En Radio Progreso hemos hablado de terrorismo mediático, que es cuando el cerco mediático se lleva a extremos de usar lo que ocurre para crear miedo, para imponer una verdad a la fuerza aunque nada tenga que ver con la realidad, y es cuando se hace uso de los hechos de la realidad para presentar a los verdugos como salvadores de la patria y a las víctimas y a las personas honradas como delincuentes y vándalas.
Un cerco mediático es a la democracia y a la libertad de expresión lo que el agua es para el fuego o lo que un cáncer es a la salud. Y montar un cerco mediático como estrategia de control ciudadana en nombre de la democracia es una genuina y estricta aberración política. Lo que venimos experimentando en nuestro país es justamente una aberración montada por unas cuantas familias propietarias de unos periódicos, unas radios y unos canales de televisión que los usan para distorsionar la realidad al gusto y antojo de sus mezquinos intereses y a rienda suelta.
Los medios de comunicación tienen una misión orientadora de la sociedad a través de la información, la formación y el entretenimiento. Es obvio que cada medio asume una postura ante la realidad, que refleja propósitos, intereses y cosmovisiones de sus propietarios ante los destinatarios. Decir que un medio de comunicación es neutral o imparcial es tan aberrante como lo que hemos dicho sobre el cerco mediático. La parcialidad de un medio hacia un interés o hacia otro, es un hecho inevitable.
La parcialidad tiene que ver con el lugar desde donde se sitúa el medio de comunicación. Pero esa parcialidad no significa que se tenga que mentir para lograr los propósitos de quienes están detrás del medio de comunicación. La parcialidad es una opción que asume un medio de comunicación frente a toda la sociedad. Pero esa parcialidad no puede estar en contra de buscar la objetividad y la honradez de lo que se comunica o transmite. Cuando la parcialidad no se sustenta en la honradez, entonces deja de ser opción para convertirse en fanatismo, y cuando eso ocurre el medio de comunicación deja de cumplir su misión de generar opinión y pasa a crear un cerco mediático.
Los medios de comunicación cumplen una hermosa misión en la sociedad, porque con su información, educación y entretenimiento fomentan la cultura, la construcción de ciudadanía y al final de cuentas son fuente de justicia, democracia y paz. En Honduras, la ausencia de democracia se expresa en ausencia de honradez en la mayoría de medios de comunicación actualmente existentes.
Buscar que los medios de comunicación cumplan con esa misión de construir una cultura democrática desde la protección de los sectores más indefensos, es la mejor manera de romper con el cerco mediático y con la ley del más fuerte, y es el mayor servicio que desde los medios de comunicación podemos hacer al inevitable proceso de refundar la nueva Honduras.
Nuestra Palabra, Editorial Radio Progreso, 21 de julio de 2010
Fuente: Radio Progreso
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