viernes, 19 de marzo de 2010

Militares y Derechos Humanos

En la audiencia del subcomité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, realizada ayer para considerar “Los Siguientes Pasos para Honduras” de la política del gobierno norteamericano, quedó evidenciada la preocupación por “aspectos como la participación militar en el golpe de Estado del 28 de junio/09 y los derechos humanos”.

Mientras el congreso de Estados Unidos se ocupa de temas esenciales para el desarrollo y la paz social en nuestro país, como lo son el rol de los militares en la política nacional y la angustiosa situación de irrespeto a los derechos humanos, el congreso nacional de Honduras ignora estos problemas y se ocupa de cuestiones irrelevantes como la eliminación de las dispensas para los diputados y el apoyo a la Federación Nacional de Futbol.

En esta importante audiencia en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el subsecretario de Estado adjunto para América Latina, Craig Kelly, habló de que “es tiempo de avanzar y ayudar al nuevo gobierno en un esfuerzo concertado hacia el establecimiento de instituciones honestas, transparentes e inclusivas, y asegurar que otra ruptura del orden democrático del país no ocurra más”.

El discurso del subsecretario de Estado Kelly luce ahora diferente de la posición anterior, en el curso del gobierno de facto, y parece reflejar un contraste entre las actuaciones del Departamento de Estado y la Cámara de Representantes, pues en este último se toman muy en cuenta las crecientes denuncias de las organizaciones nacionales e internacionales sobre “ataques violentos contra la oposición política en Honduras, que continúan bajo el gobierno de Lobo, incluyendo 40 muertes en los últimos 8 meses”.

El señor Kelly, al referirse al restablecimiento de alrededor de 37 millones de dólares de ayuda para Honduras, cuyo desembolso se detuvo en el gobierno de facto, insiste en que esta cooperación debería ser para promover el desarrollo social y económico, reforzar las instituciones democráticas y el respeto a los derechos humanos.

Pero, en lo que respecta a la colaboración con los militares hondureños, dice que “es un elemento importante de nuestra estrategia”, pero Washington “seguirá manifestando nuestro fuerte rechazo al papel de los militares en el derrocamiento del presidente Zelaya”.

El gobierno del presidente Obama –agrega—se mantendrá “observando de cerca” el respeto de los derechos humanos y trabajará con el presidente Lobo para asegurar que aquellos que los violaron durante el golpe de Estado sean llevados a la justicia, según lo que divulga un despacho de AFP fechado ayer en Washington.

Esta audiencia del subcomité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos tiene, para Honduras, enorme importancia y no debe pasar inadvertida por el gobierno, sobre todo en estos tiempos de euforia deportiva, porque el pueblo hondureño merece más consideración y respeto.

El hecho es que este acontecimiento se produce en el congreso norteamericano después de la visita a Tegucigalpa de Otto Reich, oscuro personaje de la política terrorista de los años ’80 en América Latina y particularmente en Honduras bajo la doctrina de la seguridad nacional, y, por otra parte, después de la visita de la secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, a América Latina, en la que anunció la reanudación de la ayuda de Estados Unidos a Honduras en reconocimiento a “la exitosa conclusión de la crisis política… sin violencia”.

Un cuadro difícil de interpretar, éste, pero que definitivamente apunta a la necesidad, por parte del gobierno de Honduras, de cumplir con las reglas del juego que demanda la comunidad internacional para restituir a nuestro país en la comunidad civilizada de naciones.
Editorial de El Tiempo
Fuente: tiempo.hn
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