martes, 6 de abril de 2010

Derivaciones de Reina a Zelaya,de Zelaya a los zelayistas, y de los zelayistas a la verdadera forma

Samuel Trigueros

Acerca de la conveniencia de preguntarle al Presidente Zelaya cómo ve el nombramiento de Jorge Arturo Reina, me pregunto: ¿Por qué necesariamente todo tiene que pasar por el voto, veto, opinión, bendición o aprobación del ex presidente Manuel Zelaya Rosales? Creo que, por supuesto, lo que él pueda opinar sobre cada circunstancia de nuestro proceso cuenta mucho y será bueno saberlo, pero en igualdad de valía que la opinión del resto de resistentes que hemos puesto alma y pecho por la patria. En la Resistencia hay suficientes cabezas de hombres y mujeres capaces de interpretar lo que significa el nombramiento de Jorge Arturo Reina como embajador ante la Organización de las Naciones Unidas.

Deslindando ese análisis -que en este espacio ya se viene haciendo y que la conducción del FNRP también hace, a la luz de la sabiduría popular y científica de la lucha de clases- por momentos parece que cobra fuerza la ola de recalcitrantes zelayistas que insisten en ver la lucha popular únicamente desde la óptica partidista; quizá con la intención de capitalizar, en algún futuro probable, su militancia liberal de la manera a la que muchos y muchas están acostumbrados: haciendo honores al clientelismo o chamberismo político. Quizá duela y cause roncha y rasquiña que lo diga, pero es un secreto a voces.

Que no se malentienda pensando que la idea es descalificar al ex presidente Zelaya como actor de esta lucha, pero (insistamos una vez más) la lucha del pueblo hondureño rebasa a la figura de Mel y las decisiones sobre el camino a seguir son una construcción colectiva y orgánica que está en manos del pueblo en Resistencia y no exclusivamente de los liberales en resistencia, marvinponcistas,hamonistas zelayistas, etc. Siendo objetivos, no se puede negar la existencia y aporte a la lucha de muchos y muchas cuya motivación principal es la adhesión irrestricta a la figura de Mel Zelaya, pero deben ellos y ellas saber que esta vez el pueblo no va a entregar el fruto de su lucha nuevamente en manos de los liberales o nacionalistas. Sea cual sea la vía para tomar el poder y la participación que en ello tengan los zelayistas y demás fuerzas reunidas en el FNRP, esta vez el pueblo quiere gobernarse a sí mismo de modo distinto a como lo han hecho ambos partidos a lo largo de la historia hondureña, desde una perspectiva socialista, revolucionaria, tan extraña al comportamiento del bipartidismo y caudillismo a que aparentemente nos tenían acostumbrados.

Hay quienes niegan la posibilidad, pero tal vez nuestro ex presidente sea capaz de profundizar su toma de conciencia y alcance, desde un antecedente reformista, la estatura del verdadero revolucionario que requiere y que seguramente tendrá el líder escogido por la Resistencia para el momento en que el poder sea tomado. Mientras tanto, los zelayistas deberían considerar la posibilidad de no insistir en imponer (como un absoluto determinista) a nuestro querido ex presidente como el líder ineluctable de la Resistencia. Eso está por verse y todavía quedan fases del proceso que deben ser "quemadas" para descifrar que van a hacer Manuel Zelaya, los zelayistas y el partido liberal con la ruta fulgurante que ya tiene trazada la Resistencia. Más allá de la presunción relativa de que entre Mel y la Resistencia existe una vinculación directa y coherente, preguntémonos, por ejemplo: ¿Si Mel retornara mañana a Honduras, trataría de recomponer al partido liberal?, si la Resistencia decidiera que la persona en quien desea depositar su liderazgo no es Manuel Zelaya, ¿permanecerían los zelayistas de manera disciplinada en el seno del FNRP? Este par de sencillas preguntas y su ulterior respuesta nos dan la pauta de los hechos que habrá que esperar que acontezcan antes de lanzarnos de cabeza en los brazos del páter que pretenden los zelayistas.

Obvio es que no soy zelayista, pero debo aclarar que soy el primero en apoyar a Mel en lo que decida el FNRP, que abogué por la cuarta urna, que le guardo un enorme respeto y admiración, pero que no puedo ir contra la convicción de que nuestra lucha supera con creces las intenciones de algunos y algunas que calculan sus acciones y palabras desde intereses personales o partidarios.

Estoy casi seguro que así lo entiende el compañero Manuel Zelaya Rosales. No parece así de parte de muchos y muchas de sus seguidores. Tarea tiene, entonces, nuestro ex presidente para orientarles en la correcta manera de militar en el FNRP.




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