GUATEMALA. Una de las principales organizaciones indígenas de Guatemala criticó al Presidente Álvaro Colom por la inauguración de la segunda mayor hidroeléctrica del país, Xacbal, construida con capital hondureño por una empresa israelí, afirmando que contaminaría los caudales de los riós y acusándolo de "vende patria".
"El gobierno de Álvaro Colom traiciona una vez más a los pueblos Mayas de Guatemala, al entregar a las empresas transnacionales el territorio y los ríos de la región Ixil y Q’eqchi", en el norte del país, afirma en una nota de prensa la Coordinación y Convergencia Nacional Maya Waqib’Kej.
Colom inauguró el martes HidroXacbal, situada en Chajúl, Quiché, unos 200 km al norte del país, que generará unos 94 megavatios, con una inversión que ronda los 250 millones de dólares, según la presidencia guatemalteca.
"La actitud racista, y vende patria del presidente Colom se hizo evidente una vez más con la inauguración de ese proyecto en Chajul y con la concesión, por 50 años, del caudal del río Cholomá y sus quebradas, en Senahú, donde se pretende construir otra hidroeléctrica", aseguran.
"Waqib' Kej y sus organizaciones condenamos estos nuevos atropellos contra los pueblos Ixil y Q’eqchi y responsabilizamos al gobierno y a la municipalidad de Chajul por los destrozos, la contaminación, el desplazamiento forzado y la conflictividad social que desatarán esos mega proyectos, que sólo benefician a las empresas con el negocio de la electricidad", sentencia.
La central energética, la más grande que se edifica en los últimos 20 años, fue financiada por el Grupo hondureño Terra y construida por la empresa israelí Solel Boneh.
El presidente del grupo, Fredy Nasser, dijo que la firma hondureña aportó 30% de la inversión y que el 70% restante fue financiado por los bancos G&T Continental (guatemalteco), Banco Centroamericano de Integración Económica, Royal Bank of Trinidad y Tobago y los bancos de desarrollo de Holanda y Alemania.
Se espera que hacia fines de este año inicien operaciones las hidroeléctricas ubicadas en Tucurú (Alta Verapaz, norte), que generará 19,6 MW, y la de Palo Viejo, en San Juan Cotzal (Quiché, norte), con 84 MW.
Los indígenas alegan que la hidroeléctrica fue rechazada por las comunidades en una consulta popular, por lo que "se preparan para resistir contra esta iniciativa".
"Guatemala es signataria de los convenios y pactos internacionales sobre derechos humanos, los cuales se violentan al entregar el territorio del pueblo Maya a las compañías transnacionales", puntualiza la entidad maya.
Las hidroeléctricas, la minería a cielo abierto y la renovación por 15 años de un contrato para explotar petróleo por parte de la empresa francesa Perenco le han acarreado una serie de críticas a Colom por parte de indígenas, ambientalistas y hasta la Iglesia católica. (Tomado de Diario Tiempo.hn).
Fuente: ellibertador.hn
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