sábado, 16 de octubre de 2010

Reforma al artículo 5 es trampa de los usurpadores, para ganar tiempo y consolidarse en el poder

Exigir la Constituyente y rechazar la reforma, para “salvarse de la trampa”
Red Morazánica de Información
Tegucigalpa.  14  Octubre 2010.  El jurista y escritor, Enrique Flores Valeriano, calificó de “trampa” la reforma al artículo 5 de una  constitución “inexistente”  a fin de preparar una pretendida consulta popular, que el titular del régimen, Porfirio Lobo,   y los otros “usurpadores del poder”, han ideado como estrategia”.

Con la reforma anunciada sólo buscarían,  “ganar o perder tiempo, en la esperanza de consolidarse”.  Es   un intento por mostrar lo que  los golpistas  consideran  como “su vocación democrática”,  a los países y organismos internacionales que no los han reconocido,  explica.

Golpismo busca avanzar en el tiempo.

Flores Valeriano, asegura que de realizarse la reforma del artículo 5 de la constitución de 1982 –rota por el golpe de Estado;  si es que la hacen en este año, la  tendrían  que ratificar hasta el 2011;  a seguir,  tendrían que emitir una ley ordinaria y sus reglamentos de aplicación; para después,  hacer todo el proceso de una convocatoria de consulta o plebiscito.

Para entonces, Lobo ya estaría por finalizar su periodo, concluye Flores Valeriano.

Exigir la constituyente y denunciar y rechazar la reforma.

“Para salvarse de la trampa”, debe exigirse la  Asamblea Nacional Constituyente,  y rechazarse y denunciar la reforma,  basados en que la constitución de 1982,  dejó de existir el  28 de junio del 2009; exhorta el jurista.

Considera que  si no existe constitución, no hay un artículo  5,  y su pretendida reforma “es una trampa de la que debemos prevenirnos”.  Si no fuera así,  “¿Por qué los golpistas que ayer derribaron a Mel Zelaya por pretender hacer una consulta, son los mismos que hoy si están de acuerdo con ella?”

Flores cuestiona la  calidad de las instituciones que realizarían la supuesta consulta: un Tribunal Electoral, que demostró “falta de entereza, objetividad y complicidad golpista”; unos Poderes Públicos, que aprobaron y celebraron el Golpe; un Ministerio Público y un Tribunal Superior de Cuentas “que han elaborado demandas e informes de carácter político para estigmatizar y perseguir el ex presidente Zelaya y sus Altos Funcionarios”.
Aceptar la reforma al artículo 5 es admitir que no hubo Golpe, que hay una constitución vigente y que el régimen es legítimo.

Flores explica que si se acepta la reforma al artículo 5,  también se admiten dos hechos que “no son ciertos y que carecen de fundamento jurídico”: primero,  que  la constitución  del 82 está vigente  y que lo que pasó el 28 de junio de 2009, no fue un golpe de Estado; y, segundo, que el actual régimen instaurado, es  legítimo y es constitucional.

Existe el reconocimiento “unánime” internacional, de países y de organismos como la ONU y la OEA,  de que “se dio  un golpe de Estado en Honduras”; así  lo  calificó, también,  el propio “Jefe de Estado de Honduras, que no Presidente, Don Porfirio Lobo Sosa”; y su  “consecuencia inevitable” es la ruptura de la Constitución, argumenta.

“El  Estado de Derecho se basa en la existencia de tres Poderes, y la inexistencia de uno de ellos conduce, de inmediato, a la inexistencia de todo el Estado de Derecho”, contrapone.

Flores compara  la supuesta existencia de un estado de derecho  “una mesa de tres patas, que no puede sostenerse sólo en dos”; en Honduras el poder Ejecutivo dejó de existir, y el legislativo y el poder judicial  “fueron protagonistas del rompimiento del orden Constitucional, mediante decretos y sentencias fabricadas al efecto y al margen de toda ley”.

Si no existe la Constitución, tampoco hay un artículo 5.

Desde el 28 de junio del 2009 con el golpe de Estado,   cesó la vigencia de la constitución de 1982,  al ser  violentada. “Entonces, ¿Cómo es que se va a reformar el artículo 5 de una Constitución que no existe? ¿Qué validez puede tener esta reforma?”, interpeló Flores.

Consideró un  “desafuero”,  el “invento” de los golpistas de una  sucesión presidencial o constitucional, que utilizaron como su “gran argumento” para “desdecirse de que no fue [golpe de Estado], ni hubo  ruptura institucional”.

Y, prosigue, “…ya que todo mundo sabe que el Presidente Zelaya no se ausentó absolutamente para ser sustituido, sino que lo ausentaron por la fuerza  y mediante una renuncia falsificada en el Congreso Nacional”.

El “gobierno” de Lobo no es legítimo, ni es constitucional.

Según Flores,  el actual  Gobierno “no es sino una prolongación del desastroso [que fue comandado] por Roberto Micheletti y su pandilla, conformado por empresarios,  militares, religiosos, etc., que se confabularon contra el gobierno legítimamente constituido”.

La  elección de Porfirio Lobo,  “No puede ser ni un gane, ni  tampoco el más ‘botado’ en la historia de Honduras,  manejado por los mismos personajes golpistas”, criticó.

Una vez rota   la Constitución,   procedía  convocar  a una asamblea nacional constituyente que redactara una nueva; “pero, lo que se hizo fue montar un proceso electoral amañado, sin observadores calificados como los de la OEA y fue desconocido internacionalmente”.

Flores Valeriano,  es autor de al menos 10 libros jurídicos,  y otros como Explotación bananera en Honduras (Capítulos del deshonor nacional).  Es el padre del ministro de la presidencia, Enrique Flores Lanza,  en el gabinete del presidente constitucional Manuel Zelaya, defenestrado por el  golpe de Estado  que inició en junio de 2009. 

Enrique Flores Valeriano

Fuente: Vos el soberano

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