Germán Reyes
Tegucigalpa, 28 nov (EFE).- Rolando Medina y su esposa Cleo residen en Alaska, pero ahora están en Tegucigalpa para decir un "no a las elecciones" del próximo domingo, en protesta por el golpe de Estado del 28 de junio pasado contra el presidente Manuel Zelaya.
"Yo no voto", se lee en el sombrero de Rolando, quien hoy protestaba una vez más ante el Parlamento de Honduras para expresar su rechazo al golpe de Estado y a las elecciones del domingo "porque son un fraude".
"Yo tampoco voy a votar", dice su esposa, Cleo Montoya, con quien Rolando se casó "en 1977 después de un noviazgo de cuatro años".
La pareja de hondureños lleva varios meses en Tegucigalpa a la espera de que llegue enero para regresar a Alaska, "donde la vida es dura, aunque económicamente es buena", dice ella.
"Siempre fuimos rebeldes", recuerda Rolando en declaraciones a Efe, y apunta que se conocieron precisamente en una manifestación de estudiantes de educación media hacia 1973.
El Instituto Central Vicente Cáceres, donde Rolando estudiaba entonces, estaba donde hoy funciona la Galería Nacional de Arte, a un costado del Parlamento, ante el cual protestaban este viernes acompañados de dos nietos -de cuatro y cinco años-, con dos banderas de Honduras azul y blanco.
La pareja decidió irse a vivir a Alaska hacia finales de los años 70 del siglo pasado porque les gustaba "la aventura, el reto, las cosas difíciles", explica Cleo, quien además dice que "es fácil irse a vivir a Nueva York, Los Ángeles o Miami".
Rolando también recordó que fue militante del Frente Estudiantil de Segunda Enseñanza (FESE), uno de los movimientos más beligerantes entre los jóvenes hondureños en la segunda mitad del siglo XX.
"Estando aquí nos hemos sumado al Frente de resistencia" contra el golpe de Estado que exige la restitución del derrocado presidente Zelaya, relató Rolando, de 55 años, quien lamenta que "Honduras sólo trasciende en el mundo por hechos negativos como huracanes, por su pobreza y ahora por un golpe de Estado".
Rolando, quien asiste a las marchas o plantones de la Resistencia contra el golpe de Estado vestido de traje formal y con sombrero de ala, a la usanza de Zelaya, dijo que estudió Filosofía en Tegucigalpa, mientras que su mujer cursó Administración Pública.
"Mi mujer me ha dicho que aproveche ahora para ponerme aquí mis trajes, porque en Alaska no lo puedo hacer por el frío, allá necesitamos abrigos gruesos", agregó.
En opinión de Rolando, si Zelaya no es restituido "la lucha continúa, porque la lucha es para el pueblo, para mejores condiciones de vida, porque aquí no hay desarrollo, faltan hospitales y educación".
"Yo vengo de una familia liberal, mi padre (Gregorio Medina) fue miembro del Partido Liberal (en el poder), también conozco la pobreza de Honduras en el campo", expresó Rolando, quien con su esposa son propietarios de una casa de adobe en el sector de Linaca, a pocos kilómetros de Tegucigalpa.
En Alaska, Rolando dice que se dedica a la promoción del turismo, mientras que su esposa es maestra de idiomas en una universidad.
Ambos extrañan el clima cálido de Honduras "porque el frío en Alaska además de largo es muy duro", señala Cleo, mientras juega con la cabellera de uno de sus nietos, de quienes seguidores de Zelaya bromean diciendo que "estos son los niños de la resistencia", en la que también figura "la abuelita", Dionisia Díaz, de 75 años.
Rolando y Cleo procrearon dos hijas, una que nació en Honduras y otra en California (Estados Unidos).
Una de ellas, la madre de los dos niños que acompañan al matrimonio, murió, mientras que la otra reside en el estado de Washington y está casada con un ciudadano estadounidense, relató Cleo, quien lamenta que en Alaska, una región que definió como "muy rica", haya poca población.
Fuente: finanzas.com
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