Grave error

Billy Peña

El presidente Rafael Correa está furioso y los hondureños pensantes indignados. En lo personal, nunca pensé que el canciller de Honduras, Mario Canahuati, tendría la temeridad de cometer una torpeza al acusar al presidente del Ecuador de ser “irresponsable” por haber revelado la existencia del segundo superviviente de la masacre de indocumentados en el estado mexicano de Tamaulipas. Pero nosotros, frescamente publicamos la fotografía del emigrante ecuatoriano y dimos su nombre. Tal parece que el canciller de la República aún ignora que la dignidad presidencial está sobre la de cualquier canciller y en el caso de reglas protocolarias, un simple canciller no puede criticar ni irrespetar a un presidente, sin embargo, Canahuati agredió verbalmente al presidente constitucional de la República del Ecuador, Rafael Correa, imagino que acostumbrado al trato que les da a los obreros de sus fábricas. Señor canciller, con todo el respeto que nos merece, permítanos recordarle que la cancillería de la República no es una fábrica de pantaletas y los presidentes y jefes de Estado no son obreros suyos. A los hondureños no nos caería bien que un funcionario—nacional o extranjero—se expresara de forma despectiva e irrespetuosa de nuestro presidente. Sea como sea, al presidente de la República se le debe respeto y el presidente de Honduras es Porfirio Lobo Sosa. Estoy seguro que el canciller del Ecuador nunca se hubiera exhibido atacando verbalmente al presidente Lobo de Honduras porque, con seguridad, conoce lo que es protocolo. Se lo recordamos a usted, señor canciller, en esta ocasión. Protocolo es un ceremonial diplomático establecido ya sea por decreto o por costumbre, también es la etiqueta que debe observarse en ciertos actos oficiales. Pero, lamentablemente, tal parece que usted ignora redondamente lo que es el arte de la diplomacia pues con lo dicho al señor presidente Correa ya no habrá posibilidad de que Honduras y Ecuador normalicen relaciones… las relaciones diplomáticas que se interrumpieron el día en que se le dio el golpe de Estado al presidente Manuel Zelaya, en junio del año pasado. Usted, señor canciller, olvidó que el señor Rafael Correa no sólo es el presidente constitucional de la República del Ecuador sino también el presidente pro témpore de Unasur, ese foro de naciones sudamericanas que está por desembolsar 300 millones de dólares destinados a la reconstrucción de Haití, de manera que Unasur no es un foro decorativo. Mientras el señor presidente Lobo Sosa hace hasta lo imposible por rescatar la dignidad de Honduras y busca la aceptación de la comunidad internacional, usted comete la torpeza de hundir más a Honduras pronunciando dislates que ofenden la dignidad de un gobernante, de un presidente, como lo es el presidente Correa. El es presidente mientras que usted es simplemente un canciller y, tal parece, un canciller sin experiencia. No esperamos que sea usted el príncipe Metternich, el famoso estadista y diplomático austriaco, pero al menos tenga una vaga idea de lo que está haciendo. Tal como marchan las cosas usted es una lamentable desventaja para el gobierno de don Porfirio Lobo. Harry Truman lo hubiera despedido a usted sin pensarlo dos veces.

A raíz de las declaraciones del canciller Canahuati se armó el escándalo, con justificada razón, y el suceso ha sido noticia internacional. En Quito, el señor presidente Correa dijo: “Viene este insolente canciller del gobierno ilegítimo de Honduras, ¡cómo les remuerde la conciencia de que no representan, no tienen ninguna legitimidad, a decir que el presidente Correa es un irresponsable. Ni siquiera voy a perder el tiempo respondiendo idioteces.” Valga que lo dijo el presidente Correa y vimos el vídeo por la Internet. Tengo entendido que sólo un idiota pronuncia idioteces. Pero el canciller Canahuati no puede, ni debe, iniciar una batalla verbal con el presidente de ningún país… vale más guardar silencio cuando habla un superior del tótem político internacional.

Creo yo que el presidente de Honduras, don Porfirio Lobo, tiene dos alternativas, una es buscar otro canciller o, la más viable, enviar al canciller Canahuati a estudiar diplomacia. La mejor facultad de relaciones internacionales la ofrece Georgetown University, en Washington, D.C. El asunto es de capital importancia, no se puede tener como encargado de la diplomacia hondureña a un hombre, o mujer, que no tiene la menor idea de lo que es diplomacia. Desbaratará todo lo que hasta ahora—y con gran esfuerzo—ha logrado el señor presidente Lobo. De esta manera Honduras nunca será restituida a la Organización de Estados Americanos y nunca a Unasur. A Haití no le caerán mal esos 300 millones de dólares que le enviará Unasur, cuyo presidente pro témpore, es el presidente del Ecuador, Rafael Correa. Tampoco nos caería mal a nosotros una colaboración de Unasur. Pero, tal como van las cosas en la cancillería hondureña pues ¿qué sabe la chancha de freno y el sapo de gurupera? En ocasiones hay mucha sabiduría en los dichos populares. El canciller, desconociendo lo que es la diplomacia, está echando por el resumidero los esfuerzos del presidente Lobo Sosa. Grave error.

Septiembre 9, 2010.