sábado, 19 de junio de 2010

Portavoces del empresariado y de la Fuerzas Armadas conducen al caos

Ha sido el asesor jurídico del Ministerio Público, Rigoberto Espinal Irías quien en esta semana denunció a la opinión pública que en Honduras se está tratando de desarrollar una especie de caos en materia de gobernabilidad y cuya consecuencia más directa sería la creación de una nueva administración pública. “Lo que veo es algo muy cercano a la famosa “Teoría del Caos”, que significa desestabilizar a un país, desorganizarlo para reorganizarlo de nuevo”.
Sigue diciendo Espinal Irías que los principales protagonistas son quiénes piden la destitución de los titulares de la Corte Suprema de Justicia. Lo que les interesa es el desorden social para poder alcanzar un rompimiento constitucional defenestrando un poder del estado y llegar a su plan de tener una Asamblea Nacional Constituyente, una nueva constitución y una nueva formación económica social.
El caso es que entre el Mundial de Sudáfrica, la cercanía al 28 de junio y las muchas noticias desconcertantes que diariamente nos asaltan nos tienen al borde del “infarto político”. Un presidente amenazado de golpe de estado, un reconocimiento internacional que amenaza pero no llega, una élite política que se va de safari futbolero, un país que queda entre designados presidenciales evasivos y vergonzantes y … ahora, ¡cómo no podía ser menos!, la amenaza apocalíptica de la “teoría del caos”.
Sin embargo, todo eso se asemeja a las “vuvuzelas” de nuestra realidad política: hacen gran ruido y ocultan los problemas de fondo. Lo que vivimos en Honduras no es la “teoría del caos” sino la “realidad del caos” y eso debido a que hay realidades que impiden la vida democrática y una sociedad más inclusiva. El mayor delito, nos decía el gobierno de facto, consistía en atentar contra los artículos pétreos de nuestra constitución. Sin embargo, el caos se produce cuando queremos petrificar una realidad social a base cambiar las leyes y la institucionalidad del país.
Nos referimos a dos hechos fundamentales: la “leyes para la generación de empleo” y el debate en el Tribunal Supremo Electoral acerca del papel y función de las Fuerzas Armadas. Los empresarios siguen con su ofensiva contra el mundo del trabajo a base de legalizar el empleo temporal, desentenderse de los derechos sociales, el pago de horas extras, las prestaciones y el seguro social. Y, como después del golpe del estado se volvió a militarizar la sociedad, las Fuerzas Armadas son causa de polémica.
El caos y la polarización social vienen causados cuando se quiere suprimir el Código del Trabajo, las leyes y conquistas laborales, la supresión de las organizaciones sindicales y, en definitiva, eliminar de un plumazo a un sector social como es el sector organizado. Es el único con capacidad crítica y contrapeso para enfrentar a un empresariado con rasgos cada vez más totalitarios. En igual sentido, el intento de “legalizar” un gobierno conjunto con las Fuerzas Armadas lo cual significaría reducir la vida democrática a su mínima expresión.
Terminamos recordando al señor Espinal Irías que su “teoría del caos” se está aplicando al pie de la letra por actores políticos que son portavoces del empresariado y de la Fuerzas Armadas. Ellos sí son ciertamente quiénes conducen al caos, la ingobernabilidad y polarización del país.

Nuestra Palabra, Radio Progreso 18 de junio de 2010

Fuente: Vos el soberano - Radio Progreso


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