sábado, 15 de mayo de 2010

Falsos positivos

Comisión de Organización, FNRP Comayagua

Mayo 2010

En la Semana Santa, en ocasión de los operativos para la seguridad de los veraneantes fue entrevistado el ministro de seguridad, en su intervención el funcionario deslizó un escalofriante proyecto que ya ha mencionado varias veces, dijo que próximamente se instituirá la práctica de pagar y gratificar a los policías por logros en el combate a los delincuentes.

Para comprender porque esto debe preocuparnos a todos, especialmente a los estratos pobres, que somos la mayoría, estudiemos lo que sucedió sobre el particular en Colombia, hasta donde viajó don Oscar Álvarez para traer ideas de combate a la inseguridad:

La práctica de los falsos positivos ha venido desarrollándose en ese país suramericano desde el año 2002, pero la discusión pública cobró gran revuelo hace algunos meses, cuando un perezoso paramilitar contratado por la brigada 15 de Cundinamarca para conseguir, a 150 dólares cada uno, los candidatos a falsos positivos se equivocó y reclutó once víctimas en un solo sitio, la mayoría alcohólicos y drogadictos que residían en Soacha, un poblado suburbano al sur de Bogotá de gente muy pobre, casi miserable; los desafortunados aparecieron un día después en la noche a 400 Kms. de distancia en el Norte de Santander, un departamento fronterizo con Venezuela, inexplicablemente registrados en un lapso de 24 horas como guerrilleros muertos en combate, vestidos con traje de la guerrilla y armas oxidadas junto a los cuerpos; con infinita negligencia primero los mataron y después les cambiaron de ropa porque, como comprobaron los investigadores, los agujeros de bala en la ropa y el cuerpo no coincidían, además las armas estaban inservibles posiblemente sacadas de la bodega de obsoletos; hasta un soldado que andaba con permiso visitando sus familiares cayó en la trampa del delincuente que empleaba la treta de invitar a licor, mariguana o crack a los incautos y ofrecerles trabajo en lugares distantes hacia donde los trasladaba para entregarlos, por recompensa, a los militares.

El criterio empleado para seleccionar los candidatos al cadalso, además y preferentemente del político ideológico, está marcado por la intolerancia hacia personas consideradas como disfuncionales o problemáticas para la sociedad (alcohólicos, drogadictos, mendigos, homosexuales, retrasados mentales, prostitutas o delincuentes) algo así como la limpieza de los nazis en Alemania durante Hitler.

Aunque Uribe culpa a los narcotraficantes de haber infiltrado al ejército, la realidad es que la puerta a estos 5841 crímenes, según datos oficiales, la abrió la resolución secreta numero 029 del Ministerio de Defensa firmada en el año 2005 por el anterior ministro Camilo Ospina, hoy candidato a Fiscal General, este acuerdo oculto determina pagar a los militares y policías 3 millones y medio de pesos por cada guerrillero muerto de la FARC; una simple operación aritmética nos dice que a la fecha se han pagado a los oficiales de las fuerzas armadas y policía la cantidad de 22 mil millones de pesos colombianos, solo por los registrados oficialmente, ya sabemos que las cifras muestran la punta del iceberg, donde tres cuartas partes de la masa no se ven porque están sumergidas; se sobre entiende que círculos mafiosos y corruptos de la sociedad y el estado colombiano capturaron el erario público, matando inocentes por miles para cobrar dineros, reconocimientos, ascensos y gratificaciones en especias.

En un hecho extraordinario, inaudito, asombroso sin precedentes en toda el área de influencia del dólar que demuestra la magnitud de este delito, tres generales, cuatro coroneles y siete tenientes coroneles de un total de 27 militares separados, además de la renuncia del comandante del ejército fueron el resultado de las sanciones a los implicados en este macabro delito que tuvo repercusiones mediáticas y condenas a nivel mundial. En la realidad ésta fue la alternativa que se aplicó para evitar la destitución del ministro de defensa Santos y el presidente Uribe.

Increíblemente los altos miembros del gobierno de Honduras que ya cuentan con antecedentes sobre el particular, el último en gran escala fueron los asesinatos llamados los cuatro puntos cardinales, han pasado por alto este oscuro delito en la historia de Colombia y en su desesperación quieren trasplantar estos deleznables procedimientos de estafa por muertos en nuestro país, esta mentalidad tiende a incrementar la violación a los derechos humanos por aquellos uniformados que tratan de impresionar a sus superiores, incentiva mas la participación de malhechores asociados con la fuerza armada, o viceversa, en la obtención de beneficios económicos por delatar, intimidar, humillar y matar inocentes; además demuestra que las consecuencias del golpe obsesionan el raciocinio de los grupos pro status quo, que no fueron intuidas ni en sus peores pesadillas y actualmente están huérfanos de inteligencia para terminar con este gran problema que se les esta yendo de las manos, amenazando derrumbar la desproporcionada desigualdad social, que es en definitiva la real causa de la delincuencia y el descontento popular.

Bibliografía:

a) Informe especial falsos positivos cinep 2009.

b) Falso positivo en Colombia, Hernando Salazar BBC Mundo Colombia.

C) Colombia: Los falsos positivos Luis Eduardo Saavedra (especial para argenpress. Info)

Fuente: Vos el soberano




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