jueves, 30 de julio de 2009

Carta al general y sus oligarcas

Por Amalia Jiménez Galán

Apreciado general Romeo Vázquez Velázquez:

Recuerdo su voz en radio Globo diciéndole el cariño que le tiene a doña Xiomara y cuánto le advirtió al presidente de lo que estaba por venir. Le escuché todo el tiempo, general. Le escuché hablar del día que tuvo que poner en la balanza el mal menor hasta que el resultado de las acciones de ese día fue secuestrar al presidente y mandarlo en avión a otro país.

Pero claro, usted lo hacía porque ya se había sopesado pros y contras y ya se veía cuál era el mal menor y, a fin de cuentas, usted ya había avisado al presidente y le había advertido de que no se estaba dejando asesorar bien. ¿Verdad? Lo más importante era cumplir con la ley. Y la ley, en ese momento, era lo que decía la camarilla de oligarcas y la corte suprema de justicia.

Sobre el día que todo empezó a ser público (porque ya llevaba muchos días de gestación)
¿Y la constitución y el derecho a decidir del pueblo? ¿Nunca se hizo esa pregunta? ¿Cómo no se va a hacer esa pregunta en algún momento, hombre, cómo no?

En esa entrevista de radio Globo del domingo 26 de julio, doña Xiomara le preguntó, Romeo, quién había dictado la orden de arresto contra el presidente Manuel Zelaya. Y usted dio largas sin querer responder hasta que la primera dama insistió e insistió y usted dijo: "Le tengo mucho cariño y mucho respeto a doña Xiomara y quiero que sepa que hay situaciones difíciles y que había mucha gente que lo estaba asesorando (al presidente) y no le estaba diciendo la verdad. Yo como amigo traté de decirle.(...) Nosotros lo que hicimos fue cumplir con las órdenes dictadas por la autoridad competente.(...) Con mi corazón yo le hubiera dicho otra cosa, pero en el marco del deber ya es otra cosa (...) La seguridad del estado estaba amenazada. Hay una valoración que se hace de cuál es el mal mayor y el mal menor (...) Yo no quisiera estar discutiendo esto ante un medio de comunicación sino que debe ser discutido ante un tribunal competente porque tiene que ver con la seguridad nacional"

Claro, General... ¿el mismo tribunal que irrespetó la decisión ciudadana de haber elegido al presidente? ¿ése es el tribunal que con el cual usted quiere discutir la seguridad nacional, en lugar de hablarlo con el pueblo a través de los medios, en lugar de haber optado por respetar la decisión del pueblo y haberse unido a él en ese momento crítico?

No claro, usted creyó que era mejor respetar la ley y hacer lo que Xiomara le recordó a usted el domingo pasado: "No presentaron la orden de cateo ni de captura, cuando se habla tanto del respeto a la constitución. Cambiaron la versión diciendo que ingresaron a las seis quince de la mañana y eso no es así. (...) Hay un dictamen de los derechos humanos que dice que se violentaron todos los derechos del presidente y que hay una represión y ésta es otra de las preguntas que tenemos como familia y hondureños (...)" Cuántas preguntas se le están acumulando, querido general.

Sobre la represión, perdón, digo... sobre la “protección del pueblo”.

Como no quiero abundar en detalles infinitos (y la barbarie cometida se presta para ello), vamos a saltar ahora al momento en que, usted, general, ordena a sus tropas movilizarse a la frontera.
¿Qué ejército iba a atacar la patria, cuál era la amenaza a la seguridad nacional?

¡Ah! sí, claro... era el presidente ¿qué esperaba, que tuviera una bomba atómica escondida debajo del jeep o que le acompañara una milicia de nicaragüenses y venezolanos?

Nada de esto fue así. Entonces, ¿por qué ese despliegue militar en la frontera? ¿Por qué esa manera de tapar los caminos, de impedir la libre locomoción?

Y el general nos explicó a todos por la radio cuáles eran sus motivaciones, por si no supiéramos nosotros: "El ejército tiene orden de no abrir fuego contra el pueblo hondureño. La muerte del joven este fin de semana puede que no tenga nada que ver con las fuerzas armadas. (...) No queremos nosotros nunca meternos en estas situaciones porque sabemos que produce dolor porque conocemos el significado de la guerra y amamos a nuestro pueblo. (...) Para manifestaciones, nuestros soldados están armados con escudos y gases lacrimógenos. Yo no sé quién ha dicho que somos asesinos (...) En las manifestaciones, ¿cree usted que es el ejército el primero que agrede a las personas? No. Son las personas las que primero agreden a los soldados. (...) Nosotros estamos fuera de cualquier misión. Sólo estamos para proteger a la población. Usted lo ve desde el punto de vista de un lado. Yo lo veo desde el punto de vista de Honduras, de proteger a todos los hondureños por igual (...)".

Cuánto insistió usted, general... cuánto insistió... por eso, general, cuando veo la foto de este joven muerto de una manera tan cruel, me digo... ¡¡¡menos mal que el general mandó sus tropas a la frontera para proteger a todos los hondureños por igual!! ¿y la bomba en el sindicato? ¿y los seis muertos? ¿y las 1.275 personas detenidas?

Y luego, no puedo evitar preguntarme: ¿y si no hubiera habido tropas en la frontera? ¿Y si no hubiera habido tropas en el aeropuerto? ¿Y si no hubiera habido detenidos? ¿y si no hubiera habido medios de comunicación cerrados? ¿Y si no hubiera habido 200 elementos entrando en la casa del presidente?

¿Cómo puede decir que "no hubo golpe de estado"? General, está a punto de convertirse en otro triste militar perseguido por la justicia nacional e internacional cuando tiene en sus manos la posibilidad de dar un giro a esta barbarie poniéndose de verdad al servicio del pueblo y sacando a la luz los tejemanejes de quienes le amenazaron con acusarle por traición a la patria, según usted mismo insinuó el domingo pasado por la tarde. La traición es ésta... el dolor, la muerte, el atraso y la desgracia que vive la mayoría por las decisiones de unos pocos. Y puede que algo, en el fondo de su alma, lo esté reconociendo....

A la espera de sus lúcidas acciones



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