En este país centroamericano las cosas llegaron al extremo para los periodistas. El asesinato de seis colegas en los últimos tiempos obligó a que los comunicadores anden con chalecos antibalas por si a los criminales se les ocurre otro atentado, mientras las autoridades policiales hacen gala de su incapacidad por auxiliar a la justicia y, lo peor, en mucho se acusa a los gendarmes de andar en las movidas.
El gobierno de Porfirio “Pepe” Lobo, además de carecer de legitimidad por ser sucesor del golpe de Estado del 28 de junio, no haya qué decir cuando lo interpelan por la matancinga que a diario arrebata la vida de hondureños. En los periodistas, de adentro y de afuera, existe preocupación por la serie de crímenes, algunos de los cuales se les achacan al narcotráfico.
El matutino hondureño La Tribuna expuso en una nota periodística: “Ante la muerte de seis periodistas, entre ellos Jorge Orellana “Georgino”, el temor se ha apoderado de algunos reporteros sampedranos, quienes se han visto obligados a utilizar chalecos antibalas para proteger su vida. Diariamente los periodistas se exponen al peligro.”
“Pedro Rápalo, reportero gráfico de La Tribuna, considera que es necesario tomar medidas de seguridad, considerando que los fotógrafos y reporteros diariamente se miran obligados a participar en escenas peligrosas.”, continuó.
“Los atentados contra los comunicadores tienen con las barbas en remojo a los hombres y mujeres que se dedican a esa profesión, algunos de ellos hasta han anunciado que se van a retirar de este quehacer, particularmente los que participan en programas de opinión.”, añadió el rotativo.
Lamentablemente, no han existido mayores muestras de solidaridad por los asesinatos en los demás países centroamericanos. En el caso de El Salvador, por ejemplo, los periodistas y editores (dueños de los medios) se han preocupado más por acusar a una jueza de menores, ya que hizo cumplir la ley de menores al matutino La Prensa Gráfica. El periódico cometió el yerro de publicar la identidad de un menor acusado de un crimen.
De todos es conocido el asunto, pero las muertes en Honduras han pesado menos que la instrumentalización mediática que se ha hecho en torno al caso judicial. Los empresarios y políticos, junto a muchos colegas, han puesto el grito en el cielo por una situación que no cuesta entender, pero no han dicho esta boca es mía frente a los crímenes en Honduras.
Claro que el asesinato por sicarios se ha extendido desde la situación que se generó tras el golpe que expulsó a Manuel “Mel” Zelaya la mañana del 28 de junio antes de que se iniciara una consulta popular para oficializar si el pueblo catracho reconocía la posibilidad de llevar a cabo una Asamblea Constituyente a fin de afianzar una democracia participativa.
Irónicamente hasta el presidente estadounidense Barack Obama le pidió este 26 de abril a Porfirio “Pepe” Lobo que se ponga las pilas frente a los crímenes de periodistas y otras formas de violación a derechos humanos en el país, aunque de todos es conocido cómo se fraguó el golpe de Estado y que los gringos se metieron con todo.
Fuente: Paso del Burro - FIAN HN
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