viernes, 11 de junio de 2010

La OEA, Insulza y Manuel Zelaya Rosales

Galel Cárdenas

Por más maniobras, manipulaciones y enajenaciones de la verdad política nacional que impulse el gobierno Lobo Sosa y los golpistas incrustados en su gobierno con su venia y decisión, no se puede ocultar ante la prensa y los organismos internacionales que el proceso del golpe de Estado sigue en pie, a través de una máscara o maquillaje denominado elecciones del año 2009.

Y es que es condición sine qua non para el reconocimiento internacional del presente gobierno porfirista que se desarrollen varios puntos que están en la agenda de las relaciones mundiales, en donde no se quiere que el delito del golpe de Estado y los demás conexos a su implementación, sigan impunes como hasta ahora sucede.

Entre tales puntos es necesario esclarecer y puntualizar lo concerniente a la situación internación del Gobierno hondureño, según la carta dirigida al Secretario General de la OEA, por su asesor jurídico, Rasel Tomé.


El gobierno de Lobo Sosa no realiza realmente los esfuerzos para desmarcarse de la crisis del golpe de Estado que se practicó en Honduras en el año 2009 ya que antes bien los pasos van encaminados a encubrir los responsables del acto criminal contra la Constitución nacional y la patria.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido las reiteradas violaciones a los derechos humanos en Honduras, asimismo lo han manifestado la Relatoría de las Naciones Unidas, la American Watch, Aministía Internacional, el Codeh, Cofadeh y en general todos aquellos organismos dedicados a la protección de los derechos del hombre contemporáneo.

La Comisión de la Verdad ha sido integrada e instalada para ocultar lo sucedido el 28 de junio de 2009, ha sido configurada con la participación de golpistas no sólo reconocidos, sino, antes bien, militantes activos de este atroz delito político a nivel continental, con el agravante cínico y descarado de excluir al momento de su conformación a la Resistencia Nacional y a los familiares de las víctimas que sufren todavía los embates de una justicia precisamente injusta.

Es una Comisión de la Verdad a la cual se le ha prohibido investigar a fondo estos crímenes inauditos en el Siglo XXI, delitos de lesa humanidad que siguen siendo invisivilizados por el gobierno de Porfirio Lobo Sosa.

Paralelamente, el decreto de amnistía que fuese aprobado por el Congreso Nacional, partícipe directo del golpe de Estado, fue redactado y aprobado solamente para perdonarse a sí mismo y a los demás protagonistas de este hecho vergonzoso a nivel continental.

Ahora resulta que el gobierno de Lobo Sosa los ha incorporado en altos cargos, produciendo así un maridaje en donde se borran las fronteras de la más mínima ética gubernativa ante los hechos acaecidos en junio retro próximo.

La reconciliación es una mascarada y una ópera bufa que a nadie convence de tal perspectiva de unidad nacional. Sencillamente no existe ningún intento serio por demostrar lo contrario y, más bien, la persecución, el asesinato y la represión política se ha mantenido como políticas gubernamentales expresas o clandestinas para reprimir los campesinos de la región del Aguán, y hasta a los docentes hondureños se les quiere reformar el Estatuto del Docente con el fin de dañarlos y castigarlos por su beligerancia en el proceso de resistencia nacional.

El solo anuncio de externar oficialmente la posible repatriación del ex presidente Manuel Zelaya Rosales ha activado de inmediato las estructuras golpistas que subyacen en el terreno de la política nacional, y han declarado con desfachatez rayana en la contumelia vergonzante, que están listos ya todos los implementos correspondientes al golpe de Estado del actual gobernante transitorio, incluyendo la prenda íntima que sirve para pernoctar en la intimidad del hogar, de proseguir en la línea antes apuntada.

El Secretario General de la OEA, en esta nueva reunión de los cancilleres del continente latinoamericano, se debate entre los países que consideran la afrenta del golpe como un acto sin castigo y sin juicio internacional, y aquellos que como el imperio que habla por medio de su Secretaria de Estado Hilary Clinton, promotora del golpe, consideran que ya es tiempo que nuestro país vuelva al ruedo internacional porque ya ha cumplido con los requerimientos pertinentes.

Entre tanto, el ex presidente Manuel Zelaya Rosales con mucha propiedad ha denunciado a la opinión continental que mientras exista una estructura institucional jurídica que propinó el golpe de Estado en el poder político general de la nación hondureña, su regreso no puede realizarse en condiciones de respeto y protección a sus derechos humanos, mismos que en su caso fueron violados flagrantemente.
De allí que su carta dirigida a José Miguel Insulza contenga precisamente estas denuncias, reflexiones y proyecciones.

Honduras, dice la misiva, necesita de una verdadera lección en cuanto a que las democracias electas por el voto directo son de irrestricto respeto por cualquier fuerza política y militar, pero, sobre todo, necesita, establecer una detente que asegure que jamás volverá a suceder en el concierto de las naciones latinoamericanas y de los pueblos libres, un golpe más al sistema democrático panamericano.

Fuente: Vos el soberano



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