martes, 8 de junio de 2010

¿Vendrá Mel?

Nadie puede dudar que, después del 28 de junio de 2009, Manuel Zelaya Rosales, si no lo había conseguido aún, se convirtió en un fuerte líder, apoyado por una gran mayoría del pueblo hondureño, y, naturalmente, odiado por otros, que vieron amenazados sus intereses y su injerencia en las cosas de la administración pública con las medidas que estaba tomando en beneficio de las mayorías desposeídas del país.


Cuando, en septiembre del mismo año, burlando los cuerpos de “inteligencia” militar, regresó a Honduras, después de permanecer en el exilio forzado al que lo sometieron los golpistas, al derrocar el gobierno constitucional; el recibimiento que el pueblo le tributó, y que luego desencadenó la más oprobiosa represión, fue de los que jamás se han visto en Honduras.

Y no hablemos de la despedida el 27 de enero de 2010, fecha en que tomó posesión el actual gobierno, momento en el que fue acompañado por miles y miles de compatriotas, a los que el aprendiz de gobernante de facto y sus fantoches llamaban “chusma”, o “cuatro cabezas calientes”, quienes, con el ánimo en alto y el corazón en la mano, lo llevaron hasta la puerta del avión que lo esperaba para conducirlo a República Dominicana, donde, hasta el día de hoy, ha permanecido.

Ante las posibilidades de que el ex presidente Zelaya pueda regresar a Honduras, se han tejido una serie de opiniones, como la “legalista”, esgrimida por aquellos que dicen que si el ex mandatario decide venir a su patria, al sólo poner un pie en el territorio será capturado y sometido al imperio de la ley, pues aducen que se debe respetar la Constitución y las leyes del país; pero que, según nuestra opinión y la de muchos hondureños, ellos las respetan y cumplen cuando únicamente les conviene a sus intereses; pues cuando no, las violan cuantas veces sea necesario, como dijo un ilustre diputado paraiseño.

También hay quienes aducen que Mel Zelaya puede regresar sin ninguna preocupación, y que así como se trató a los funcionarios que colaboraron con su gobierno, en la misma forma se hará con él. Porfirio Lobo, presidente de Honduras, es uno de los que así opinan, y va más allá cuando dijo que ya habló con el presidente de la Corte Suprema de Justicia, con el presidente del Congreso Nacional y con el Fiscal General, y que todo está arreglado para tenderle una alfombra roja al ex presidente, cuando arribe a nuestro país.

Conocemos la versión de don Pepe; pero los mencionados funcionarios no han dicho ni pío, y esto no huele a nada bueno. Ya antes, Andrés Pavón, de la Comisión de Derechos Humanos, manifestó que existe un complot para asesinar a Manuel Zelaya Rosales, porque la amenaza de Óscar Álvarez de capturarlo sigue latente, y al llegar a las celdas penitenciarias, sicarios internos se encargarían del “trabajo”.

Aunque el presidente Lobo, que después de repicar dobló, recientemente ha manifestado que el tema del retorno del ex gobernante ya no lo tiene en su agenda, porque el mismo se ha convertido en una especulación continua, ya que Zelaya dice que no regresa pues no confía en los organismos judiciales de Honduras porque fueron, y siguen siendo, fervientes defensores del golpe de Estado.

Luis Alexis Ramos
Aunque, al respecto, existe mucha expectativa entre los grupos políticos de Honduras y una tremenda alegría entre los miembros de la Resistencia Popular, no creemos que, por el momento, se vaya a realizar el retorno del ex presidente Zelaya, porque las condiciones políticas no están dadas, y hay mucha duda sobre las declaraciones del presidente Lobo, y algunos hondureños piensan que todo esto, con el silencio actual de los magistrados de la Corte, del Fiscal General y del Ministro de Seguridad, puede ser la urdimbre de una trampa donde quieren hacer caer cándidamente al ex presidente Zelaya.

Por lo tanto, pensamos, tendremos que esperar un poco más para ver retornar a su patria al personaje que las fuerzas oligárquicas de Honduras convirtieron en un exiliado porque no pudieron manejarlo a su antojo; y, de paso, lo impulsaron a ocupar un lugar prominente en la historia de Honduras. Pero que viene Mel, viene, para preocupación de unos y satisfacción de una gran mayoría del pueblo hondureño que lo espera; pero, no ahora, sino hasta cuando los órganos de impartir la justicia y los cuerpos de seguridad de Honduras se hayan adecentado o, por lo menos, hayan sido sustituidos.

Periodista comayagüense

Fuente: Vos el soberano



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