Buenos Aires/PL
La lucha contra los golpistas no es sólo por el pueblo hondureño, sino también por este continente y esta humanidad, afirmó hoy Bertha Cáceres, líder del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas (COPIN) de Honduras.
Al intervenir en la II Conferencia Internacional por la Abolición de las Bases Militares Extranjeras, que sesiona desde ayer en esta capital, la dirigente social dijo que los movimientos populares de su país son conscientes de que no están solos en esa lucha.
Aseguró que cuentan con el respaldo de la comunidad internacional activa, lo cual, dijo, es mucho más importante que las declaraciones de la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA).
Cáceres trasmitió a la reunión un saludo del presidente constitucional Manuel Zelaya, quien le pidió trasmitir su agradecimiento por el apoyo y la solidaridad con el pueblo hondureño expresado en este foro.
Al analizar los acontecimientos que condujeron al golpe de estado del 28 de junio, orquestado por la oligarquía y Estados Unidos, dijo que uno de ellos fue la sola mención de Zelaya de convertir la base militar norteamericana de Palmerola en el principal aeropuerto internacional del país.
Citó también la primera medida presidencial de suspender las concesiones mineras, la incorporación a Petrocaribe, el ingreso a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y el acercamiento a Centroamérica, Suramérica y el Caribe.
Cáceres calificó de involución interna lo ocurrido en el país en los cinco meses transcurridos desde el golpe cívico-militar, porque las organizaciones sociales debieron abandonar todos sus proyectos para concentrarse en la lucha contra la dictadura.
En materia de derechos humanos -acotó- son 30 los asesinatos y centenares los detenidos políticos, amén de la criminalización de la resistencia impulsada por el régimen de facto.
"Tenemos impotencia, dolor y rabia, pero también tenemos esperanzas ante la decisión del pueblo de resistir a toda costa, con la fuerza de todos los sectores", remarcó. En cuanto a las elecciones del 29 de noviembre, dijo que tanto los activistas de COPIN como los de Zelaya calcularon un abstencionismo del 70 al 75 por ciento, lo cual les resta cualquier validez.
Afirmó que "los gringos están bien metidos en el golpe de estado y el pueblo de Honduras los conoce a cada uno por su nombre".
Aseguró que hay determinación de desafiar al poder imperialista por la convicción de que un eventual regreso de Zelaya a la presidencia no va a revertir la situación, algo solo realizable a través de la Asamblea Constituyente demandada por la mayoría de la población.
Fuente: diariocolatino.com
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