martes, 7 de septiembre de 2010

Universidad militarizada

Cuando todo parecía indicar que el conflicto laboral en la Universidad Nacional Autónoma (UNAH) llegaba a su fin, con una solución concertada con la mediación del Ejecutivo, la policía —con el secretario de Seguridad a la cabeza— irrumpió en el campus universitario, deshaciendo así el logro de la conciliación y la paz.

Es la segunda vez que, mediante la embestida policial, se echa a perder el arreglo negociado de este conflicto, como si existiera un oculto designio de hacer abortar el recurso del diálogo en la UNAH para imponer un régimen autoritario, sin parar mientes en que la armonía es indispensable para acometer la inmensa tarea de la reforma universitaria.

Si bien es cierto que la intervención policial fue en cumplimiento de órdenes judiciales de captura contra 22 dirigentes del Sindicato de Trabajadores de la UNAH, y que la ocupación militarizada del campus universitario es por petición de la Rectoría, el verdadero significado de estas acciones es la presencia de un modelo dictatorial que exhibe el golpismo a partir del 28 de junio/09 en Honduras.

De esta manera, los dirigentes sindicales son perseguidos y obligados a buscar la clandestinidad, no obstante su disposición de resolver el conflicto y de haber aceptado una fórmula conveniente a ambas partes, pero que, por lo visto, no se corresponde con los propósitos de la administración universitaria.

Dentro de lo patético de esta situación, la embestida policial del domingo pasado tuvo ribetes de ridiculez cuando los detenidos, que no eran los consignados en las órdenes de captura, fueron los empleados del servicio de vigilancia y las armas requisadas propiedad de la Universidad. Para colmo, la policía cargó con los integrantes de una huelga de hambre, pocas horas antes de que éstos finalizaran su acción protestataria.

No es dable suponer que la autoridad universitaria ignorara los avances de la negociación que, prácticamente, había superado el conflicto. Los dirigentes sindicales que realizaron las gestiones y los acuerdos, la mediación de la Secretaría de Trabajo, habían comunicado oportunamente los términos amigables del compromiso.

Sin embargo, va saliendo a flote la probable intención de destruir el sindicato de la UNAH de la misma manera que parece debilitarse deliberadamente la autonomía universitaria, es decir conquistas importantes en el espectro de la democracia y del desarrollo cultural de nuestro país.

Sucede, entonces, que independientemente de los trastornos relacionados con el período de clases en la Ciudad Universitaria, lo que ahora se advierte en el horizonte es la natural solidaridad de las organizaciones sindicales con el SITRAUNAH, máxime cuando está planteada una movilización general de trabajadores en demanda de la fijación del salario mínimo y de otros reclamos gremiales.

Fuente: tiempo.hn

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