La demoledora dictadura,
es peor que un terremoto
un huracán,
una peste:
no tiene indicios
de piedad.
Cómo es tan evidente
matarnos con sus metrallas y toletes,
con sus gases
y sus torturas:
nos aplica el hambre,
la sed,
la indefensión
ante las enfermedades.
Toque de queda
día y noche
para reprimir el levantamiento
que está barrio por barrio.
Honduras es sinónimo de cárcel
y sus carceleros
hienas sustitutas.
En el ínterin,
los golpistas tienen las alacenas
repletas,
los policías a la orden,
el ejército en un despliegue nacional
y toda la droga disponibles
para enervar a sus mastines
de exterior humano.
Y las víctimas,
en este toque de queda
que vamos burlando
a costa de la vida,
esperamos, esperamos
creyendo,
que allá afuera,
hay una humanidad
que no nos dejará solos
cuando el cruel Moloch,
sonriente,
cínico,
profesional de la muerte,
bebe nuestra sangre
y dicen que diga a CNN
que no,
que aquí los victimarios
andan de asueto
y que los gritos
que los golpes apagan,
son alabanzas,
ovaciones
al gorila interino que está encaramado
en la mata,
porque la democracia, es así.
Candelario Reyes García
87 días de resistencia.
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