miércoles, 7 de octubre de 2009

Honduras y la última palabra

Honduras y la última palabraLa resistencia del pueblo contra el golpe militar asestado el pasado 28 de junio al legítimo Presidente de la República de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, ya sobrepasa el centenar de días y es un ejemplo concreto de la vocación democrática y anticolonial que se respira en la nueva América.

Ni el odio más desmedido impuesto por el gobierno de facto a las fuerzas populares, impide que jornada tras jornada, salgan a las calles miles de personas a exigir sus derechos y la restitución inmediata a su cargo del genuino líder hondureño, elegido públicamente en las urnas, por la mayoría. Agresiones físicas, suspensión de garantías constitucionales, hasta matanzas ha sufrido el heroico pueblo. Los golpistas pretenden cercenar la verdad, pero no lo han logrado.

El Frente Nacional contra el golpe de Estado en Honduras confirmó que mantendrá su lucha en defensa del estado de derecho y se pronunció por un proceso de negociación sin medidas de represión donde prime el diálogo, única vía posible para resolver la crisis política, lo que significaría en primer lugar la salida del poder de la dictadura, el regreso de Zelaya a la presidencia y la definición de mecanismos para la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

La supuesta derogación del decreto sobre el estado de sitio anunciado hace unas horas por los gorilotes no es de fiar, y de eso están claros quienes protagonizan la impresionante resistencia por la democracia, participativa e incluyente, en un país que ha demostrado ser seguidor de las ideas de Morazán; habría que ver si se liberan los campesinos presos, que en huelga de hambre manifiestan su decisión inquebrantable de continuar la lucha, o si a emisoras como Radio Globo y Canal 36 de televisión, comprometidos con el pueblo, se les dejan escuchar. El viejo fantasma de la no libertad de expresión vuelve a ser de las suyas, aunque no es tan efectivo como algunos quisieran.

La llegada al país, este miércoles, de una segunda misión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) pone en tela de juicio la credibilidad de negociaciones verdaderamente serias que favorezcan la aparición nuevamente de la tranquilidad en Honduras. Ninguna conversación procede si no existe un ambiente real para que esta suceda; mientras se mantenga la barbarie al que están sucumbidos los hondureños y se impongan condiciones al legítimo Presidente, caerá en terreno baldío. La firma de un arreglo propuesto por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, promovido como mediador por Estados Unidos, huele podrido y no hay tiempo a la dilación. Ni Roberto Micheletti, ni su camarilla, podrán decir la última palabra.

El Frente Nacional contra el golpe de Estado se mantiene firme y considera sin titubeos que el diálogo debe tener como resultado fundamental la salida del poder de la dictadura militar-civil. Sostiene además, que debe concluir con la restitución de Zelaya en su cargo sin condiciones, de forma inmediata y segura; un mensaje claro que es compartido y defendido en las calles por las mayorías.

Los términos para la celebración de los comicios del 29 de noviembre próximo se están agotando y ya un significativo número de candidatos a cargos de elección del Partido Liberal anunciaron que no participarán en los comicios si no son restituidos el orden constitucional y Zelaya a la mayor brevedad; en otras palabras, no se resignan a ser cómplices de un engaño más al pueblo.

Aún, en las difíciles condiciones de crisis que vive la hermana nación centroamericana impuesta por el gobierno de facto, no está dicha la última palabra, serán los cientos de miles de hombres y mujeres de pueblo quienes decidirán el camino de la nueva Honduras, que deberá ser irremediablemente el de la dignidad y la libertad democrática.

Fuente: www.solvision.co.cu

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario