El proceso incoado contra el padre Andrés Tamayo es arbitrario y le violenta el derecho a permanecer en el país, sin reconocerle ningún mérito a toda la lucha que ha hecho por los bosques hondureños y otras causas sociales.
Redacción / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. “Si Lobo Sosa tiene voluntad política de concretar la reconciliación nacional, entonces debe permitir el retorno al territorio nacional del padre Andrés Tamayo Cortés, de donde nunca debió haber salido”, ha dicho a este rotativo el abogado Jari Dixon Herrera.
El padre Tamayo ingresó a Honduras en 1983 y un año más tarde fue ordenado sacerdote. Para 1997, se trasladó a Salamá, en el departamento de Olancho, donde inició una lucha frontal contra los depredadores de los bosques hondureños. En marzo de 2006, el gobierno de Manuel Zelaya Rosales le concedió la naturalización hondureña en reconocimiento a su lucha por el beneficio de la mayoría de compatriotas.
Dixon Herrera sostuvo que el proceso de anulación de la carta de naturalización del sacerdote (concedida en 2006) tiene todos los vicios de nulidad, “en vista que se inicia en la etapa más oscura del golpe de Estado de junio de 2009 y jamás le fue notificado en personal al afectado”.
Al respecto, Tamayo Cortés aseveró en comunicación electrónica con EL LIBERTADOR, que “los beneficiados con mi expulsión son los madereros, como los aserraderos Lamas (propiedad del cubano José Lamas), Sansone (cuyo consignatario es Interamerican Woods Inc.), entre otros, porque habíamos logrado una veda de 13 mil kilómetros cuadrados de bosque, además que se les exigía el cumplimiento de las leyes ambientales”.
PROCESO AMAÑADO
A los Abogados en Resistencia –prosiguió Herrera– jamás se nos permitió ver el expediente por parte de la Secretaría de Gobernación y Justicia, donde al final aparece una resolución firmada por el presidente de facto, Roberto Micheletti Baín, anulando la naturalización del padre Tamayo y más grave aún que no se le notifica personalmente, sino que se tablea lo que hace que cualquier abogado defensor pierda el término para imputar.
El “tableo” o notificación por tabla se refiere a cuando las autoridades judiciales exponen en una pizarra la nulidad de notificación de naturalización para que el afectado pueda enterarse, sin embargo, en el caso de Tamayo Cortés, éste no podía darse cuenta en vista que estaba cercado por las Fuerzas Armadas en la embajada de Brasil en Honduras, donde acompañaba al Presidente Manuel Zelaya.
El abogado Dixon Herrera se preguntó: “¿de qué reconciliación está hablando el señor Porfirio Lobo Sosa”, ¿de qué unidad nacional habla cuando no ha dicho ni una sola palabra por la ilegal expulsión del padre Tamayo hacia la República de El Salvador? Para que esto sea posible, es urgente el retorno inmediato del padre Tamayo al país”.
Fuente: ellibertador.hn
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