Es cierto que una parte de la humanidad ha estado diseñando desde hace cientos de años, como dejarnos sin mundo al resto, como hacer para que nos gane el desamor, la desesperanza y la tristeza. Es cierto que a veces lo logran y por eso están llenas las calles de tristes, los hospitales de enfermos, las cárceles de pobres, las casas de mujeres rotas.
Pero es cierto también que hay quienes insistimos en poner la belleza junto a la justicia, el bien común sobre los deseos exclusivos de esos que nos pretenden negar, y en ese lado somos muchos y muchas, ahí hay de todos los oficios, de todas las formas, los tamaños, los colores y pensamientos. Ahí en medio de esos hay muchos que cantan, que escriben, que pintan, que dicen de modos distintos los suspiros, los deseos, las rabias de tanta gente. Eso son ustedes, hermanas y hermanos artistas. Esos que tienen la gracia de poner en ritmos los pulsos, de decir en poco lo mucho, de mezclar la emoción con el color y la imagen.
Cientos de aquí de esta tierra y de otras, han estado con la resistencia de este pueblo a perder la búsqueda de la belleza por tener ahora que enfrentar a la barbarie. Este necio pueblo que a casi cuarenta días y sus noches se niega a olvidar y a amnistiar el crimen y la mentira. Nos han enviado fotos, canciones, poemas, músicas, ideas, propuestas.
El golpe sigue debilitándose y mientras tanto llevándose sangre entre los nudillos, sangre y dolor, huérfanos, impunidad, amarguras y tristezas. Cada día hay que darnos ánimos y continuar en la tarea que hemos escogido, hasta no ver lejos de nuestras calles y plazas el color de los golpistas armados defendiendo a los dueños de la patria del dinero, sus sonrisas mentirosas en los medios que mienten como oficio. Eso hacemos, todos los días. Ustedes han estado con nosotros y con nosotras, pero necesitamos más. Es importante, para los que no han llegado y son de otras tierras hermosas como esta, que vengan con sus cantos, sus pinceles, sus cuerpos y palabras a esta tierra. Somos pobres en cosas como lo verán. No tenemos mucho que ofrecer tortillas, frijoles, buen queso, ron y muchas historias. Tal vez abrazos, diálogos de guitarras, de poesías, de arte de acá, de indignación. Podemos ofrecerles mucho, estar compartiendo la lucha de este pueblo, que hoy es muchos pueblos.
Se dice que los artistas no vienen porque no tenemos dinero para que vengan, pero si han venido otros y otras que tienen menos oficio en la sensibilidad, imaginamos que podrán hacerlo como puedan y los que puedan. Hemos intentado algunas acciones pero hay quienes tienen hartas ocupaciones y compromisos ya contraídos, entendemos, pero les llamamos a repensar sus agendas, sus necesidades y sus compromisos con lo que hoy anda caminando por el centro de América y mas allá. Vengan compañeras y compañeros, hermanas y hermanos, amigos y amigas. Vengan con sus ruidos, con sus susurros, con sus letras, con sus gestos y caminen con nosotros y nosotras estas veredas que cada día hay que caminar de nuevos modos. Aquí les esperamos.
Honduras, en el año 2009, el de continuidad de la Resistencia
La resistencia desde Honduras
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