Mientras la empresa privada se muestra satisfecha con el paupérrimo incremento de doce lempiras diarios (68 cvs. dólar) al salario mínimo de los trabajadores hondureños, la dirigencia obrera considera la acción, como una burla más del gobierno para la clase trabajadora y anuncia una movilización en todo el territorio nacional.
En cadena nacional de radio y televisión el gobierno de la República, a través del Secretario del Trabajo, Felícito Ávila, dio a conocer el decreto ejecutivo que con el propósito de “mantener la paz” en el país, incrementa en trecientos ochenta y seis lempiras mensuales (12. 86 lempiras) diarios a partir de septiembre, el salario mínimo de los obreros que laboran en las empresas que dispongan de más de 50 trabajadores.Los trabajadores de las empresas con menos de 20 empleados, no recibirán ajuste y seguirán ganando los 5,500 lempiras mensuales, aprobados en diciembre de 2008 por el gobierno de Manuel Zelaya.
El artículo 1 del decreto también excluye de este incremento a los trabajadores de las maquilas comprendidos en zonas Libres (ZOLI) y Zonas Industriales Procesamiento (ZIP), quienes seguirán devengando los mismos salarios que tenían hace dos años. La industria maquiladora emplea en Honduras a unas 125 mil personas, quienes no tendrán derecho a mejores condiciones de vida.
El salario mensual en la industria maquiladora es de tres mil ochocientos noventa y cuatro lempiras con sesenta centavos (3, 894. 60). Los obreros de este rubro en su mayoría son personas que llegaron del campo a la ciudad y que tienen responsabilidades familiares, que hasta hoy parece no importarle al gobierno y a los inversionistas quienes lo único que han demostrado es su interés en producir al más bajo costo.
El año anterior, los trabajadores de las maquilas también se quedaron fuera del decreto de aumento al salario mínimo, el entonces presidente de la república, Manuel Zelaya, había dejado pendiente la negociación para este rubro, pero debido a su derrocamiento en el mes de junio, la acción no fue posible.
El miserable salario versus una canasta básica carísima
Recientemente el Instituto Nacional de Estadística dio a conocer que sólo la canasta básica de alimentos para una familia de cinco miembros tiene un valor de 6,500 lempiras. Esto sin tomar en cuenta los gastos de alquiler, calzado, vestuario, medicamentos y diversión entre otras necesidades. Pero, ¿será que los obreros de las maquilas no tienen derecho a vivir dignamente?
No puede dejarse de mencionar que en enero de 2007 los trabajadores de empresas o unidades productivas de los departamentos de Olancho, Santa Bárbara, Valle, Choluteca y El Paraíso, fueron perjudicados con el decreto 001-STSS que permite la diferenciación salarial que los obliga a devengar salarios inferiores a los devengados en otras regiones por labores similares. Estos trabajadores solo podrán ganar dos mil novecientos ochenta y dos lempiras mensuales, de acuerdo al decreto aprobado por el gobierno.
La decisión gubernamental, además de perjudicar a los trabajadores con el pírrico porcentaje aprobado, también evidencia irrespeto a la legislación nacional al desobedecer el mandato de la Ley de Salario Mínimo de fijar el aumento salarial de manera retroactiva desde enero. La decisión gubernamental autoriza al empresariado a incrementar el salario a partir de septiembre.
Ante la inconformidad de la clase trabajadora, se anuncian acciones de protesta en diferentes regiones del país y la dirigencia obrera no descarta medidas legales para la restauración de los derechos de los obreros.
A inicios de año cuando se instaló la comisión negociadora del salario mínimo, los representantes de las centrales obreras propusieron un aumento del 30 por ciento y mostrando voluntad para negociar bajaron sus pretensiones a un quince por ciento.
Los representantes de la empresa privada acostumbrados a la explotación laboral desde el principio se mostraron renuentes al dialogo e incluso, argumentando que el aumento durante el gobierno de Zelaya Rosales fue en más de un 30 %, debería congelarse para los próximos años. Al final aceptaron un 3.5 por ciento.
A mediados de mayo, al declararse desiertas las negociaciones, empresarios y obreros dejaron en manos del ejecutivo la fijación del salario mínimo. Sin embargo, mostrando incapacidad para tomar decisiones el gobierno dilató el decreto que favoreciendo a los empresarios desconoce la retroactividad contemplada en la Ley.
Contrastando con la realidad del país y a diferencia de lo que sucede con los obreros, generadores de riqueza, los Secretarios del gobierno humanista y cristiano se recetaron incrementos de 10 mil lempiras mensuales cada uno (unos 550 dólares) a su salario que ya era bastante elevado.
Extraoficial trascendió que los Secretarios de estado de 80 mil lempiras mensuales, pasaran a ganar 90 mil, equivalentes a más de 25 salarios mínimos de los que devenga un obrero de la maquila que trabaja largas jornadas. Se conoció que los 10 mil lempiras fueron asignados bajo la figura de gastos de representación.
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