Tegucigalpa, MDC, 21 Noviembre 2010. El Centro de Estudios para la Democracia (Cespad) , dio a conocer los resultados previos de una encuesta de opinión realizada en septiembre de 2010, en la que el 64 por ciento de la población apoya el retorno del presidente expulsado del país, Manuel Zelaya, como “parte de la salida a la crisis” en Honduras.
Los resultados indican que en el imaginario de la mayoría hondureña está instalada la idea de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para redactar una nueva Constitución, como un “camino para el cambio”, según interpretan los autores de la Encuesta.
Aunque los resultados reflejan una polarización política del país, el respaldo a la convocatoria de esta Asamblea Constituyente es “mayoritario”, casi un 60 por ciento (55) a favor, y 45 por ciento en contra. Respaldo “amplio” que proviene principalmente de una población joven, indican.
El único medio electrónico que publicó la encuesta se concentró en el desencanto de las y de los hondureños con su democracia y explotó lo que consideró la baja simpatía de 33 por ciento (a favor y muy a favor) al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).
Sin embargo, el medio omitió que la mayoría de la muestra estudiada, 69 por ciento, se definió con de una tendencia política de centro, 22.9 de derecha y el 08.1 de izquierda.
Puede notarse que aun con el 67 por ciento, en contra o muy en contra, de la Resistencia, por diferencia habría un importante sector que a pesar de no simpatizar con el FNRP, apoya el retorno de Zelaya (64 por ciento).
Los autores presentan dos posibles interpretaciones: La primera, el FNRP se estaría perfilando como nueva fuerza política en Honduras; y, la segunda, su surgimiento real sólo será posible si ocurre una “ruptura de uno de los polos del bipartidismo tradicional” (58 por ciento de los que simpatizan son liberales).
“Y si el FNRP logra articular una amplia política de alianzas en torno a un proyecto de auténticas transformaciones democráticas”, añaden.
La encuesta también revela que la mayoría, el 91 por ciento, cree que su condición económica familiar está igual o peor que antes del Golpe (33 mucho peor, 26 un poco peor, 32 igual) y sólo el 9 por ciento piensa que están un “poco mejor” (6 %) y “mucho mejor” (3 %).
La visión sobre esa condición económica se agrava al consultarles sobre la percepción de la situación económica familiar futura: apenas el 14 por ciento considera que estará “mucho mejor” y “un poco mejor” en los próximos 12 meses.
El 83 por ciento de la población encuestada está insatisfecho con el funcionamiento de la democracia en el país. Sólo el 13 por ciento se manifiesta satisfecha, y el 4 muy satisfecha.
A partir del golpe de Estado, más del 70% consideran que la democracia hondureña presenta desajustes y cuestionan su funcionamiento. En ese contexto, sólo el 8% piensan que la democracia del país funciona.
En consecuencia, han perdido confianza las iglesias, la policía, el sistema judicial y, sobre todo, los partidos políticos, si comparados los resultados de la encuesta con un estudio realizado por el Proyecto de Análisis Político y Escenarios Prospectivos (PAPEP), del Programa para el Desarrollo de la ONU (PNUD).
Los partidos políticos siguen siendo la institución de la que, en Honduras, se tiene el mayor grado de desconfianza, y sobre ellos es que crece, de manera más rápida, el descrédito ciudadano, concluye la consulta.
Además, 85 por ciento cree que el actuar de Porfirio Lobo” no tiene impacto” en solucionar los problemas, o “empeora” la situación del país.
Los resultados preliminares divulgados son “sólo algunos”, y servirán de insumo para el informe de análisis político, orientado a indagar “si existen condiciones y voluntades para una salida democrática a la actual crisis política en Honduras”.
La investigación es desarrollada con el apoyo de Oxfam (Oxford Commitee for Famine Relief ), organización internacional que promueve el desarrollo y lucha contra la hambruna.
http://www.enlaceacademico.org/uploads/media/ENCUESTA_CESPAD.pdf
Aunque los resultados reflejan una polarización política del país, el respaldo a la convocatoria de esta Asamblea Constituyente es “mayoritario”, casi un 60 por ciento (55) a favor, y 45 por ciento en contra. Respaldo “amplio” que proviene principalmente de una población joven, indican.
El único medio electrónico que publicó la encuesta se concentró en el desencanto de las y de los hondureños con su democracia y explotó lo que consideró la baja simpatía de 33 por ciento (a favor y muy a favor) al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).
Sin embargo, el medio omitió que la mayoría de la muestra estudiada, 69 por ciento, se definió con de una tendencia política de centro, 22.9 de derecha y el 08.1 de izquierda.
Puede notarse que aun con el 67 por ciento, en contra o muy en contra, de la Resistencia, por diferencia habría un importante sector que a pesar de no simpatizar con el FNRP, apoya el retorno de Zelaya (64 por ciento).
Los autores presentan dos posibles interpretaciones: La primera, el FNRP se estaría perfilando como nueva fuerza política en Honduras; y, la segunda, su surgimiento real sólo será posible si ocurre una “ruptura de uno de los polos del bipartidismo tradicional” (58 por ciento de los que simpatizan son liberales).
“Y si el FNRP logra articular una amplia política de alianzas en torno a un proyecto de auténticas transformaciones democráticas”, añaden.
La encuesta también revela que la mayoría, el 91 por ciento, cree que su condición económica familiar está igual o peor que antes del Golpe (33 mucho peor, 26 un poco peor, 32 igual) y sólo el 9 por ciento piensa que están un “poco mejor” (6 %) y “mucho mejor” (3 %).
La visión sobre esa condición económica se agrava al consultarles sobre la percepción de la situación económica familiar futura: apenas el 14 por ciento considera que estará “mucho mejor” y “un poco mejor” en los próximos 12 meses.
El 83 por ciento de la población encuestada está insatisfecho con el funcionamiento de la democracia en el país. Sólo el 13 por ciento se manifiesta satisfecha, y el 4 muy satisfecha.
A partir del golpe de Estado, más del 70% consideran que la democracia hondureña presenta desajustes y cuestionan su funcionamiento. En ese contexto, sólo el 8% piensan que la democracia del país funciona.
En consecuencia, han perdido confianza las iglesias, la policía, el sistema judicial y, sobre todo, los partidos políticos, si comparados los resultados de la encuesta con un estudio realizado por el Proyecto de Análisis Político y Escenarios Prospectivos (PAPEP), del Programa para el Desarrollo de la ONU (PNUD).
Los partidos políticos siguen siendo la institución de la que, en Honduras, se tiene el mayor grado de desconfianza, y sobre ellos es que crece, de manera más rápida, el descrédito ciudadano, concluye la consulta.
Además, 85 por ciento cree que el actuar de Porfirio Lobo” no tiene impacto” en solucionar los problemas, o “empeora” la situación del país.
Los resultados preliminares divulgados son “sólo algunos”, y servirán de insumo para el informe de análisis político, orientado a indagar “si existen condiciones y voluntades para una salida democrática a la actual crisis política en Honduras”.
La investigación es desarrollada con el apoyo de Oxfam (Oxford Commitee for Famine Relief ), organización internacional que promueve el desarrollo y lucha contra la hambruna.
http://www.enlaceacademico.org/uploads/media/ENCUESTA_CESPAD.pdf
Fuente. ResistenciaHonduras.net
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