El cadáver de Renán, su novio, apareció atado y molido a golpes en el piso que compartían en Tegucigalpa. Jonathan, que afortunadamente se encontraba fuera, supo después él estaba también en la lista negra. Con 30 años, es uno de los cerca de 100 hondureños que han llegado a España pidiendo protección. “Vivía con mi chico en Tegucigalpa. Una vez que se dio el golpe de estado, decidimos marchar en las calles contra la dictadura. Antes no teníamos ninguna vinculación política, llevábamos una vida normal. Poco a poco las calles se fueron organizando, y yo empecé a cantar haciendo música protesta. Nos manifestábamos prácticamente todos los días”, relata. Entonces empezó el terror. “Fuimos testigos de cómo asesinaban a personas en estas marchas. El riesgo comenzó. El 23 de diciembre del año pasado, enviaron unos sicarios al piso y asesinaron a Renán, mi novio. Yo estaba en casa de mis padres. Apareció atado de pies y manos. Su cuerpo estaba fracturado y tenía un torniquete en el cuello”.
Han pasado seis meses y todavía nadie ha sido detenido por el asesinato de Renán. Jonathan apunta directamente al Gobierno golpista de Roberto Micheletti. “Las personas que estuvieron implicadas en el golpe de Estado todavía están en el aparato estatal, son los asesores de Micheletti. Siguen ahí y son ellos los que están procurando callar a la población”. El pasado 8 de febrero Jonathan llegó en Barajas, realizó su solicitud de asilo y se puso en manos de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Ya el pasado marzo Fundación Triángulo se hacía eco de su situación. El Ministerio del Interior ha aceptado tramitar su solicitud, pero todavía no ha decidido si le concederá asilo. Jonathan espera mientras tanto en un centro de acogida de Mérida, donde trata de reconstruir su vida. “Necesito el asilo porque así puedo desvincularme un poco de la situación que se da en mi país. Con este nuevo Gobierno ha habido nueve asesinatos de colegas míos. El último, el de un periodista, se produjo hace tres días”.
La comunidad LGTB, una de las más castigadas
Lo cierto es que la comunidad LGTB ha sido una de las perseguidas con más saña. Sólo hasta diciembre, 16 personas LGTB habían sido asesinadas, como recogimos entonces. Una de las muertes más significativas fue el de Walter Tróchez, joven y destacado activista LGTB que fue asesinado de dos disparos pocos días después de recibir una brutal paliza por parte de presuntos miembros de la Dirección Nacional de Investigación Criminal hondureña, quienes le interceptaron y subieron a un vehículo mientras le golpeaban e intentaban obtener información sobre la resistencia y sus movimientos.
Un régimen ilegítimo que ha recibido las bendiciones internacionales
Lo cierto que es que el régimen golpista pudo celebrar sin problema alguno elecciones bajo su tutela, que en enero llevaron a la presidencia a Porfirio Lobo. Pese a su naturaleza ilegítima, lo cierto es que poco a poco su Gobierno está consiguiendo, de la mano de Estados Unidos, las bendiciones internacionales, pese a que en América Latina países como Argentina, Brasil, Ecuador o Venezuela se niegan a reconocerlo.
El Gobierno español tampoco lo ha hecho todavía de modo oficial, aunque sí de facto. De hecho, Lobo estuvo en España en mayo, con motivo de una reunión entre la Unión Europea y los países de Centroamérica. En España Porfirio Lobo cuenta además con uno de sus grandes valedores, el Partido Popular (PP). Su coordinador de Relaciones Internacionales, Jorge Moragas, estuvo en su toma de posesión, y su presidente, Mariano Rajoy, recibió personalmente en mayo el agradecimiento de Lobo por su apoyo.
Fuente: dosmanzanas.com
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