Organismos de derechos humanos de Honduras repudiaron este viernes la violenta represión del ejército y la policía durante el desalojo de campesinos en el Valle de Aguán, en el norteño departamento de Colón, que calificaron como una carnicería humana.
La operación de unos 500 militares y policías comenzó la mañana de este viernes con el empleo de armas de guerra, gases lacrimógenos.
"Condenamos salvaje represión militar contra hombres, mujeres y niños campesinos de Colón", afirma en un comunicado el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Cofadeh).
Los campesinos reclaman el uso de esas tierras de propiedad del estado, entregadas por el derrocado presidente Manuel Zelaya, en un prolongado conflicto con latifundistas de la región.
El Cofadeh precisa que los campesinos informaron desde diciembre de 2008 el reinicio de actos hostiles del ejército contra ellos para expulsarlos de esas tierras, que reclaman desde el 2004.
"Esas denuncias agilizaron el proceso de lo que hoy se ha convertido en barbarie humana, en tierras que son propiedad del Estado y no de los latifundistas", precisa.
El Cofadeh interpuso un Recurso de Hábeas Corpus a favor de 30 personas detenidas en el XV Batallón de Infantería, con sede en Trujillo, Colón, quienes -afirma- fueron sometidas a torturas desde su arresto.
Llama a las organizaciones internacionales de derechos humanos a "reactivar sus redes de solidaridad a favor de la vida y la libertad de los que sufren la represión en Colón como parte de las acciones de la dictadura militar".
Dirigentes campesinos identificaron a los dos terratenientes que pretenden expulsarlos de esas tierras como Miguel Facussé Barjum y el colombiano René Morales, partidarios del golpe militar del pasado 28 de junio.
Por su parte, la emisora Radio Progreso, del también norteño departamento de Yoro, denunció la muerte de al menos tres personas durante el ataque de los militares a los miembros de las cooperativas de la zona.
Testigos relataron a la radioemisora que centenares de mujeres y niños corrían entre las plantaciones de palma africana hacia la zona pantanosa del río Aguán, huyendo de los gases.
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