¿y BIEN? ¿Dónde estamos? ¿Quiénes somos? Hasta hoy nadie que esté dentro como a fuera del Frente Nacional de Resistencia Popular desconoce las respuestas a estas interrogantes. Estamos ante una enorme encrucijada. Sabedores de que no hay otro camino, de que no hay otro momento para refundar nuestra patria nos erguimos desde el 29 de junio frente a los déspotas de siempre hechos un solo corozón, hombres y mujeres tomados de la mano, dispuestos a todo, sin miedos ni complejos, con nuestras manos limpias, sin más armas que nuestra palabra; pero ¿qué hemos recibido? El dictador nos reprimió de todas maneras, muchos de nuestros hermanos cayeron fulminados por las balas asesinas, santificadas por el cardenal y sus secuases, legalizados por los jueces y calladas por los medios de comunicación del sistema. Hoy seguimos en resistencia pacífica, pero el sistema ya no el dictador sino que sustituto, sigue asesinando a nuestros hermanos. Y nos preguntamos ¿Qué hacer? El pueblo ama la paz, rechaza la violencia, pero no es masoquista.
Cuando marchamos y se nos pregunta ¿QUIENES SOMOS? Todos al unísono respondemos La Resistencia Popular. Pacíficos por que no somos de estirpe asesina, pero valientes porque hemos enfrentado al ejército y a los policías sin armas y sin miedo. La oligarquía está formada por los grupos de poder, ellos son uno y cuenta además con un ejército bien armado, una policía y un grupo de oprtunistas azules y colorados, pinuistas, udeistas y demacratacristianos que les ayudan a reprimirnos, ellos son el gobierno, nosotros somos a mucha honra la OPOSICIÓN.
Dicho lo anterior se me ocurre que debemos salir de esta encrucijada y asumir nuestro papel de oposición con caracter de urgencia. La no violencia tiene otras formas de lucha, hasta hoy no hemos agotado todas las formas pacíficas de enfrentar al enemigo, ni hemos dado el paso siguiente, para atacar en vez de reaccionar ante el ataque de la oligarquía: hacer oposición.
Tenemos la obligación de hacer dos cosas de vital necesidad: buscar formas de seguridad que nos permita salvar vidas valiosas para la patria y para nuestras familias y realizar una serie de acciones para advertirle a Pepe Lobo y sus secuases de que no estamos dispuestos a tolerar más muertes. Pienso que deberíamos de buscar la forma de provocar una huelga general, para hacerles sentir en lo que duele perder algo. Sino seguiremos poniendo los muertos.
Por otro lado si somos la oposición no nos queda más que hostigar al gobierno para apurarle la crisis; dejarlo que se estabilice es contrario a nuestros objetivos; en tanto que las acciones del gobierno cumplen contra nosotros los propósitos de sus planes: intimidarnos, atemorizarnos e invalidar nuestro discurso de oposición, ellos están tranquilos, si los dejamos asi pasaran otros cincuenta años, si es que logra presentarse otra oportunidad. Los pueblos se casan y asi como se enerban se desencantan. Hay otras formas de lucha, debemos aplicarlas. Les recuerdo que Morazán vive y que la lucha sigue.
Cuando marchamos y se nos pregunta ¿QUIENES SOMOS? Todos al unísono respondemos La Resistencia Popular. Pacíficos por que no somos de estirpe asesina, pero valientes porque hemos enfrentado al ejército y a los policías sin armas y sin miedo. La oligarquía está formada por los grupos de poder, ellos son uno y cuenta además con un ejército bien armado, una policía y un grupo de oprtunistas azules y colorados, pinuistas, udeistas y demacratacristianos que les ayudan a reprimirnos, ellos son el gobierno, nosotros somos a mucha honra la OPOSICIÓN.
Dicho lo anterior se me ocurre que debemos salir de esta encrucijada y asumir nuestro papel de oposición con caracter de urgencia. La no violencia tiene otras formas de lucha, hasta hoy no hemos agotado todas las formas pacíficas de enfrentar al enemigo, ni hemos dado el paso siguiente, para atacar en vez de reaccionar ante el ataque de la oligarquía: hacer oposición.
Tenemos la obligación de hacer dos cosas de vital necesidad: buscar formas de seguridad que nos permita salvar vidas valiosas para la patria y para nuestras familias y realizar una serie de acciones para advertirle a Pepe Lobo y sus secuases de que no estamos dispuestos a tolerar más muertes. Pienso que deberíamos de buscar la forma de provocar una huelga general, para hacerles sentir en lo que duele perder algo. Sino seguiremos poniendo los muertos.
Por otro lado si somos la oposición no nos queda más que hostigar al gobierno para apurarle la crisis; dejarlo que se estabilice es contrario a nuestros objetivos; en tanto que las acciones del gobierno cumplen contra nosotros los propósitos de sus planes: intimidarnos, atemorizarnos e invalidar nuestro discurso de oposición, ellos están tranquilos, si los dejamos asi pasaran otros cincuenta años, si es que logra presentarse otra oportunidad. Los pueblos se casan y asi como se enerban se desencantan. Hay otras formas de lucha, debemos aplicarlas. Les recuerdo que Morazán vive y que la lucha sigue.
Un abrazo.
Roberto Zapata
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