Fotografía: Arnulfo Franco (AP), Cesar Pérez (ANSA) y agencias
Por Ronnie Huete
Tegucigalpa, 7 de mar. Reforzar la débil hegemonía sobre el cono sur de América es una misión que la ex primera dama de los Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton debe de cumplir, como una sugerencia de las grandes transnacionales, que por décadas han impuesto su economía en Latinoamérica.
Las visitas realizadas recientemente a Uruguay, Chile, Brasil, Costa Rica y Guatemala como Secretaria de Estado de los Estados Unidos en una vestidura diplomática, rasgo un poco su vestido y a través de la cizaña que irradió en su rostro, criticó la revolución bolivariana que ha liberado a muchos pobres de nuestra América del yugo de la miseria.
Los recientes terremotos de las naciones hermanas de Haití y Chile, cuyo origen misterioso ha empujado a la política exterior de los Estados Unidos hacia las naciones latinoamericanas para charlar del rescate de sus democracias, que están situadas geográficamente a miles de kilómetros de esa nación del norte.
Hablar de democracia para la señora Clinton, es referirse al reconocimiento de Porfirio Lobo como presidente de Honduras quien surgió electo bajo una dictadura fascista y con un 72 por ciento de abstencionismo. El más alto registrado hasta ahora en la nación centroamericana.
La colmada agenda de la Secretaria de Estado elevo el tema de Irán para solicitar al gobierno de Brasil que apoye la sanción de proyectos nucleares contra esa nación que en reiteradas ocasiones afirmó que su trabajo nuclear es para fines pacíficos, acción que también es sostenida por el presidente de Brasil, Luis Inácio Lula Da Silva, quien valientemente contradijo la versión estadounidense.
En Argentina, Clinton hablo con la Presidenta Cristina Kirchner y en su discurso pre elaborado hizo mención en “alentar” un dialogo entre el Reino Unido y Argentina por la soberanía de las islas Malvinas mencionó Clinton de ascendencia inglesa, sin embargo países vecinos como Venezuela acentuó que geográficamente las islas le pertenecen a la nación sudamericana.
Luego, como es típico en los filmes estadounidenses, Clinton viajó hacia el devastado Chile y se presentó con un fingido aliento heroico frente al verdadero coraje y fuerza de la presidenta Michelle Bachelet.
Cansada del apretado viaje y con un mal sabor de la toma de posición de otro gobierno de izquierda en la tierra de José artiga, en la oriental Uruguay en donde José Mujica se posiciono como primer mandatario, Clinton se dispuso a viajar a su laboratorio político y económico en Centroamérica.
Guatemala fue el epicentro de la primera cizaña de Estados Unidos, en donde Clinton logro que las naciones centroamericanas reconociesen a Porfirio Lobo como actual mandatario para su pronto reintegro en la Organización de Estados Americanos (OEA).
Lobo, quien es señalado como la continuación de la dictadura fascista no obtuvo el respaldo de Nicaragua, cuyo gobernante discrepó la sugerencia de la ex primera dama al no reconocer un mandatario que hasta el momento mantiene una cruda represión a los miembros del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), quienes han sido víctimas de violaciones a los derechos humanos.
Puliendo el golpe de Estado efectuado en Honduras el pasado 28 de junio, Clinton sugirió al nuevo embajador de Brasil Tomas Shannon que se reuniera con Porfirio Lobo en Honduras y otras personalidades influyentes en esa nación.
Shannon, recientemente sirvió de intermediario en el anterior régimen de Roberto Micheletti para “resolver” la crisis política en Honduras y antes del golpe de Estado mantuvo una reunión con empresarios hondureños, políticos y el embajador de Estados Unidos Hugo Llorens.
El mal sabor de Clinton, fue disipado por el dulce proyecto que efectúa en el corazón de América, Honduras, en donde paso el último barniz que intenta teñir la sangre de los mártires caídos por la liberación de su patria.
Las advertencias de Clinton en su visita, al que llama el Hemisferio Latinoamericano, es un paso imperial de esa nación del norte, puesto que su preocupación derivada del resurgimiento de movimientos sociales, los ha obligado a hacer efectivas nuevas tácticas dentro de la globalización o neocolonialismo.
Hablar de paz y democracia para Clinton, seguramente no resulto fácil después de que su gobierno anunciara un fortalecimiento de las bases militares estadounidenses en Colombia, el laboratorio político en Honduras y la continuación de la guerra en el medio oriente.
Por lo visto la amnesia también afectó a Hillary, quien en sus años mozos junto a su esposo el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton se agrupaba en medio del movimiento Hippie surgido en los años sesenta y en donde la otrora joven se destacó por un polémico y progresista discurso en 1969.
Frente a esta amenaza imperialista ya las naciones unificadas en la naciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), bloque aprobado en la Cumbre del Grupo de Río, le hace un fuerte contra peso a las nuevas intenciones del imperio.
Un nuevo terremoto político y económico es la nueva musa que inspira el ataque estadounidense, sin embargo como lo manifestó el comandante Ernesto Guevara de la Serna, “ya está echado el camino al andar” en donde el nuevo latinoamericano difícilmente se arrodillara.
Fuente: morazanresiste.blogspot.com
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