domingo, 17 de octubre de 2010

German Leitzelar: Locuacidad mercenaria al servicio de la oligarquía

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German Leitzelar es uno más de los analistas políticos calificados por los medios de comunicación golpista como “inteligente, respetado y correcto”; después del 28 de junio de 2009 se le cayó la careta de honesto y, cada vez que abre la boca para verter opiniones, deja evidencia de quién ha sido su amo: la oligarquía.
Para algunos profesionales del Derecho Leitzelar es considerado como la “prostituta del pueblo”, frase popular y denigrante para calificar a aquellas personas que se venden al mejor postor.

“El respeto que otorga el pueblo es la fuente de la inmortalidad, es la mejor almohada para la conciencia tranquila, incluso, es la fuente de todas las riquezas y honores; muchos como Leitzelar no lograron entender que de ahí surgió la importancia social y moral que perdieron precisamente por no asimilar esa verdad profunda”

Redacción / EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. Hace algún tiempo German Edgardo Leitzelar Vidaurreta era considerado por muchos ciudadanos como respetado abogado laborista, destacado analista y excelente mediador. En décadas pasadas se granjeó la simpatía del pueblo hondureño por posturas en defensa de los derechos humanos y de las leyes.

Es uno de los fundadores del Partido Innovación y Unidad (Pinu), que después pasó a Pinu-SD, conformado en su mayoría por nacionalistas resentidos que pregonaban no pertenecer ni a la derecha ni a la izquierda, sino al centro, es decir, un partido indefinido. 

A pesar de tener apellidos rimbombantes, proviene de una familia pobre y luchadora y logró abrirse camino con esfuerzo. Con el transcurrir de los años la buena imagen de Leitzelar se ha ido disipando, el poder y el dinero tiraron a la basura las posturas sociales que le dieron nombre, hasta convertirse como tantos otros dizque analistas que los grupos de poder económico utilizan para influir en la ciudadanía en temas afines a sus intereses miserables.

AL MEJOR POSTOR

Para profesionales del Derecho que lo han tratado, Leitzelar es como la “prostituta del pueblo”, frase popular y denigrante para calificar a aquellas personas que se venden al mejor postor. 

Los trabajadores agrupados en sindicatos resienten de Leitzelar que pasó de defender sus intereses a representar la causa de los patronos;  quienes lo conocen afirman que de manera paralela trabajaba para  ambos bandos. El ex presidente de un sindicato estatal de la década de 1980 afirmó a EL LIBERTADOR que Leitzelar le dijo una vez: “Si la empresa me contrata trabajo para la empresa;  si me contrata el sindicato, estoy con el sindicato”.

El comportamiento dual y deshonesto de German Leitzelar es evidente, en los 80 se declaró defensor de los derechos humanos cuando los militares encabezados por el extinto general Gustavo  Álvarez Martínez martirizaron a cientos de hondureños por sus ideas políticas. En los 90 se sumó a las organizaciones civiles que se oponían al servicio militar obligatorio. Ahora en el siglo  XXI avaló las actuaciones del  gobierno violador de los derechos humanos del dictador Roberto Micheletti y de las fuerzas armadas traidoras encabezadas por el general golpista Romeo Vásquez Velásquez. 

 INSTRUMENTO MERCENARIO

Formó parte del cuerpo de analistas mercenarios que la oligarquía hondureña seleccionó para tratar de convencer al pueblo hondureño de que la cuarta urna impulsada por el ex presidente Manuel Zelaya Rosales era ilegal, y que lo ocurrido el 28 de junio de 2009 no fue golpe de Estado sino “sucesión presidencial”.

Los torpes oligarcas hondureños avalados por el Departamento de Estado creyeron que por ser un experimentado abogado laborista, otrora respetado por las organizaciones sindicales, German Leitzelar sería  capaz de persuadir a los ciudadanos de no votar a favor de la “Cuarta Urna” que decidiera la convocatoria  a una Asamblea Nacional Constituyente.

Durante varios meses el locuaz togado argumentó que el Presidente Zelaya estaba llevando a la nación al despeñadero y cuatro días antes del golpe, fecha de la consulta popular, fue presa de la desesperación al darse cuenta que sus explicaciones no hacían ningún efecto en la población que estaba  dispuesta a participar en el proceso, llegando al extremo de amenazar con 15 años de prisión por el delito de traición a la patria a todo aquél que participase de la encuesta.

Al gremio magisterial, bastión de la lucha pro constituyente intentó convencerlo de que al instalarse la Asamblea Nacional Constituyente desaparecería el Estatuto del Docente. Hoy los docentes están más unidos que nunca a favor del proyecto.

HOMENAJE AL RIDÍCULO
Un día después que el gobernante de facto y dictador Roberto Micheletti Baín tomó por asalto la “presidencia de la república”, el Congreso Nacional nombró a German Leitzelar coordinador del denominado Diálogo Nacional, supuestamente para buscar una salida a la crisis política.
El nombramiento lo hizo el Congreso a solicitud del mismo Leitzelar, ya que según sus propias palabras él creía que podría resolver la crisis política. Hasta ese momento el abogado del dólar asumía de manera ingenua en sus capacidades de “salvador” de la crisis hondureña. El pueblo que resistía a la dictadura lo bajó de la nube donde estaba.

Muy seguro de sí mismo declaró a los medios de comunicación golpistas que: “Se me han dado plenos y amplios poderes para abrir esos espacios de negociación, quiero hacer un llamado a los grupos que están en conflicto para que nombren representantes en el diálogo”. Siete meses duró el régimen de facto y Leitzelar no tuvo la capacidad de reunirse ni una tan sola vez con “los grupos en conflicto” como él llamó al ahora Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y lo único que logró fue convertirse en el hazmerreír del gobierno de facto.
DEFENSOR DE APÁTRIDAS
Cuando se quiso impedir que el panameño Ricardo Maduro fuera candidato a la presidencia por haber nacido en Panamá, Leitzelar integró el grupo de abogados que defendieron la posición de que Maduro era hondureño por nacimiento. La paga a su “buen trabajo” es de todos conocidos, se convirtió en el único militante del Partido Innovación y Unidad Social Demócrata (Pinu-SD) que formó parte del gabinete de Gobierno del panameño Ricardo Maduro, como Secretario de Trabajo y Previsión Social.

Leitzelar se convirtió también en el defensor del derrotado candidato presidencial por el Partido Liberal Elvin Santos Ordóñez en el tortuoso camino a su  inscripción como tal, ya que la Constitución de la República le impedía participar en el proceso electoral  por ser vicepresidente de la República en el gobierno de Zelaya.

El apoyo que brindó a los dos líderes de los conservadores partidos Nacional y Liberal y ser el apoderado legal de transnacionales y de las empresas de Ricardo Maduro y de la golpista familia Canahuati, le permitió maniobrar para postularse como candidato a magistrado de la Corte Suprema de Justicia, aunque no logró su objetivo, sí alcanzó  una curul en el actual Congreso Nacional, en la que ha adoptado posturas favorables a los grupos de poder económico y político del país. Sin duda, orgullosamente golpista.

 

Fuente: ellibertador.hn

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