sábado, 13 de marzo de 2010

Los Derechos Humanos en Honduras

Las violaciones a los derechos humanos en Honduras son la principal consideración en torno al reconocimiento del gobierno surgido de las elecciones generales de noviembre/06 en condiciones que, ya se sabía en aquel momento, requerían de una posterior legitimación.

A este respecto, siempre se dijo que el resultado electoral no era suficiente para dar paso a la apertura de la comunidad internacional a la aceptación de la administración entrante. Para poder conseguir ese objetivo, se elaboraron varios compromisos en línea con la negociación San José-Tegucigalpa, entre ellos la creación de la Comisión de la Verdad y el fiel cumplimiento de la Constitución y las leyes en lo relacionado con los derechos humanos.

La aprobación en el congreso nacional de una amnistía general para los delitos políticos y comunes conexos cometidos durante el golpe de Estado militar del 28 de junio/09 y en el régimen de facto, junto con el sobreseimiento de los juicios contra la cúpula militar por estos delitos, ha sido la forma de sustraer de la acción penal a todos los responsables de las violaciones a los derechos humanos en ese nefasto período, cubriéndolos de impunidad y habilitándolos para continuar en sus nichos de poder público.

Aparentemente, después de poner esa pesada losa de impunidad en la tumba de los derechos humanos, todo pasaría al expediente de la vernácula práctica política del borrón y cuenta nueva. El mejor instrumento para realizar ese proceso de amnesia política y judicial ha sido el Comisionado de los Derechos Humanos, cuya actuación durante los terribles sucesos vinculados al golpe de Estado le merecieron el repudio y la descalificación mundiales.

Obviamente, la descalificación del Comisionado de los Derechos Humanos en Honduras, tanto en el interior del país como en el ámbito internacional, no es reivindicable, por lo menos en las actuales circunstancias. De hecho, para los efectos del reconocimiento de Honduras y de su gobierno como Estado respetuoso de los derechos humanos, de nada sirven los informes salidos de esa entidad, a la que rotundamente se le niega el crédito.

Como lo hemos señalado en otras ocasiones, la reinserción de Honduras en la Organización de Estados Americanos (OEA) y en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pasa por la ruta del cumplimiento de la ley en materia de derechos humanos, como requisito prioritario. Honduras, duele decirlo, no existe para la comunidad internacional mientras su situación en esto sea discutible, por no decir reprobable.

La creación de un Comisionado Especial de Derechos, con rango de ministro asesor, por parte del gobierno del Partido Nacional que preside el licenciado Porfirio Lobo, tiene, sin duda, los propósitos de enmendar el bache en la defensa de los derechos humanos y de enviarle un mensaje a la comunidad internacional sobre la firme voluntad de cumplir con ese requisito esencial.

Sin embargo, en una cuestión de tan grande importancia no basta con esa señal, por cierto plausible. Se necesita más, mucho más. Y eso tiene que ver con las decisiones del gobierno en relación con el estamento militar y policial, lo mismo que en lo concerniente al Ministerio Público y al Poder Judicial. En fin, con todo aquello que interviene para garantizar, de manera efectiva, los derechos humanos en Honduras, hoy por hoy en uno de sus peores momentos.

Fuente: Tiempo.hn

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