Por Flor Monfort
“Desde el 17 de diciembre estoy en Buenos Aires en calidad de refugiada política. Acabo de terminar el documental que filmé desde que se realizó el golpe militar al gobierno de Zelaya en mi país. Después de seis meses de registro, continuar trabajando en Honduras suponía poner en riesgo nuestra seguridad y la del material. Así llegué hasta aquí, donde me encontré con la solidaridad de cineastas y periodistas que hicieron posible la finalización y difusión de esta película urgente”, cuenta Katia Lara, contenta por la tarea cumplida pero ocupada en difundir, por todos los medios posibles, la realidad de su tierra y un futuro incierto.
Militante del Frente Nacional de Resistencia Popular, Lara necesita contar las noticias que llegan todos los días a su mail desde Honduras, y que tan poco espacio ocupan en las internacionales de los diarios. Violaciones a los derechos humanos, más de 40 casos documentados de asesinatos políticos y la prolongación de la dictadura a través de la figura de Porfirio Lobo son el resultado de casi un año de un proceso que empezó mucho antes, con la intención de abrir una consulta popular para incluir una cuarta urna en las elecciones que iban a ocurrir en noviembre y que, por supuesto, nunca fueron. La intención era que el pueblo hondureño pudiera votar, junto con su elección presidencial, a favor o en contra de la formación de una Asamblea Nacional Constituyente. “¿Por qué es importante cambiar la Constitución de Honduras? Por muchas razones, pero las más importantes son la imposibilidad actual de hacer referéndum sobre asuntos políticos, la imposibilidad de revocar mandatarios y la necesidad de limitar la participación del ejército en la toma de decisiones. Qué paradoja, el golpe ocurrió antes de que la gente pudiera siquiera expresarse sobre esto”, explica Lara.
¿Cuándo empezó el acoso hacia su productora?
–Desde que estamos trabajando para promover el proceso de la cuarta urna empezamos a recibir amenazas, esto es mucho antes del golpe de junio pasado. Nosotros, desde Terco Producciones, estábamos realizando spots televisivos ficcionados con el objeto de difundir la necesidad de la cuarta urna, porque como militantes nos parece muy importante que se inicie un cambio profundo en nuestro país. En febrero de 2009 fuimos víctimas del primer asalto a mano armada, en el cual perdimos el equipo de cámaras y los archivos de nuestros discos duros. Este hecho, que inicialmente podría haberse confundido con uno de delincuencia común, para nosotros fue claramente un indicio. En ese momento ya se estaba hablando de la inminencia del golpe. Hicimos la denuncia a la policía pero también a la Cofadeh (Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras) quien nos advirtió para que estemos atentos. Una vez que el golpe ocurrió, el 29 de junio, no dudamos en salir con la cámara a la calle para registrar los hechos. Lo hicimos hasta que vinimos aquí en diciembre. En ese lapso perdimos dos equipos más, uno en la represión en la que murió Roger Vallejo, un activista de la resistencia, de un tiro en la sien. Nosotros habíamos llegado a capturar ese momento, pero se quedaron con la cámara y destruyeron todo. Ese día también agredieron a 69 compañeros. La segunda cámara que perdimos fue el 22 de septiembre mientras cubríamos la represión en la Embajada de Brasil cuando desalojaron a la resistencia que estaba acompañando a Zelaya. Otra vez la policía llegó y nos pidieron que entreguemos la cámara y el material.
¿Cómo terminaron el documental si les robaron sistemáticamente las imágenes?
–Por suerte, compañeros periodistas nos prestaron material, pero se perdieron tomas muy valiosas. La represión y el robo de equipos es moneda corriente en Honduras desde el golpe de Estado, no puedo decir que sea algo personal contra nosotros, pero antes del golpe tuvimos esos sustos y tengo muy claro que fue por nuestro apoyo a la cuarta urna.
¿Cómo llegaron a Buenos Aires?
–Dos miembros de la productora, Carlos del Valle y yo, estamos acá en calidad migratoria de refugiados políticos en trámite. Salimos del país porque teníamos miedo de perder todo, pero hay quienes se quedaron o fueron a otros países. El protagonista del documental, René Amador, se exilió a España luego de que pusieran una bomba en el auto de su novia para vincularlo a un hecho terrorista. El es militante, además de actor, y venía trabajando con nosotros en las ficciones de la cuarta urna. Decidí estructurar el documental a través de él, por su intensa militancia, y porque es un actor fundamental de la lucha por la libertad hondureña. También seguí los pasos de una actriz llamada Xenia Flores, quien fue amenzada de muerte igual que yo desde el estado mayor conjunto, y producto de eso estuvo escondida durante meses. En un diario, se publicó una solicitada en contra de ella donde pedían la pena máxima por difamación, que son seis años de cárcel. Ahora ella sigue viviendo allá, no se ha querido exiliar. Pero esos son nuestros protagonistas, comprometidos a fondo con la causa.
¿Cómo sigue tu vida?
–Mis próximos pasos serán llevar el documental a otras ciudades de Centroamérica y Europa, y esperamos poder estrenarlo en Honduras el 28 de junio, día del aniversario del golpe. Pero quién sabe qué pasará hasta entonces...
Quién dijo miedo se proyectará el próximo lunes 7 de junio en el Espacio Incaa KM 0 del Cine Gaumont a las 19.30 horas. Av. Rivadavia 1635. Entrada libre y gratuita.
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