañera de la vida,
tu nombre es libertad.
Está escrito en las calles,
en los muros, en los suelos,
en los aires y en los vuelos
de las mariposas, colibríes y gorriones.
Con la tinta indeleble
de la sangre de las mártires
y los vividos colores de la tierra.
Cada madre campesina, indígena,
obrera, garífuna ,intelectual,
feminista; y de la diversidad sexual,
son artistas del graffiti,
poetas de los sueños de amor
y el vientre universal
donde nace la libertad.
Madre, tu espíritu vive:
¡Vive en la resistencia popular!
No hay comentarios:
Publicar un comentario