El hecho de que Zelaya tenga un puesto e influencia en Petrocaribe debe de verse como un beneficio para Honduras, pues con lo impredecible que es la estabilidad del crudo en el mercado global (cualquier inesperada crisis dispara los precios) es mejor estar de buenas con los países petroleros.
Por Roberto Quesada
"La envidia es una declaración de inferioridad". --Napoleón Bonaparte.
En anuncio televisivo aparecen sentados uno al ladito de otro los presidentes George W. Bush y Bill Clinton, haciendo un llamado para la solidaridad con Haití. Ambos solicitan donaciones a una cuenta destinada a paliar las desgracias sufridas a raíz del terremoto en este olvidado y empobrecido país.
No es la primera vez que republicanos y demócratas, además de miembros de otras ideologías, cierran filas en torno a un problema, especialmente si es de interés nacional para los Estados Unidos.
Desgraciadamente en países como el nuestro, Honduras, la gran mayoría de políticos anteponen sus intereses personales y/o de grupos, sus odios entre contendientes y de la nación ni siquiera se acuerdan. Un buen ejemplo al respecto puede verse en la película Frost/Nixon. Equivocado o no, Nixon sí tenía un concepto de país que fue más allá de sus asuntos personales.
Partiendo de ello los hondureños/as debemos de pensar en nuestro país, y no permitir que se utilice como centro de operaciones para desestabilizar las democracias de la región. Porque esto, sin duda, a quien más perjudica es a Honduras, pues empieza a convertirse en corredor de conspiradores de un sitio a otro, en teatro de ensayos terroristas, en refugio del sicariato y la violación de los derechos humanos se vuelve rutinaria. No debemos de olvidar que en los setenta y ochenta ya tuvimos este triste papel que nos costó tantas vidas humanas de nuestros compatriotas, la violación sexual de compatriotas por parte de los contras nicaragüenses asentados al sur del país y en otras regiones, y todas las variantes de violaciones de derechos humanos.
Un columnista de un diario de Tegucigalpa cita un "análisis" del venezolano Alejandro Peña Esclusa, sobre la reciente entrevista que Venezolana de Televisión hiciera al presidente Zelaya. El "análisis" en cuestión es insulto a la inteligencia hondureña, pues este Sr. cree que somos tan ignorantes que puede distorsionar frente a nuestros ojos y oídos lo que estamos escuchando y viendo y le vamos a dar de plano la razón.
El profesor y periodista italiano, corresponsal del semanario uruguayo Brecha. Autor del libro Franco y Mussolini: La Guerra Mundial vista desde el Mediterráneo. En su artículo: "Alejandro Peña Esclusa, Josep Piqué, el cardenal Martino: piezas de los "neocons" para el pos-Chávez", escribe: "¿Quién maneja a Alejandro Peña Esclusa, el neofascista venezolano que está de gira desde hace meses por Europa y América? En su tierra no representa a nadie, es un antisemita y un golpista, pero en Roma lo recibe el Secretario del UDC [partido post-democratacristiano, N. d T.], Lorenzo Cesa y el cardenal Renato Martino y en España se entrevista con el ex presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol (...) Peña Esclusa, entró en contacto con los servicios estadounidenses y participó en el golpe de Estado contra Chávez el 11 de abril de 2002. Hoy lidera una organización minúscula, Fuerza Solidaria, que apunta manifiestamente a la instauración de nuevas dictaduras militares en América Latina: "No creemos en soluciones democráticas". Además Peña Esclusa, sin excusa, es representante de Uno América, organización conocida por su radicalismo ultraconservador.
Con ese prontuario Peña Esclusa no tiene ninguna credibilidad como forjador de democracias, agregando a ello la Fundación Carmona, de la que es socio Otto Reich y que se ha visto en plena actividad viajando constantemente a Honduras. Esto debe de preocuparnos porque la guerra de estos señores no es ni debe de ser nuestra guerra. Es más, Honduras es un país que ha demostrado su vocación pacifista y es una crueldad que por considerarnos atrasados, pobres y carentes de orgullo patrio nos estén utilizando como conejillos de indias para llevarnos a la desgracia con tal de ellos defender sus intereses personales y de grupos.
Esta nueva oleada mediática que quiere desatarse, como que la Farc entrena zelayistas, que Chávez prepara guerrillas o que los campesinos del Bajo Aguán tienen arsenales, puede que se pretenda ir creando el escenario para masacrar a nuestro pueblo con una justificación ya dada por adelantada, dicho popularmente: pretenden curarse en salud.
Dentro de este contexto existen almas en pena que quizá quieran dar una justificación tardía al paquete que no supieron vender o elaborar, la tristemente célebre "sustitución presidencial". Quizá por ello cuestionan que el presidente Zelaya ostente un alto cargo en Petrocaribe. Y no es novedad que un ex presidente asuma una posición en la empresa privada o como asesor en otro país que no sea el de él o en el propio. Esto en Europa sucede a cada rato y nadie dice nada. De hecho cuando Aznar dejó la presidencia de España y se vio urgido a abandonar el país ya que a él – por andar haciéndole comparsa a Bush-- se le responsabilizó por los ataques terroristas al metro en Madrid, inmediatamente Bush lo empleó en Washington, en Georgetown y nadie se inmutó por ello.
El hecho de que Zelaya tenga un puesto e influencia en Petrocaribe debe de verse como un beneficio para Honduras, pues con lo impredecible que es la estabilidad del crudo en el mercado global (cualquier inesperada crisis dispara los precios) es mejor estar de buenas con los países petroleros. Y Zelaya en la entrevista que cita el columnista fue enfático en el respaldo a la administración Lobo para ir buscando el camino de la reconciliación en Honduras. Esto mismo lo dijo uno de sus más cercanos asesores, el abogado Rasel Tomé, al nomás llegar al aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa.
De todas maneras Petrocaribe es una iniciativa de Venezuela pero no está sola en ello, cuando nació el 29 de junio de 2005, en la ciudad de Puerto La Cruz situada en el oriente venezolano dentro del Primer Encuentro Energético de Jefes de Estado y de Gobierno del Caribe sobre Petrocaribe, y quedando suscrito por 14 países el «Acuerdo de Cooperación Energética». Esto supone que el cargo de Zelaya es también aprobado por muchos otros Jefes de Estado.
No debe olvidarse de que Petrocaribe fue creado debido a los abusos que los buques extranjeros realizaban con los países del Caribe con respecto a la venta del petróleo, llevándolo a precios excesivos. El acuerdo de Petrocaribe está basado en la eliminación de todos los intermediarios para sólo intervenir las entidades dirigidas por los gobiernos.
Si además del petróleo a tantos productos que consumen los países pobres o en desarrollo se les quitara los intermediarios y la corrupción, sin duda que serían naciones mucho más prósperas.
A estas alturas seguir insistiendo en que no fue golpe de Estado es pura terquedad, si no bastaba con que lo dijera la OEA y las Naciones Unidas, el mundo entero, ya lo acaba de dejar por escrito el Departamento de Estado de los Estados Unidos en su informe anual sobre la situación de los derechos humanos, en donde en cuanto a Honduras se refiere llama golpe al golpe y gobierno de facto al gobierno de facto.
La situación no está fácil para el presidente Lobo, pero debe de insistirse en el camino a la reconciliación, por supuesto garantizando el respeto a los derechos humanos, a que se detengan los asesinatos políticos, la persecución, se eliminen los rostros visibles del golpe de Estado militar de su gobierno, y no debe ser delito ni tomado a mal que Lobo, tal como él mismo lo ha dicho, reciba asesoramiento y solidaridad de los expresidentes constitucionales del país si lo hacen de buena fe en cuanto al mejoramiento de nuestra nación. Y Manuel Zelaya es un ex presidente constitucional.
En todo esto, por supuesto, cae también la maledicencia criolla, pues como humanos estamos expuestos a que nos atrapen los males que corroen, y hay quienes tratan por todos sus medios de restarle méritos a Zelaya, que bien merecidos los tiene a nivel nacional e internacional, en este sentido algunos cuestionan el nombramiento de Zelaya en Petrocaribe no por convicciones ideológicas o porque se mueran por el bienestar de Honduras sino simple y sencillamente como dice un dicho que aprendí de escritores colombianos: "Porque están que se muerden el codo de la envidia".¡Qué pena por estas personas, no la tienen nada fácil! Pues como bien dijo el escritor y filósofo español Miguel de Unamuno: "La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual".
Roberto Quesada, escritor y diplomático hondureño.
Fuente: www.teleSurtv.net
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