Tratan de desmantelar la lucha de los sindicatos para debilitar a la resistencia por eso han venido asesinado por sectores, pero no lo van a lograr, podrán asesinar mil, un millón, pero no podrán asesinar todo un pueblo que está aglutinado en la resistencia, advirtió Juan Barahona, dirigente del Frente Nacional de Resistencia Popular, este jueves.
Barahona llegó al entierro de Julio Fúnez Benítez, quien fue asesinado la tarde de este lunes 15 de febrero, después de que llegó de una reunión de su organización el Sindicato de Trabajadores del Servicio Autónoma Nacional de Acueductos Alcantarillados y Similares, SANAAYS.
La bandera del Frente Nacional de Resistencia, la que Julio siempre cargaba cuando iba a las marchas, estuvo en todo su velorio encima de féretro, por el cual desfilaban centenares de personas que llegaron a darle el pésame a su familia.
Como siempre, hombres desconocidos llegaron haciéndose pasar por dolientes, pero el objetivo era el de siempre, vigilar a los miembros de la resistencia. La impunidad en que se encuentran las acciones del régimen les hace pasearse tranquilamente por las calles.
Hoy enterramos otro compañero de la resistencia, los que lo asesinaron tienen la misma práctica de la policía, vemos una cadena de asesinatos, primero con los jóvenes, maestros y ahora los sindicalistas, señaló Barahona.
Agregó que estas acciones obedecen a la política de represión de la dictadura que ahora es la continuación del golpe de Estado con Pepe Lobo, “le exigimos a él que cese las muertes de los compañeros y compañeras de la resistencia porque con esto no puede haber conciliación ni tranquilidad”.
Al referirse a Fúnez Benítez dijo que era muy activo y dinámico, haciendo obras de desarrollo en su patronato, muy beligerante en el sindicato. En la resistencia siempre estuvo enfrente de las movilizaciones eso lo puso visible ante los asesinos por su lucha y ha sido asesinado por ser un miembro de la resistencia.
El llanto y el dolor en sus familiares era muy fuerte en el cementerio donde fue enterrado. Su esposa Lidia y sus hijas estuvieron en todo momento cerca de su cuerpo que esperaba que se terminaran los trabajos de apertura de la fosa donde sería sepultado.
Nos quitaron el brazo derecho en la colonia
Mientras se preparaba la fosa donde sería depositado el cuerpo del sindicalista, la profesora Agustina Hernández, directora Escuela Reinado de España en la colonia Brisas de Olancho, lamentaba la pérdida.
“Con él levantamos toda la matrícula de la Escuela cuando no había porque él era un líder en la colonia , nosotros sentíamos una fuerza en él como persona que apoyaba todas las actividades de la escuela, hemos sentido profundamente la muerte de él”.
Porque este hombre siempre estaba pensando en las mejores obras para la colonia, hizo un parque y él fue quien gestionó la apertura de la posta policial en la colonia Brisa de Olancho, para que este lugar tuviera mejor seguridad.
“Era una persona que siempre estaba buscando el bien para otros, para los niños, jóvenes , adultos y apoyo a toda la colonia, no me explico por qué a una persona así le quitan la vida”, dijo la maestra.
Recuerda que Julio cuando llegaba por las tardes se sentaba en el parque y emprendía jornadas de limpieza si miraba sucias las calles, “hasta frescos les compraba a los cipotes para que le ayudaran a limpiar”.
Los restos de Julio yacen en un cementerio en las afueras de la capital hasta donde llegaron sus compañeros sindicalistas y otros miembros del Frente Nacional de Resistencia Popular, por la tarde de ayer miércoles. Su cuerpo fue velado desde el martes en el SITRASAAYS.
Con el asesinato de Julio ya suman decenas de miembros de la resistencia contra quienes los cuerpos represivos han atentado contra su vida, quedan centenares de familias afectadas por estas pérdidas, niños y niñas huérfanas. La impunidad está a sus anchas en Honduras, mientras algunos países se dejan apantallar por acciones que son cosméticas, opinaron algunos de los líderes de la resistencia
Fúnez Benítez siempre estaba al frente de las marchas y todas las actividades del Frente Nacional de Resistencia Popular, FNRP, el fin de semana recién pasado participó de la primera asamblea del FNRP, realizada en Siguatepeque.
De acuerdo a datos proporcionados por amigos y parientes del occiso, éste había recibido varias amenazas a muerte donde le advertían a través de teléfonos que si no se retiraba de la resistencia lo iban a matar.
Hace menos de un mes fue asesinada la también sindicalista, Vanessa Zepeda Alonso, el pasado tres de febrero, después de haber desaparecido su cuerpo fue lanzado de un vehículo en marcha en las inmediaciones de la colonia Loarque, al sur de la capital. Ella pertenecía al Sindicato de Trabajadores del Instituto Hondureño de Seguridad Social, SITRAIHSS.
La represión se hizo sentir el jueves 11 de febrero contra el vice presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de Bebidas y Similares, STIBYS, cuando fue asaltada su casa por hombres que forzaron los balcones para introducirse.
Julio deja tres hijas. Su esposa Lidia quien queda a cargo de todo en la casa, antes tenía la ayuda de su esposo. Su madre fue traída desde la zona Norte de Honduras la madrugada del martes por los hermanos de Julio, quienes no tuvieron valor de decirle la verdad en el camino.
Cuando llegó a la capital la inyectaron y después le dijeron qué ocurrió con su hijo. Fue una emoción fuerte, desde las once de la mañana del miércoles no se separó de enfrente de la caja que tenía el cuerpo de quien siempre estaba preocupada por ella. Los desmayos y un silencio eterno, llenan a esta anciano que tiene casi 80 años y que no comprende por qué le mataron a su pariente.
Doña Lidia pidió justicia, "quiero saber quién lo mató y que castiguen a los asesinos, "solo quiero decirle a la comunidad internacional que necesitamos justicia y que paren ésto que ya no se aguanta", dijo mientras su hijas la consolaban y compartían su dolor.
Fuente: Defensores en línea
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