El ex ministro asesinado, Roland Valenzuela, del presidente defenestrado, Manuel Zelaya, denunció, en “San Pedro Sula de Noche”, que el golpe de Estado en Honduras fue planificado por un grupo de seis empresarios hondureños, que coincidieron en asistir a una feria, en Dubai, uno de los siete Emiratos Árabes...
Se reunieron en el bar de un hotel y decidieron que había que sacar a Zelaya: “ya no lo soportamos”. Justo cuando se comienza a impulsar la Cuarta Urna, una amenaza, para ellos, pues Zelaya buscaba una constituyente para convertir en ley las medidas económicas y sociales de su gobierno, a fin de protegerlas.
La “articuladora”, la coordinadora del golpe de Estado, Jackeline Sandoval, egresada con honores, de West Point, formada después en Los Ranger, de Estados Unidos, olvidó un legajo de papeles, en el Hotel Plaza San Martin, que contiene varios borradores con detalles precisos de cómo debería ocurrir el Golpe.
El legajo le fue entregado, por “un ciudadano común que para mí es un héroe”, dijo Valenzuela, en una copia grabada del programa radial, de casi dos horas de duración y que circula en el Internet.
Pagaron cuatro millones de dólares a un “poderoso lobista”, alguien que promueve propuestas políticas, de apellido Smith, para mal informar a Zelaya con acusaciones en el Pentágono, en la CIA, en el FBI, y predisponer al gobierno de los Estados Unidos. Smith y asociados contactaron a la coordinadora del Golpe.
Valenzuela comenta que esos grupos, que habían hecho un juramento de matar a Zelaya, estarían escuchándolo y dirían “como sabe tanto este hijuelmaiz, no sé si me van a matar ahorita que salga [de la Radio]”, dijo riendo.
El embajador Hugo Llorens y Estados Unidos
Entre otros papeles, está el borrador del decreto de destitución de Zelaya, con número de acta, fechado 28 de junio de 2009, firmado por Ricardo Rodríguez, José Toribio Aguilera, Rolando Dubón Bueso, Rigoberto Chang Castillo y Gabo Alfredo Jalil Mejía; que dirigen Hugo Llorens, diciéndole que faltan algunas correcciones pero que “urge su opinión”.
“Que tiene que andarse metiendo el embajador Llorens en estos asuntos… dando opiniones de un borrador que es, nada menos, que un borrador de la destitución del presidente Zelaya. Ese amor tan grande que Llorens le tenía a Zelaya, después de que no lo ¿quería?, a mí siempre me llamó la atención”, opinó Valenzuela.
Acusó a Estados Unidos: “El Golpe no se revirtió porque, nos traicionaron”. Zelaya nunca fue restituido por que Estados Unidos le aseguraba a Micheletti “aguántate, aguántate, ahí quedate, porque no te vamos sacar”, aseguró.
“Hillary Clinton le juró a Zelaya que lo iban a restituir”, pero al mismo tiempo le entregó el control de la situación a Óscar Arias, al que Valenzuela llamó “empleado de los gringos”.
Hay también un comunicado a la Comunidad Internacional, en el que “informan que el estado de derecho fue persistentemente quebrado” por Zelaya, que “se atribuyó, de facto, la supremacía de todos los poderes del Estado”.
Contó que en la hoja, hay un “listita” de las personas que estaban en esa reunión, y un conjunto de “acusaciones no ciertas” a Zelaya, con observaciones y correcciones que consideraban necesarias al plan previsto. Jackeline Sandoval les entregaba cuál era la tarea y qué debería hacer, o deci,r cada persona involucrada.
“Llamar a Marcia Villeda para que consiga esos documentos”, dice una de las anotaciones leídas por Valenzuela. Ella, “falsificó la firma” de una supuesta renuncia de Zelaya y después “la declararon inocente” en un juzgado, explicó.
Cuando Zelaya decide efectuar la Cuarta Urna, los empresarios hacen la reunión de Dubái y discutieron que él quería una constituyente para convertir en ley las rebajas a los combustibles. Para Valenzuela ese habría sido el motivo.
Convencen a las Fuerzas Armas de Honduras (FAH)
Los conspiradores fueron a buscar a las FAH, era el último escudo de defensa del presidente Zelaya, que se habían “mantenido leales” al presidente, expresó.
Romeo Vásquez Velásquez, que para ese momento, en el Hotel Christopher Colombus, de Trujillo, “parecía niño corriendo de un lado para otro enseñándole los diseños de la Cuarta Urna al Presidente”, observó Valenzuela. “De repente, cambia radicalmente de posición”, agregó.
La orden que aparece, en los documentos, el 20 de mayo, comunica al Ministerio Publico que hay que presentar demanda y pedir que ese entable un proceso judicial contra el presidente Zelaya.
Los golpistas actuaron divididos
La única “excusa mentirosa” que tenían para secuestrar al Presidente era la Cuarta Urna. Un grupo golpista dijo que no había que “tocar al presidente, no tienen todavía los procesos, no han hecho lo que tienen que hacer, no han cumplido el plan que hicimos, se les va a revertir el Golpe”, reclamaban al otro grupo.
Michletti persiste y “convence a las FAH, con una articulación perversa”. Los involucrados “son los hombres que mandan en este país”. Rafael Ferrari, latifundista mediático, “se hizo el enfermo y se fue a Estado Unidos, pero dejó las instrucciones a Renato Álvarez y a Edgardo Melgar [periodistas], para que se dedicaran a volarle maceta a Mel, y seguir las instrucciones de Billy Joya”.
Dijo que “los golpistas no siguieron el esquema que les dieron los halcones, el procedimiento que el embajador americano aceptaba”. Carlos Flores, también golpista, seguía la propuesta de Estados Unidos, fue el primero en solidarizarse con el presidente Zelaya y su esposa Xiomara, y decirle que él “no tiene nada a ver con el Golpe”.
Según Valenzuela quienes se apresuraron a hacer el Golpe fueron “una facción chuña, los que venían de abajo y estaban desesperados por repartirse el poder”.
“Me pueden mandar a matar por ésto”, dijo entonces Roland Valenzuela.
Aseguró que hay un grupo de sicarios para asesinar a Zelaya. Que la orden en el Golpe, “era matarlo, fingir que la guardia presidencial se opuso, que hubo un tiroteo y un tiro le pegó a él. Pero, un hombre que se opuso”, cuando llegó el grupo élite a traer al presidente, mandó 500 militares para que “600 ojos vieran lo que pasaba”.
Valenzuela menciona, en la entrevista, que no salía a marchar con la Resistencia, porque temía que en la calle pudieran matarlo, porque a él le tocó hacer “cosas privadas, solo” para impulsar el retorno y la restitución de Zelaya.
Con la Constituyente, Zelaya buscaba convertir en Ley las conquistas sociales impulsadas
Valenzuela menciona siete medidas del gobierno de Zelaya que produjeron el descontento y causara que se unieran varios grupos poderosos en su contra.
Entre otras, la orden de rebajar los precios de la canasta básica, la regulación y presiones de la DEI [Dirección Ejecutiva de Ingresos] por las dispensas a franquicias de comidas rápidas, que metían productos como de la tienda de consumo, y las vendían en otros lugares.
Las medidas para ajustar el precio de los combustibles, Petro-Caribe que provocó la revuelta de las trasnacionales. Relató que uno de los importadores le dijo al presidente: “si yo le paro la importación de combustibles, presidente, usted no duraría ni 24 horas más en su cargo”. Valenzuela dice que él lo empujo, a ese empresario, y los insultó.
Zelaya habría concluido que las medidas alcanzadas en su gobierno sólo se podían proteger “volviéndolas ley”, y para ello se necesitaba una asamblea constituyente, que lo llevó a impulsar una consulta popular, conocida como Cuarta Urna. Porque, según dijo, “en el Congreso no tenemos ningún poder. La Corte, el Tribunal Superior de Cuentas, “tienen dueño”.
El papel de la Comisión de la Verdad y reconciliación
La “comisión de la mentira” pretende decir que “al presidente Zelaya le dieron el Golpe porque él lo provocó”, concluye Valenzuela.
Roland Valenzuela, colaborador cercano y amigo de Zelaya, fue asesinado de un balazo en la espalda, por otro empresario, Carlos Yacamán Meza, en el bar de un hotel, el 16 de julio de 2010. La Policía inicialmente ocultó el nombre de quien lo mató para no “entorpecer las investigaciones”.
Fuente: elprogresoresiste.codigosur.net
Se reunieron en el bar de un hotel y decidieron que había que sacar a Zelaya: “ya no lo soportamos”. Justo cuando se comienza a impulsar la Cuarta Urna, una amenaza, para ellos, pues Zelaya buscaba una constituyente para convertir en ley las medidas económicas y sociales de su gobierno, a fin de protegerlas.
La “articuladora”, la coordinadora del golpe de Estado, Jackeline Sandoval, egresada con honores, de West Point, formada después en Los Ranger, de Estados Unidos, olvidó un legajo de papeles, en el Hotel Plaza San Martin, que contiene varios borradores con detalles precisos de cómo debería ocurrir el Golpe.
El legajo le fue entregado, por “un ciudadano común que para mí es un héroe”, dijo Valenzuela, en una copia grabada del programa radial, de casi dos horas de duración y que circula en el Internet.
Pagaron cuatro millones de dólares a un “poderoso lobista”, alguien que promueve propuestas políticas, de apellido Smith, para mal informar a Zelaya con acusaciones en el Pentágono, en la CIA, en el FBI, y predisponer al gobierno de los Estados Unidos. Smith y asociados contactaron a la coordinadora del Golpe.
Valenzuela comenta que esos grupos, que habían hecho un juramento de matar a Zelaya, estarían escuchándolo y dirían “como sabe tanto este hijuelmaiz, no sé si me van a matar ahorita que salga [de la Radio]”, dijo riendo.
El embajador Hugo Llorens y Estados Unidos
Entre otros papeles, está el borrador del decreto de destitución de Zelaya, con número de acta, fechado 28 de junio de 2009, firmado por Ricardo Rodríguez, José Toribio Aguilera, Rolando Dubón Bueso, Rigoberto Chang Castillo y Gabo Alfredo Jalil Mejía; que dirigen Hugo Llorens, diciéndole que faltan algunas correcciones pero que “urge su opinión”.
“Que tiene que andarse metiendo el embajador Llorens en estos asuntos… dando opiniones de un borrador que es, nada menos, que un borrador de la destitución del presidente Zelaya. Ese amor tan grande que Llorens le tenía a Zelaya, después de que no lo ¿quería?, a mí siempre me llamó la atención”, opinó Valenzuela.
Acusó a Estados Unidos: “El Golpe no se revirtió porque, nos traicionaron”. Zelaya nunca fue restituido por que Estados Unidos le aseguraba a Micheletti “aguántate, aguántate, ahí quedate, porque no te vamos sacar”, aseguró.
“Hillary Clinton le juró a Zelaya que lo iban a restituir”, pero al mismo tiempo le entregó el control de la situación a Óscar Arias, al que Valenzuela llamó “empleado de los gringos”.
Hay también un comunicado a la Comunidad Internacional, en el que “informan que el estado de derecho fue persistentemente quebrado” por Zelaya, que “se atribuyó, de facto, la supremacía de todos los poderes del Estado”.
Contó que en la hoja, hay un “listita” de las personas que estaban en esa reunión, y un conjunto de “acusaciones no ciertas” a Zelaya, con observaciones y correcciones que consideraban necesarias al plan previsto. Jackeline Sandoval les entregaba cuál era la tarea y qué debería hacer, o deci,r cada persona involucrada.
“Llamar a Marcia Villeda para que consiga esos documentos”, dice una de las anotaciones leídas por Valenzuela. Ella, “falsificó la firma” de una supuesta renuncia de Zelaya y después “la declararon inocente” en un juzgado, explicó.
Cuando Zelaya decide efectuar la Cuarta Urna, los empresarios hacen la reunión de Dubái y discutieron que él quería una constituyente para convertir en ley las rebajas a los combustibles. Para Valenzuela ese habría sido el motivo.
Convencen a las Fuerzas Armas de Honduras (FAH)
Los conspiradores fueron a buscar a las FAH, era el último escudo de defensa del presidente Zelaya, que se habían “mantenido leales” al presidente, expresó.
Romeo Vásquez Velásquez, que para ese momento, en el Hotel Christopher Colombus, de Trujillo, “parecía niño corriendo de un lado para otro enseñándole los diseños de la Cuarta Urna al Presidente”, observó Valenzuela. “De repente, cambia radicalmente de posición”, agregó.
La orden que aparece, en los documentos, el 20 de mayo, comunica al Ministerio Publico que hay que presentar demanda y pedir que ese entable un proceso judicial contra el presidente Zelaya.
Los golpistas actuaron divididos
La única “excusa mentirosa” que tenían para secuestrar al Presidente era la Cuarta Urna. Un grupo golpista dijo que no había que “tocar al presidente, no tienen todavía los procesos, no han hecho lo que tienen que hacer, no han cumplido el plan que hicimos, se les va a revertir el Golpe”, reclamaban al otro grupo.
Michletti persiste y “convence a las FAH, con una articulación perversa”. Los involucrados “son los hombres que mandan en este país”. Rafael Ferrari, latifundista mediático, “se hizo el enfermo y se fue a Estado Unidos, pero dejó las instrucciones a Renato Álvarez y a Edgardo Melgar [periodistas], para que se dedicaran a volarle maceta a Mel, y seguir las instrucciones de Billy Joya”.
Dijo que “los golpistas no siguieron el esquema que les dieron los halcones, el procedimiento que el embajador americano aceptaba”. Carlos Flores, también golpista, seguía la propuesta de Estados Unidos, fue el primero en solidarizarse con el presidente Zelaya y su esposa Xiomara, y decirle que él “no tiene nada a ver con el Golpe”.
Según Valenzuela quienes se apresuraron a hacer el Golpe fueron “una facción chuña, los que venían de abajo y estaban desesperados por repartirse el poder”.
“Me pueden mandar a matar por ésto”, dijo entonces Roland Valenzuela.
Aseguró que hay un grupo de sicarios para asesinar a Zelaya. Que la orden en el Golpe, “era matarlo, fingir que la guardia presidencial se opuso, que hubo un tiroteo y un tiro le pegó a él. Pero, un hombre que se opuso”, cuando llegó el grupo élite a traer al presidente, mandó 500 militares para que “600 ojos vieran lo que pasaba”.
Valenzuela menciona, en la entrevista, que no salía a marchar con la Resistencia, porque temía que en la calle pudieran matarlo, porque a él le tocó hacer “cosas privadas, solo” para impulsar el retorno y la restitución de Zelaya.
Con la Constituyente, Zelaya buscaba convertir en Ley las conquistas sociales impulsadas
Valenzuela menciona siete medidas del gobierno de Zelaya que produjeron el descontento y causara que se unieran varios grupos poderosos en su contra.
Entre otras, la orden de rebajar los precios de la canasta básica, la regulación y presiones de la DEI [Dirección Ejecutiva de Ingresos] por las dispensas a franquicias de comidas rápidas, que metían productos como de la tienda de consumo, y las vendían en otros lugares.
Las medidas para ajustar el precio de los combustibles, Petro-Caribe que provocó la revuelta de las trasnacionales. Relató que uno de los importadores le dijo al presidente: “si yo le paro la importación de combustibles, presidente, usted no duraría ni 24 horas más en su cargo”. Valenzuela dice que él lo empujo, a ese empresario, y los insultó.
Zelaya habría concluido que las medidas alcanzadas en su gobierno sólo se podían proteger “volviéndolas ley”, y para ello se necesitaba una asamblea constituyente, que lo llevó a impulsar una consulta popular, conocida como Cuarta Urna. Porque, según dijo, “en el Congreso no tenemos ningún poder. La Corte, el Tribunal Superior de Cuentas, “tienen dueño”.
El papel de la Comisión de la Verdad y reconciliación
La “comisión de la mentira” pretende decir que “al presidente Zelaya le dieron el Golpe porque él lo provocó”, concluye Valenzuela.
Roland Valenzuela, colaborador cercano y amigo de Zelaya, fue asesinado de un balazo en la espalda, por otro empresario, Carlos Yacamán Meza, en el bar de un hotel, el 16 de julio de 2010. La Policía inicialmente ocultó el nombre de quien lo mató para no “entorpecer las investigaciones”.
Fuente: elprogresoresiste.codigosur.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario