Honduras se encuentra actualmente sumida en una crisis que abarca prácticamente todos los ámbitos de la vida nacional. El régimen de Porfirio Lobo ha ido posicionando una política agresiva contra la población, favoreciendo las clases dominantes del país, y tratando de implementar cambios que favorezcan una superestructura adecuada a la profundización del neoliberalismo planteado en el Plan de Nación, aprobado a principios del 2010.
Este régimen, engendro del GOLPE de estado, se sostiene gracias al apoyo de los EEUU, que indudablemente, continúa su política de blanquear el CRIMEN político y los de lesa humanidad del 28 de junio del 2009.
Durante 2010 ha demostrado ser frío y veloz para tomar y ejecutar decisiones, a pesar de la oposición generalizada y ha sabido maniobrar con algunos grupos de izquierda que siempre se han prestado al juego de ser contra poder, para neutralizar la limitada oposición que ha tenido. Además, cuenta con una mayoría en el Congreso, que le permite guiar cómodamente las políticas neoliberales, sin una oposición consistente. Por el contrario, los colectivos políticos presentes en el congreso desaparecen o se pliegan con facilidad, y las actitudes adversas de algunos diputados de la Unificación Democrática, o de la resistencia liberal, sirven más bien para darle una careta de tolerancia al régimen.
Su llamado al diálogo, aunque efectivamente derrotado por la Resistencia, seguirá siendo su instrumento mediático para impulsar arreglos legales que parezcan ser, sin ser necesariamente. Las probabilidades nos indican que avanzamos hacia un ardid muy calculado, el que solo se podrá desnudar si tenemos una definición firme, de lo contrario nos corremos el riesgo de convivir en condiciones negativas para nuestro accionar, esto debido a que nos han arrinconado a que enfrentemos el statu quo o perdamos legitimidad frente a las bases.
Ellos entienden que nuestra iniciativa de auto convocatoria, a estas alturas del desarrollo de las propuestas políticas ya perdió su sentido, que fue factible en el momento que se propuso y dio los efectos de crear presión sobre el régimen. Hoy temen que presentemos un ejercicio político de propuesta, de lucha por el poder, lo que puede unir las fuerzas de la resistencia.
A partir de esto queda claro que el mayor reto que debe enfrentar el Frente Nacional de Resistencia Popular en las semanas que siguen, está justamente en prepararse para los escenarios y desafíos que le presente la derecha con sus guiones prefabricados por la CIA, el Pentágono y otros bichos que construyen la contrainsurgencia en el país, y en toda América latina.
Además debemos tener presente que el proceso que emprendemos no es convencional ni mucho menos. Las condiciones de represión y violación constante a los derechos humanos de los miembros de la resistencia, hacen que el desarrollo se la conflictividad social llegue a extremos complejos, y, naturalmente que nuestra tarea este cargada de riesgos incesantes a nuestra propia existencia. El régimen impone el ritmo de las cosas, y no debemos creer ni por un instante que nuestras acciones no tendrán una respuesta violenta de parte de los adversarios. Encima de la adversidad producida por la coerción, debemos tomar en cuenta el control masivo de los medios de comunicación que siempre estarán tratando de arrinconarnos y minimizarnos.
Existen dos escenarios mediante los cuales se tratará de retar, y aniquilar políticamente al FNRP, los cuales no son excluyente entre sí, sino más bien complementarios, pues saben a ciencia cierta que existe mucho malestar interno dentro del frente causado por la falta de integración de varias organizaciones, además de que subyace una propuesta del régimen a muchos dirigentes, de incorporales como diputados a la amarrada constituyente desde sus diferentes gremios, estos escenarios serían así:
a) Las reformas al artículo 5, serán abordadas a finales de noviembre, y aprobadas antes de que se concluya la legislatura: esto permitiría que fueran ratificadas al comienzo de las sesiones siguientes, y habilitar un proceso de consulta controlado completamente por la derecha.
b) Después de las reformas se convoca a un plebiscito en el que se consulta una de dos cosas; 1) Estamos de acuerdo en llamar una asamblea nacional constituyente (ojo que la pueden convocar originaria o derivada indistintamente), opciones sí o no. Nosotros, bajo las condiciones actuales, no podemos apoyar ni una ni otra; el asunto pasa a ser de forma y perdemos el punto del contenido, pero el frente pierde una de sus dos peticiones de 2010. 2) Se consulta al pueblo si piensa que la Constitución actual necesita cambios, sin necesidad de redactar una nueva. Solo con la consulta entramos en un dilema político, pues al negarnos a participar caemos en su trampa.
Visto que en el futuro cercano estaremos enfrentados a una estrategia bastante agresiva, parece que nuestra opción inmediata es la organización y la preparación de una estrategia política que nos permita convertirnos en actores protagónicos de la vida nacional. Estos dos aspectos no son contradictorios, y pueden llevarse adelante simultáneamente. Esencialmente estamos hablando de que las organizaciones integrantes del frente lleguen a un consenso sobre la necesidad de formar una organización de masas destinada a la formación de cuadros y a la toma del poder, por ejemplo un Frente Amplio, deliberante, abierto y democrático.
Puesto que éste debe ser un acuerdo de todas las organizaciones, es importante buscar el acercamiento y la inclusión de todos. Esto debe verse desde una perspectiva simple; las organizaciones deben seguir cumpliendo su misión, del modo que lo han hecho siempre, y la fuerza política debe estar a cargo de enfrentar los acontecimientos que definan el poder en Honduras.
Las tareas del Comité Político en esta dirección deben iniciarse de inmediato, y las labores de diálogo interno, deben ser ejecutadas, en consulta permanente con el Comité Ejecutivo, el SubCoordinador y el Coordinador General, quienes deben adoptar de inmediato un papel más ejecutivo y beligerante dentro del FNRP, y hacia el exterior.
Finalmente, es de gran importancia renovar fuertes acciones en pro del retorno de Manuel Zelaya, el Padre Tamayo y los otros expatriados, ya que por el momento se ha dejado esta bandera en manos de grupos liberales que fácilmente serán intervenidos por la élites del Partido Liberal que siguen las consignas de Flores Facussé y la Embajada Americana.
Fuente: Vos el soberano
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