La indiferencia del Estado ha significado que los agricultores se vieran obligados a tomar medidas para recuperar las tierras y ocuparlas fue una solución para evitar la muerte por inanición.
Ida Garberi
foto Nino Oliveri
“Algo que realmente se ha desarrollado en mí es la sensación de lo masivo en contraposición con lo personal; soy el mismo solitario que era, buscando mi camino sin ayuda personal, pero ahora poseo el sentido de mi deber histórico. No tengo hogar ni mujer ni hijos ni padres ni hermanos ni hermanas, mis amigos son mis amigos en tanto piensen políticamente como yo y sin embargo estoy contento, siento algo en la vida, no solo una poderosa fuerza interior, que siempre sentí, sino también el poder de inyectarla a los demás y el sentido absolutamente fatalista de mi misión que me despoja del miedo”.
Ernesto Che Guevara
La superficie agraria del "Bajo Aguán", ubicado en la parte atlántica del país, al norte de su geografía, es una de las más fértiles de América Central y por esta razón, las maniobras del gobierno asesino del neoliberal Callejas (1990-1994) permitió la concentración de la propiedad de la tierra entre tres millonarios terratenientes.
Callejas, a principio de los noventa, aprobó la Ley de Modernización Agrícola, que derogó la Ley de Reforma Agraria en vigor, por lo cual la tierra se trasformó en una mercancía que se pudo comprar y vender. Las cooperativas de agricultores que han sido financiadas por la reforma agraria, después de que el Estado la abandonó, se vieron obligadas a vender sus propiedades a los hombres más poderosos como Facussé, Morales y Canales, quienes se convirtieron en los dueños de casi toda el área, dedicándola al cultivo de productos no tradicionales, que son de exportación, como la palma africana y los cítricos.
La indiferencia del Estado por la situación de los campesinos ha significado que los agricultores se vieran obligados a tomar medidas para recuperar las tierras que históricamente han sido de ellos, y ocuparlas fue una solución para evitar la muerte por inanición.
Para citar datos específicos, recuerden que sólo Miguel Facussé posee 16 000 hectáreas en la zona, mientras que la misma ley de Modernización Agrícola no permite esta cantidad. Sólo en la zona de conflicto, tiene un exceso de más de 4 000 hectáreas, como resultó después de una medida del Instituto Agrario Nacional, a la presencia de técnicos del mismo Facussé.
Sábado, 17 de abril 2010: el Gobierno de Honduras y representantes del MUCA (Movimiento Campesino Unificado del Aguan) han hecho oficial el acuerdo que establece que los agricultores de esta asociación, formada por 28 cooperativas de la zona del Aguan, recibirían inmediatamente 3000 hectáreas de palma africana, en los tres meses a seguir, otros tres mil de tierras no cultivadas después de la evacuación voluntaria de las tierras ocupadas. Por otra parte, en el tiempo de un año, recibirían 1 000 hectáreas cultivadas y 4000 sin cultivar.
Como siempre, quien ganó más en este acuerdo fueron los terratenientes, aun cuando, en teoría, esto permitiría el terminar de la persecución de los campesinos: sólo durante los últimos días de negociaciones fueron detenidos decenas de trabajadores agrícolas sin ningún tipo de acusación fundada.
La prensa golpista fue responsable de demonizar los campesinos como si fueran guerrilleros fuertemente armados, mientras la realidad es todo lo contrario: son los asesinos de Facussé los que, principalmente de noche, entran en las comunidades para intimidar y sembrar el miedo en las personas, cuando no eliminan de forma permanente a los líderes de los movimientos campesinos.
Tuve la suerte de acompañar a algunos miembros de la organización para la defensa de los derechos humanos COFADEH (Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras) durante su visita al departamento de Colón, en el Bajo Aguan, para reunir pruebas de persecución y testimonios de familiares de los asesinados. Debo decir que, a pesar de todo, la situación no ha vuelto a la normalidad; el ejército y la policía siguen comportándose como si en el Bajo Aguan estuviera en guerra, siguen persiguiendo a los campesinos bajo el pretexto que son presuntos narcotraficantes y tratan de obstaculizar la labor de las organizaciones para defender los derechos humanos.
Como las fotos muestran, la policía se mantiene lista para perseguir a los líderes de los agricultores de forma sistemática y eficaz.
Podemos comprobar que la misma policía y los mismos militares se están moviendo en coches sin placas en completa impunidad: en el aparcamiento del hotel donde estábamos hospedados -nosotros y un número indeterminado de militares y policías- ¡el único vehículo con placa regular era el autobús del COFADEH!
Para hacer más eficaz esta invasión militar, invitaron incluso a militares estadounidenses y israelíes, que resultan un poco cómicos en los uniformes de la policía de Honduras, en su intento de comunicarse en un español artesanal, con nombres falsos como “Rivera” puestos en los uniformes, imaginándose tal vez que nadie podría detectarlos.
Si una persona tiene una necesidad repentina de avanzar rápidamente en el departamento de Colón, que se le olvide: cada pocos kilómetros hay un retén que detiene a la mayoría de los que pasan, inspeccionando ilegalmente el vehículo o los equipajes que encuentran, sin un mandato judicial, como si todos los que pasan fueran narcotraficantes asesinos.
Entre las alarmantes noticias que me han dicho los campesinos del MUCA, cuando los sicarios de Facussé entran por la fuerza en las cooperativas que están defendiendo la tierra -con pasamontañas y armados hasta los dientes- su acento colombiano se puede reconocer fácilmente, algo que confirma la denuncia de que el terrateniente más rico de Honduras contrató paramilitares colombianos para que se ocupen del trabajo sucio.
Y aquí estamos de acuerdo con el presidente golpista Lobo, que se queja de que hay extranjeros que han llegado a Honduras con fines subversivos: de hecho, ¿creen que los paramilitares colombianos y los militares norteamericanos y israelíes están exactamente en el país para asistir a una fiesta de cumpleaños? El problema es, con claridad, de tipo político; hay extranjeros buenos y otros malos: de hecho, en un retén donde detuvieron la camioneta del COFADEH, el mayor problema era mi acento cubano.
Un jefe de la policía un poco distraído, que me exigía, en un primer instante, un carnet de identidad hondureño, sin saber exactamente lo que fuera un pasaporte (juro que no es mentira… en ese momento comprendí por qué la resistencia en las marchas grita a los policías: “leer, escribir, aprender, para “chepo” nunca ser) afirmó que, por mi acento "extraño" mi pasaporte tenia que ser falso.
Sé que no es usual abandonar una profesión cómoda en el capitalismo, como la de medico veterinario, para dedicarse al periodismo político en una de las islas más bonitas y heroicas del Caribe, pero esta es mi vida y estoy muy orgullosa de haber estudiado español en la Universidad de La Habana… hecho que ha dejado signos reconocibles en mi forma de expresarme.
Sólo quiero concluir recordando que es una vergüenza que el gobierno golpista hondureño no reconozca todos los grandes esfuerzos que ha hecho Cuba para ayudar a este país hermano, desde el gobierno de Maduro, tras el terrible paso del huracán Mitch.
Sin embargo, afortunadamente, el pueblo sabe lo que ha sido y lo que sigue siendo el sacrificio de los médicos cubanos, que nunca abandonaron a los más pobres: al tratar de expulsar a los cooperantes de la salud cubanos, el presidente de aquella época, Maduro, tuvo que enfrentarse con el pueblo hondureño que bloqueó el aeropuerto Toncontín, y no permitió la salida de ningún medico criollo.
Así que, por favor, dejemos de perseguir a Cuba, dejemos de perseguir a los campesinos que están luchando por un pedazo de tierra: presidente golpista… por qué no exige justicia contra los corruptos y los asesinos como Oscar Álvarez, que usted mismo ha nombrado en su gabinete?
*la autora es responsable de la página web en italiano de Prensa Latina
Fuente: Kaosenlared.net
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