Cuando Odiseo descubrió que no sería capaz de penetrar los muros de Troya, ideó la más famosa de las trampas. Hizo que su hábil carpintero Epeo le construyera un caballo de madera de grandes dimenciones y que en su exterior escribiera: «Con la agradecida esperanza de un retorno seguro a sus casas después de una ausencia de nueve años, los griegos dedican esta ofrenda a Atenea».
Los Troyanos, fieles creyentes de los dioses, después de discutir el final de tan bella ofrenda, decidieron meterla en su ciudad poniendo, sin saberlo, final a la guerra y otorgando la más famosa victoria de la antigua Grecia.
Cuando escuchamos a Porfirio Lobo, actual heredero del golpe de Estado en la silla presidencial, reconocer aquello que TODO el mundo había reconocido desde hace casi un año, diciéndonos (como quien descubre el agua caliente) que SI FUE Golpe de Estado y no esa aberración jurídica de la Sucesión Constitucional, no nos sorprendimos, pues más que atrevidas sus palabras en España sonaron desesperadas.
Cuando días después declaró estar dispuesto a ir a traer a Mel Zelaya a República Dominicana para demostrar al mundo que acá existe una verdadera reconciliación, y ofreció además interceder en su favor para que nadie lo capture, sentimos desconfianza, pues todos sabemos que quien sea que controla el país, no es él.
Las últimas semanas de Lobo han estado marcadas por una aparente disputa entre el Ejecutivo y las fuerzas institucionales que lideraron el Golpe de Estado. Digo aparente, porque no ha pasado de enfrentamientos retóricos y amenazas verbales echas por los voceros de la oligarquía, como el columnista de ultra derecha Juan Ramón Martínez, enemigo declarado de la Resistencia, o el empresario de las comunicaciones Rodrigo Wong Arévalo, dueño del Canal “Educativo” 10 y varias revistas, o los dueños de la Unión Cívica Democrática, quienes siempre vestidos de blanco y sin vergüenza ofrecen payamas limpias, de tela o de madera [ataúd], para silenciar a quien ahora llaman delirante; demostrando no solo la intransigencia de la derecha hondureña, sino un irrespeto total a la institucionalidad, la misma, que según el FNRP dejó de existir desde hace casi un año.
Entre esa confrontación de poderes, podemos hablar por ejemplo de la Corte Suprema de Justicia, quien a principios de mayo despidieron a 5 jueces y magistrados que abiertamente se opusieron al Golpe de Estado violentando el principio de independencia judicial. Nadie más que Lobo necesitaba una rectificación de la Corte, pues una rectificación demostraría al mundo y a Manuel Zelaya, un control sobre la casta golpista. Recordemos que parte de los ofrecimientos hechos por Lobo Sosa ha sido el de “hablar” con la CSJ y El Fiscal General, para dejar sin efecto las mas de veinte órdenes de captura en contra del Ex Presidente. Pero a pesar de haber manifestó su inconformidad con la decisión anterior del pleno y pedir reiteradamente que rectificasen, la CSJ dio el tiro de gracia al sistema judicial hondureño y se negó a reintegrar en sus puestos a los magistrados despedidos. Más aun, Ramón Custodio López, oscuro personaje que dirige el mal llamado Comisionado Nacional de Derechos Humanos, amenazó, que si Mel Zelaya vuelve al país, encontraría su muerte.
La situación actual de Lobo Sosa, no deja de recordarnos a la de Manuel Zelaya un año atrás. La crisis institucional era profunda y los enfrentamientos entre los distintos poderes del estado aumentaba peligrosamente. Si bien en esa época Zelaya había ya conquistado cierto apoyo por parte del movimiento popular y hoy Lobo Sosa parece estar sólo, aunque cuenta con cierto respaldo del Legislativo.
El plan de la Oligarquía -y del Departamento de Estado norteamericano, porque detrás de las clases dominantes hondureña siempre está Washington-, no terminó con el golpe de Estado del 28 de Junio. Hay que recordar que el teatro incluyó también el acuerdo San José, Tegucigalpa, Guaymuras, las elecciones del 29 de noviembre (sin la resistencia y en las cuales “ganó” Pepe Lobo), constituir el Gobierno de Unidad Nacional a partir del 27 de Enero y, finalmente la constituyente.
Porque se hace cada vez más claro que ahora las clases apoderadas del país se están apropiado del proyecto de la constituyente, que lo ven como la única salida para la “gobernabilidad” y control político y buscan hacer con la nueva constitución, como han hecho con cada esfuerzo de reforma jurídica en los últimos 30 años: neutralizarlo. Recordemos para el caso el recién aprobado (hace dos años) Código Procesal Civil, que por oponerse a los intereses de las corporaciones que han hecho del sistema de justicia una extensión de sus empresas y feudos ha sido engavetado y condenado al olvido; o la Ley de Desarrollo Forestal, que lejos de proteger los bosques como se buscó por décadas, ahora los coloca en “custodia” de las empresas depredadoras; la Ley de Minería; La Ley de Policía y como estos muchos ejemplos que muestran el modus operando de las élites, que cuando no logran parar el impulso popular, lo secuestran.
Pero para ello y particularmente en el caso de la Asamblea Nacional Constituyente, necesitan desarticular a la molestia más grande que tienen: La resistencia.
En ese proyecto están, tanto las fuerzas oscuras militaristas y paramilitares que pretenden diezmar físicamente al pueblo organizado, como aquellos que desde las lujosas oficinas y salones proponen el rescate del Partido Liberal y planean hacer del FNRP una corriente interna del mismo, como en otros tiempos fue ALIPO o el M-LIDER, -corrientes progresistas del Partido Liberal que con el tiempo se mimetizaron con la derecha-, esperando recuperar con ello el consenso social que tanto necesitan para consolidar su plan de nación.
Igualmente, están aquello que desde “nuestras” radios y canales de televisión intentan desacreditar el liderazgo del frente boicoteando el proyecto de la declaración soberana, decapitando un movimiento que está en proceso de consolidación y para el cual, la pérdida de fe en la dirección, podría significar la desmovilización del frente y con ello la victoria definitiva del Golpismo.
El distanciamiento de Lobo Sosa con las fuerzas oscuras de la oligarquía, no hay que verlo como un acercamiento a la resistencia, porque no reconocemos las elecciones del 29 de noviembre, no reconocemos a Lobo como Presidente y por lo tanto no exigiremos SU restitución; en este caso es equivocada la idea de que todo enemigo de tu enemigo es tu amigo. Hay que verlo más bien, como una escena más del complejo plan del golpe de Estado que ahora necesita controlar el proyecto de la constituyente para refrescarse.
Pepe Lobo es nuestro caballo de Troya que necesitan meter en nuestras filas para controlar nuestro proceso. Cerca está el día, que como ofrenda a la diosa Atenea (por la paz y la reconciliación) pondrá su cargo a disposición del pueblo convocando a la Asamblea Nacional Constituyente. Y más cerca aún, si la ultra derecha continua con su campaña desestabilizadora llamando a un nuevo Golpe de Estado. Ese día, lejos de meterlo entre nuestras filas, debemos cerrar posiciones, dejar que se lo coman las aves de rapiña que le han rodeado por siempre y combatir con más fuerza, para que no caiga Troya.
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