Ida Garberi
“Mi único delito fue apoyar el retorno del presidente democráticamente electo, José Manuel Zelaya Rosales, tras el golpe de Estado cívico-militar del 28 de junio de 2009, porque consideré que su secuestro fue un acto ilegal. Yo soy el vice-director de una escuela, y desde entonces empezó la persecución política contra mí por el director de la escuela ‘Dolores Bustillo’, Granly Jiménez Figueroa, quien intenta crear un ambiente hostil a mi alrededor”, dijo José Donaldo Castro.
Este maestro vino a COFADEH para denunciar la persecución psicológica sutil ejercida por el director de la escuela donde trabaja, un hombre golpista totalmente subordinado al poder, casado con un empleada de la Casa Presidencial en el momento del gobierno de Zelaya, que después aceptó el golpe y sigue trabajando con el presidente de facto Pepe Lobo.
José está acusado, incluso, de hacer una fuerte presión sobre los demás profesores, casi alcanzando el chantaje puro, para que participen en las marchas y manifestaciones del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) al que pertenece. “La situación es ridícula, porque nunca me podrán acusar de nada, soy una persona honesta que sólo quiere hacer su trabajo, y la demostración que no tienen nada en sus manos, es que nunca lograron sancionarme”, dijo José Donaldo.
“Temo por mi vida y mi trabajo, de este gobierno ilegítimo podemos esperar de todo. Estoy tratando de regresar a la escuela donde yo trabajaba antes, la ‘Roberto Sosa’, pero la dirección del departamento no responde, a pesar del hecho que envié mi pedido dos veces (…) Ellos están inventando excusas, pasan mi solicitud de una oficina a otra, con la esperanza de cansarme y que me vaya del magisterio. El martes, 31 de agosto 2010, volví a trabajar después del paro de más de 20 días, y después de la firma de un acuerdo con el gobierno, donde se declaró que no se iban a deducir los días de huelga”, dijo José.
“En mi escuela, comparto mi oficina con el director, pero yo no tengo la llave, así que cuando el martes fui para tomar una bebida y dejé mi maletín en la mesa, en un momento de recreación, a mi regreso me encontré con la puerta del despacho cerrada. Le pregunté a la señora encargada de la limpieza si por favor me podría abrir -porque yo no tengo la llave de mi oficina, pero ella sí-, y ella, avergonzada, respondió que el director le había quitado la copia de la llave. ¿Qué quiero más para entender que el director no me quiere allí?” cuenta José, preocupado.
“Fui hasta la posta policial para reportar el incidente, para que las autoridades fueran testigos del hecho de que yo estaba afuera de mi oficina por abuso de poder del director. Fui también al sindicato profesional de los maestros de Honduras (SINPRODOH), y sus representantes fueron a la escuela, pero el director no pidió disculpa, al revés, siguió diciendo que no necesitaba mi trabajo. Incluso se quejó al distrito en el sentido de que si yo me quedo, él se irá. Quiero recalcar que se dedica a ponerme en contra a los otros profesores”, dijo el maestro perseguido.
José termina la entrevista con gran energía, dijo que quiere continuar apoyando todas las acciones contundentes del FNRP, porque es su derecho tomar una posición política ante la situación crítica del país, seguirá las convocatorias de la Federación de Organizaciones Magisteriales de Honduras (FOMH) para defender el derecho de oposición y hasta cuando lo dejaran con vida, seguirá en las calles, con los incansables caminantes.
* periodista de defensoresenlinea.com
Fuente: defensoresenlinea.com
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