martes, 16 de noviembre de 2010

Policía amenazó con “botarlo muerto en un cerro” a joven que grabó vídeo del Cardenal Rodríguez

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La gente gritó reclamos y lanzó huevos al carro del Cardenal Rodríguez. Ya habiéndose retirado éste, la Policía propinó violentas golpizas a los manifestantes; lanzó gases lacrimógenos, al menos uno directo a la cara del joven de 18 años, Mario Leonel Valle, lo que le provocó contusiones y heridas abiertas”. La ACAT recuerda al Comisionado Custodio “que todo operativo policial debe cumplir con los estándares de derechos humanos, incluido el uso proporcionado de la fuerza y, nunca, lanzando botes de gases directamente a los cuerpos de las personas”.
Tegucigalpa. “Entréganos la cámara y te dejamos ir, de lo contrario no te llevaremos a la posta, sino que te botaremos muerto en un cerro”, amenazó la Policía al joven que grabó un video de los manifestantes que rechazaron la presencia del Cardenal, Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, arzobispo de Tegucigalpa, después de que éste inauguró una iglesia.
La amenaza a muerte fue denunciada por la organización española, Acción de los Cristianos para la Abolición de la Tortura (ACAT), en una carta enviada al Comisionado Nacional de Derechos Humanos de Honduras,  Ramón Custodio,  a quien  piden investigar, con urgencia,  el ataque  policial a los manifestantes.
Entre   ellos,  estaba el muchacho  que salió de su casa a filmar la manifestación, quien captó  la golpiza contra los vecinos y las vecinas,  y al negarse a entregar la cámara a los policías,  lo  detuvieron de forma arbitraria, indica ACAT en el  documento  divulgado por el Observatorio Ecuménico  del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) en Honduras.   
El joven que fue golpeado al subir al carro patrulla, antes y durante su detención  le condicionaron entregar la  cámara para dejarlo ir: “…de lo contrario no te llevaremos a la posta, sino que te botaremos muerto en un cerro”.    En la delegación policial  lo amenazaron de nuevo: “una cara nunca se nos olvida, la policía siempre anda en las calles”. 
Los policiales llevaron al agraviado a la delegación del  Zonal Belén, donde fue encontrado por la familia, después de que lo anduvieron buscando, y a quienes intentaron extorsionar  pidiéndoles “150 mil lempiras para gastos de hospital”, reveló ACAT. 
La Policía amenazó  a la familia  que si denunciaban  el cobro, “ellos   tramitarían una denuncia contra el joven por agredir a un policía con una piedra”. La madre del agredido refutó que  en el lugar de la  protesta no hay piedras,   es pavimentado.   
La ACAT ha pedido al Comisionado, Custodio López, investigue  “especialmente las golpizas   indiscriminadas ante personas desarmadas, el lanzamiento de proyectiles lacrimógenos al cuerpo de las personas y las detenciones y amenazas”, para juzgar y castigar a los responsables conforme a  la ley. 
 “… estas agresiones [policiales] se van repitiendo en diferentes zonas de Honduras”, reitera la ACAT.
Recalcan a Custodio “que el derecho a la libre expresión y a la libre manifestación pacífica está contenido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y es obligación de los Estados su debido cumplimiento”, expresan. 
La gente gritó reclamos y lanzó  huevos al carro del Cardenal.  Ya habiéndose retirado éste, la Policía propinó violentas golpizas a los manifestantes; lanzó gases lacrimógenos, al menos uno directo a la cara del joven de 18 años,  Mario Leonel Valle,  lo que le provocó,   contusiones y heridas abiertas”.  
La ACAT recuerda  al Comisionado  Custodio “que todo operativo policial debe cumplir con los estándares de derechos humanos, incluido el uso proporcionado de la fuerza y, nunca, lanzando botes de gases directamente a los cuerpos de las personas”.
Antecedentes:
El Cardenal  se opuso al retorno de Manuel Zelaya,   en cadena nacional de radio y de televisión al instalarse el régimen de facto,  mientras  le llamaba  “amigo”,  le advirtió no regresar a Honduras, porque de hacerlo habría “derramamiento de sangre”. 
Según la constitución hondureña, violada y defendida por el golpismo, ningún hondureño puede ser expatriado, y el Estado  es laico. El cardenalato, con derecho a expresarse,  no constituye un ente político que habilite  para hablar en nombre de un gobierno  en cadena de radio y de televisión.
A escasos 10 días del Golpe,  Rodríguez  acusó a Zelaya, de “mentir internacionalmente”, de dividir al pueblo “sembrando una  lucha de clases”,  de ser un gobierno corrupto y validó como legítimos los juicios  falsos de los tribunales.
El Cardenal Rodríguez se alió al   golpe de Estado, que defendió como “sucesión constitucional”.  No condenó, hasta hoy, los crímenes y violaciones a los derechos humanos por la violencia institucionalizada. Evade discutirlo y se limita a hablar  de reconciliación y perdón,  sin explicar de qué  y cómo.  
Rodríguez   ha emitido juicios favorables a Micheletti y al humanismo cristiano de Porfirio Lobo. Pero, se refiere con menosprecio a  una parte de la población a la que trata como marginal, en un acto moral excluyente ajeno a la doctrina cristiana. 
Ha dicho que “no entiendo que es lo que les he hecho para que me odien tanto”,   quejándose del repudio popular manifiesto, en especial del pueblo en resistencia, a quienes llamó “grupúsculos”, y reclamó  que le manchan las paredes, con los mensajes de protesta dejados en los muros de la Catedral.

Fuente: Red Morazánica de Información - ellibertador.hn

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