No creo que exista lengua alguna sobre la faz de la tierra con tanta polisemia como el idioma español, por lo tanto algún amague de tecnicismo no vendría mal para titular estas líneas, porque también son parte de un propósito mayor: el de demostrar cómo puede el cambio de una sola letra en una palabra denotar conceptos tan diversos.
En las últimas horas he estado leyendo despachos cablegráficos que llaman la atención por las intenciones ocultas que pretenden pasarnos por debajo de la mesa; nada, que en materia de información debemos estar con los ojos bien abiertos y críticos para que no nos pasen gato por liebre.
Lo primero que me llamó la atención es que hay un bombardeo sistemático a gobiernos como los de la República Bolivariana de Venezuela, Ecuador, Argentina, Nicaragua y Bolivia, mientras que otras regiones pasan desapercibidas: ¿Alguien recuerda al Lobo de Honduras?
Pues casi pasa desapercibido ante las webs la situación de desestabilización que vive hoy el pueblo hondureño, la muerte violenta de tantos sindicalistas, ¡de seis periodistas!, pero allí parece que no existe el sentido crítico de esas mismas agencias que fustigan constantemente la gestión de los gobernantes progresistas de la región.
Daría mi reino por algunos titulares en la gran prensa, lo confieso, y no pierdo las esperanzas de que un día asalten a mi vista aquellos de que: “Dictadura de Lobo asesina a tantos periodistas”, “Dictador Uribe entrega el país a los yanquis”…
Pero eso sería muy iluso de mi parte, porque en política, lo he dicho varias veces, las casualidades no existen, pero mucho menos las encontraremos en materia de comunicación.
El poder de injerencia que hoy tiene la gran prensa es incalculable y sus objetivos están bien definidos, mientras Yahoo se empeña en darnos noticias relacionadas con la vida Light, por aquello de que “¿Qué hacer cuando los hijos abandonan la casa para vivir solos?”, o aquella de “Últimas fotografías de la modelo… ahora más gordita”; mientras agencias buscan aquella pequeña paja en el ojo de los movimientos sociales latinoamericanos, todos estamos presenciando que la gran viga está allí, pero de ella casi nadie habla.
He leído con satisfacción la noticia de que Rafael Correa, en su condición de presidente temporario de UNASUR, llevará la temática de las Malvinas a la VI Cumbre América Latina-Europa, que se desarrollará en Madrid el próximo mes.
Sólo actuando con el sentido común se puede adoptar una posición de respeto a la soberanía argentina, pero de eso casi no habla nadie. Las Islas Malvinas constituyen otro de los agijonazos que nos han propinado los poderosos en la región, como también ahora el propio Uribe lo hace con la instalación de las bases militares norteamericanas en territorio colombiano.
Pero de ello tampoco encontrareis nada en las agencias occidentales. Ahora la moda está en Nicaragua, sobre todo utilizada como cortina de humo para desviar la atención de Honduras; en Venezuela, para evitar la vergonzosa posición de mencionar a Álvaro Uribe; o en Cuba, para no hablar de los vesvaríos dentro de los propios Estados Unidos.
Todo responde a un plan mayor de desorganizar los movimientos populares, los gobiernos nacionalistas y progresistas para que continue reinando el caos.
Por estos días ha asomado la cabeza nuevamente el cuco del FMI y la preocupación no es infundada.
Ahora que en varios países latinoamericanos se vive una situación favorable, entonces los del Fondo se están preocupando y “advirtieron” sobre la posible desestabilización, en caso de que no permitan la “supervisión” que ellos acostumbran a hacer en todas partes.
Pues, si esto no es injerencia, que alguien venga y me lo diga.
Aunque, pensándolo bien, puede ser que está equivocado y no sea injerencia lo que pretende hacer el Fondo Monetario Internacional en América Latina: realmente tendríamos que llamarlo ingerencia.
Fuente: radioangulo.cu
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