Editorial FNRP 30 12 10
Un rápido balance de la vida del Frente de Resistencia durante el 2010 nos arroja avances importantes que debemos atesorar para desarrollarlos y consolidarlos, pero también tenemos que superar las debilidades que aun aquejamos para colocarnos en mejores condiciones de acometer la tarea que nos proponemos de refundar este país para que exista una justa distribución de la riqueza, una transparente administración de los recursos públicos, justa impartición de la justicia, en resumen, que en una nueva Honduras los millones de personas que hoy carecen de las mínimas condiciones para llevar una vida digna, tengan trabajo y justa remuneración para satisfacer las necesidades de techo, salud, educación y recreación.
Es indiscutible que el Frente Nacional de Resistencia Popular se ha posesionado en la conciencia de la colectividad del pueblo hondureño que lo ve como el instrumento aglutinador de todas las tendencias de pensamiento, con la real posibilidad de cristalizar los anhelados cambios económicos y jurídicos necesarios para construir una nueva sociedad. Esa credibilidad en el Frente ha prevalecido y se ha afianzado en el 2010 a pesar que aun no se definen con claridad los lineamientos esenciales en torno al carácter y papel que el Frente ha de tener en el devenir socio-político.
Hemos crecido en la difusión del cuestionamiento al proyecto golpista y a la oligarquía e imperialismo como impulsores del mismo, hemos ampliado las acciones de solidaridad con los sectores en lucha por sus reivindicaciones, que lógicamente, se insertan en la lucha misma de resistencia, tal ha sido la solidaridad con la lucha del magisterio o las decididas acciones de las organizaciones campesinas del Aguán y Zacate Grande. Durante el 2010 también hemos incrementado los esfuerzos de formación político-ideológica para elevar la conciencia de quienes integran los colectivos. En suma, al finalizar el 2010 contamos con un Frente que tiene identidad propia, presencia efectiva en todo el territorio nacional y un inocultable reconocimiento y respeto del régimen nacionalista y todos los sectores comprometidos en el proyecto golpista. La democracia interna se continúa desarrollando mediante la apertura en los espacios de discusión en los que se ventilan los distintos temas de la agenda de la resistencia.
¿Qué hace falta entonces para que el Frente haga sentir todo su peso en contra del status quo que condena a la inmensa mayoría del pueblo a vivir en la pobreza y la miseria? ¿Qué pasa que habiendo movilizado en algunas convocatorias más de tres millones de hondureños en todo el país aun no ha podido evitar que se aprueben e implementen todas las medidas que contra el pueblo han decidido quienes detentan ilegítimamente los poderes públicos?
Lo que innegablemente ocurre es que los vicios que históricamente han hecho daño a las organizaciones populares en Honduras también están presentes en el Frente. Actualmente el encasillamiento de pensar que la toma del poder sólo tiene dos opciones y manejado esto sin un debate amplio, ha impedido que se haya llegado a una decisión sobre el destino del Frente. En este programa de la conducción municipal de El Progreso hemos defendido la tesis que no importa cuántas opciones se consideren, que lo que necesitamos es saber conducir el debate con la más amplia y efectiva participación de las bases, sólo así llegaremos finalmente a una decisión que cuente con el pleno respaldo popular. En El Progreso somos abiertos a la discusión y privilegiamos la opinión de ese soberano al que debemos saber escuchar. Estamos convencidos que de la decisión que adoptemos sobre cómo hemos de buscar la refundación de Honduras dependerá la agilidad que demos al trabajo de organización, educación, finanzas y propaganda. Mientras no resolvamos lo primero las tareas de construcción seguirán avanzando lentamente.
Fuente. voselsoberano.com
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