jueves, 7 de octubre de 2010

Entendiendo a César Lazo y a Andrés Pavón

Ricardo Salgado

El pensamiento en resistencia es diverso pero no incongruente; en las últimas horas se han producido dos documentos muy importante que vale la pena analizar, y aquí, con el permiso de los autores de esos análisis, voy a tratar de poner en perspectiva a lo que en ellos se plantea. A Andrés Pavón lo conozco, y tengo una altísima opinión sobre su persona y su capacidad de producir pensamiento; en el caso del compañero César Lazo, aún no he tenido el honor de conocerlo pero por sus escritos estoy convencido de su profundo compromiso con Honduras.


En sentido estricto, el ensayo de César nos lleva por un análisis de practico de la situación que vive Honduras, y nos ubica en una realidad muy distante de la que los golpistas han pretendido fabricar; en Honduras hay dos fuerzas opuestas y no  10 ni 15 sectores con igualdad de condiciones. La falta del FNRP en esta farsa ha convertido esto ya en un dialogo golpista, lo que no lleva a Honduras a ninguna parte.


Posiblemente haga falta enfatizar más el hecho de que la trampa imperialista, no está siendo construida ahora mismo, sino que lleva años de estar preparándose, y la oligarquía, al menos un sector de la misma, ya tiene un plan para Asamblea Nacional Constituyente, y toda su maquinaria ha echado a andar un proyecto que termina con la derrota del pueblo; la gran falla de este plan: se obvia la existencia de un pueblo en resistencia que trabaja contra reloj, y que recién ahora pasa a la ofensiva.


El ensayo de Lazo, culmina, como debe ser, con una propuesta clara de agenda para entrar en una discusión con posibilidades de éxito y que pueda llevar al país por un sendero de acuerdos mínimos para la refundación del Estado. En este documento se presenta un camino, justamente el elemento que la convocatoria de Lobo omite sospechosamente. Es difícil saber si este camino, es difícil por ahora decir si esta es la agenda más idónea, pero sería una ganancia mayor para el Frente Nacional de Resistencia Nacional que César la formalizara por escrito y se incorporara a las sesiones donde se puede discutir la misma con mayor amplitud.


En el caso de escrito de Andrés, me preocupa que muchos intereses y dogmas no permitan una discusión más amplia de este tipo de pensamiento estructurado: Sin embargo, debemos luchar todos por ampliar el debate de las ideas, y demostrar a la dictadura a que se está enfrentando. No valen aquí insultos, ni retorica divisionista. Muchos hemos luchado sin cesar durante 15 meses, desde diferentes trincheras, sin que eso deba ser razón para ignorar los pensamientos lucidos de nuestros compañeros.


La primera parte del trabajo de Andrés, nos guía rápidamente por un resumen histórico del derecho constitucional burgués, surgido de una burguesía revolucionaria, que generó un inmenso cuerpo de pensamiento alrededor de las condiciones mínimas que necesitaba para que su Estado prevaleciera y se reprodujera. El posicionamiento histórico trata de darnos una perspectiva dialéctica sobre las diferencias entre una burguesía revolucionaria, creadora, pensante del llamado “siglo de las luces”, y la burguesía reaccionaria que hoy más parece un pulpo que quiere devorar todo, que seguramente no tiene nada del iluminismo que dio origen a los estados capitalistas.


También aborda el trabajo de Pavón, la era post independentista, y nos orienta sobre el desarrollo del derecho constitucional en este lado del mundo, y como las ideas liberales (no las del Partido Liberal), llegan a Centroamérica, a través de Guatemala, y a Honduras a principios de la década de los 80 en el siglo XIX. Vale resaltar que Francisco Morazán, aunque iluminista con un preclaro pensamiento liberal (otra vez no el de los liberales del foro de unidad o el CCEPL), no logra influir el pensamiento de los políticos e ideólogos de su tiempo en este país.


Nos explica este ensayo con meridiana claridad acerca de la revolución como vía para cambiar las estructuras, las relaciones de producción del país, y deja claro que esa vía esta siempre abierta si la oligarquía no entiende que debe llevar adelante un acto de rectificación, y buscar cobijarse bajo el ropaje que ya le dieron lo iluministas, para salvar las condiciones de clase privilegiada que el sistema le otorga. Deja también muy bien establecido que el camino que hemos escogido es el de las reformas del estado, y que con ello no nos dirigimos a una sociedad nueva. Pero esto no es necesariamente malo.


Habla acertadamente de una realidad ineludible; el país es de todos, y no debemos caer en el error de pensar que vamos a construir un Estado aparte, solo de la resistencia. Una condición estricta para avanzar en el camino de la restitución del orden condicional, es el reconocimiento de las partes de la existencia de la otra, así como de la necesidad de ajustar la forma en que nos relacionamos. La constitución actual es condicionada por el entorno represivo creado por la política intervencionista imperial de los años 80, dirigida a eliminar las luchas de los pueblos hermanos, y a hacer de Honduras el portaviones de sus designios, en consecuencia no representa los verdaderos intereses del pueblo hondureño, razón esencial para que sea cambiada.


Como podemos darnos cuenta, tenemos dos trabajos intensos, profundos que nos arrojan luces y son muy coincidentes, y deben formar del pensamiento resistente que necesita acelerar el proceso de pensamiento y producción, que sirva para orientar a nuestro pueblo.


Una cosa que obvian los dos compañeros es poner énfasis en que el retorno de José Manuel Zelaya, como coordinador del frente nacional de resistencia Popular, es innegociable, y debe darse de forma inmediata. Si no ponemos en nuestro análisis propuestas concretas para llevar adelante la repatriación de los exiliados como condición previa a cualquier forma de acercamiento entre las dos partes, estaríamos dejando a la oligarquía un vacío que ellos gustosamente aceptarían.


Aunque muchos, en razón de nuestra formación, manejamos cierto nivel de desprecio por el caudillismo, pienso que estamos en la obligación de reevaluar la relación dialéctica entre el líder y su pueblo, especialmente cuando se han producido acontecimientos como el del 28 de Junio de 2009. Es posible que debamos ser más amplios es este análisis, pero es claro que cualquier análisis histórico  de la situación nos llevara a encontrar la naturaleza indiscutiblemente dialéctica del desarrollo de un vínculo fuerte entre Manuel Zelaya y el pueblo resistente. Mal haríamos es no interpretar correctamente este asunto.


Luce claro que en el futuro inmediato, el trabajo intelectual será vital para el desarrollo del Frente Nacional de Resistencia Popular, el que deberá servir, entre otras cosas, para aportar los fundamentos para la movilización de las fuerzas resistentes, que hoy están llamadas a demostrar con firmeza y fuerza que no están de acuerdo con el orden de cosas actual y que somos capaces de demostrar esa fuerza en las calles.


Finalmente, hay que celebrar que el pensamiento de nuestros mejores pensadores, es cada vez más coincidente con los planteamientos del FNRP, y que eso nos acerca cada vez más a una etapa nueva de la lucha, en la que cada quien habrá de cumplir, en el proceso de establecer las líneas básicas de desarrollo para nuestra sociedad durante el siglo XXI.

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