El vaso medio lleno o medio vacío
Ricardo Salgado
Hemos sido sorprendidos, de la manera más desagradable, por la explosión inexplicable de un problema entre Radio Globo y los dirigentes de la conducción del FNRP en Francisco Morazán. La onda expansiva de este hecho ha puesto a mucha gente a elucubrar de más, y muchos han vilipendiado a los dirigentes involucrados en un evento que a todas luces no implica una revisión de lealtades. Lamentablemente, me tocó escuchar gente que en la radio pedía la cabeza de los dirigentes. ¡Que bochorno!
Acto seguido estuve en comunicación con varias personas, algunas de las cuales me hacían saber que en un programa radial en Radio Uno de San Pedro Sula, despotricaban contra los mismos dirigentes, por la misma razón. Vale entonces la pena pensar con la cabeza fría, y sacar algunas lecciones valiosas de esto. Parece que este es el punto donde sale a relucir el equilibrio real de fuerzas dentro del FNRP, y todo parece indicar que la derecha maneja los hilos dentro de esta organización que es una aspiración del pueblo, pero un buen negocio para algunos.
En un proceso con poca información y muchas expresiones histriónicas, hasta Lenin y Trotsky fueron citados. Vale aquí la pena mencionar que los asistentes a la reunión informaron el martes anterior a sus compañeros de conducción departamental sobre el encuentro, y los temas que se ventilaron; en general se cumplió con el deber de participar a todos, los que tienen a bien llegar, lo sucedido.
Muchos piensan que los dirigentes deben pedir permiso para reunirse con esta o aquella persona. Yo discrepo con esto. Una conducción atada a permisos permanentes tiende a ser absolutamente inservible; eso sucede precisamente con la conducción departamental. En este espacio de encuentro, muchos llegan, pero pocos construyen. Si hay algo que debe criticarse con vehemencia es el inmovilismo que se produce en ese espacio. Muchos que han participado en él ahora dicen que en este foro no se produce ningún pensamiento.
Esto no es extraño, este espacio no está concebido para mover el frente hacia adelante. Peor aún, muchos confunden este espacio con una Dirección Nacional, lo que es absolutamente incorrecto. En general, la necesidad de caminar hacia una Dirección Nacional, luce hoy imperativa. Si se pretende seguir avanzando, se debe saltar cualitativamente. Este es un problema que debe resolverse de inmediato, no solo por el lio que se ha creado a partir de lo que parece una confusión manipulada, y sobre todo, mal formulada, sino porque la etapa de la lucha en que nos encontramos exige mayor y mejor coordinación en todo el país.
Por otro lado, debe quedarnos claro a todos que todas las luchas son esencialmente políticas; el Frente Nacional de Resistencia Popular es una organización política, y Radio Globo o Canal 36 son empresas mercantiles. No puedo entender cómo puede suceder que se aborde públicamente un asunto de lealtad de un cliente a un proveedor. En efecto radio Globo ha prestado un gran servicio a Honduras al llegar al extremo del sacrificio máximo con tal de informar, pero sigue siendo una empresa.
Como empresa la radio tiene sus políticas que no están abiertas a cuestionamiento de nadie: la posiciones de la radio, muchas veces divergen con las del FNRP (sobre el proceso electoral, por ejemplo), y sería raro que alguien dentro del frente esperará tener opción a influir la línea de información de esta estación. Así, ni el frente puede interferir en los asuntos internos de la emisora, ni la emisora puede esperar que se solicite su consentimiento para llevar adelante cualquier acción política.
Ayer, en un airado discurso desde España, el Periodista y Abogado David Ellner Romero decía, entre otras cosas, que “no permitiría que vendieran el mayor activo de la radio, que es su auditorio”. Con el respeto que me merece el señor Ellner, no debe confundirse al auditorio, que es la herramienta que se usa para vender, con el pueblo hondureño. Que nadie reflexione sobre el tema es otro asunto, pero el pueblo y su valor comercial como auditorio no son lo mismo. Si hay algo que no debemos aceptar (y lo rechazamos ya cuando se expresó así en la Visión de País golpista) es que nos vean como un activo, un bien con el que se puede comerciar.
Existen tremendos absurdos en todo este asunto, y lo mejor para la lucha del pueblo seria que todo esto fuera el producto de un evento mal entendido, y no de una acción deliberada con el propósito de producir un “descabezamiento” de la conducción departamental. Es imperativo que dejemos de lado muchas de nuestras actitudes mezquinas para posibilitar un futuro diferente del que ahora construimos.
Yo creo que yo soy la persona ideal para conducir al país, pero eso no quiere decir que esto sea cierto. Lo que hace la diferencia es mi capacidad de entenderlo. Todo evento político, los movimientos que surgen de ellos, implican un mínimo de disciplina y cohesión. Podemos estar en desacuerdo, discutir en los espacios correspondientes, pero no comprometer la lucha que ha costado tanta sangre y dolor a tantas familias, es muy peligroso coquetear con la traición.
La dirección de nuestro movimiento necesita dar espacio a nuevos cuadros, no hay duda al respecto, pero no es emulando las acciones y los vicios de la derecha que vamos a crear ese liderazgo. Mucha gente discute a diario sobre la limitada capacidad de los dirigentes de Francisco Morazán para llevar a buen norte este proceso, pero hasta ahora nadie dijo que es lo que hay que hacer.
Hacen falta resmas de papel, hace falta tinta, hace falta trabajo, hace falta apoyo, sobre eso nadie opina. Esa parte que la resuelvan otros. ¿Cómo es posible que cuestionemos la capacidad de otros, si no estamos en posición de dar el ejemplo despojándonos de nuestro individualismo y uniéndonos en la cruzada contra el enemigo de nuestras aspiraciones? Cuando escucho la opinión de que cometimos un error no participando en las elecciones de noviembre, y veo este escenario, entiendo con mayúscula claridad lo acertada que fue esa decisión.
¿Cuántas firmas llevamos? ¡Solo 300 mil! o ¡ya llegamos a 300 mil!; está en cada quien ver el vaso medio lleno o medio vacío, el problema sigue estando en como terminamos de llenarlo, ese es el quid del asunto. Mucha gente se abstiene de participar porque caen en la trampa de separar el pensamiento en categorías convenientes: hay izquierda light, centroizquierda, izquierda extrema, ultraizquierda. ¿Cómo llegamos a asimilar tantas idioteces que nos impone la propaganda oligárquica? No lo puedo explicar. Sin embargo, estoy seguro que las categorías que si importan tiene que ver quien está con el pueblo y quien no, en esto no pueden haber medias tintas.
El mensaje al final debe ser que somos, hemos sido y seguiremos siendo un movimiento político; la radio fue, es y seguirá siendo una empresa, las motivaciones de ambos son diferentes, lo que importa es si estamos o no con el pueblo. Decidir qué es lo que queremos para Honduras podría ayudarnos a saber de qué lado estamos.
Impulsemos la Dirección Nacional del FNRP, reiteremos nuestro aprecio y solidaridad a Radio Globo, y no dejemos nunca de reconocer el valor de nuestros dirigentes, muchos de los que debemos seguramente sentirnos orgullosos; pero no olvidemos que la revolución la tenemos que hacer todos.
Apoyemos, incondicionalmente a los compañeros jueces en su lucha por cambiar para siempre la administración de justicia en Honduras, volvamos los ojos hacia el Aguan, preguntemos que está haciendo el FMI, ayudemos a recolectar dos millones de firmas; ya no sigamos dándole cacao al enemigo.
Hasta la victoria siempre
20 de Mayo de 2010
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