Marel Medina
El 28 de junio, la cúpula militar hondureña, invitó al presidente constitucional José Manuel Zelaya Rosales a un picnic a Costa Rica y el presidente Zelaya estaba tan entusiasmado que se fue en piyamas ante la amistosa invitación de los milites.
Con la salida del héroe por decreto del poder, todo sigue igual, los miríficos protagonistas del evento siguen en Honduras, en sus puestos en el poder.
Que alegría sentí cuando pepe subió al yip junto con romeo a pasar revista a las tropas en el abarrotado estadio, afuera quedó una multitud seis veces mayor que la que atestaba el deportivo. Era un tigre humillado, amarrado por la orden de Mel de comportarse pacíficamente.
A pepe solo le falta decir que es heredero del golpe de estado, pero eso no pasará, puesto que fue electo por elecciones puras y trasparentes, las más infladas, ¡Qué horror! quise decir botadas.
Los “nuevos” funcionarios, fotografías desempolvadas de los regimenes del deportista Callejas y del Ricky Maduro panameño y pipil que ha traído el más puro capitalismo a Honduras. Veneremos a los gringos pues desde hace siglos mangonearon con vendidos hondureños que por unos indignos milloncejos entregaron y entregan los pinos, los minerales, el agua, nuestro futuro. Cuando entregamos esas puerilidades somos demócratas y amantes de la libertad; en cuanto pedimos la tajada del león, ¡allí si mano!, pa los gringos y los vendepatrias somos chavistas, comunistas, o lo que está de moda: terroristas.
¡Fuera el ALBA! ¡Adentro los gringos que tuvieron que dar otro coup d´etat para que besáramos con fruición los traseros of the-united-staters mother fuckers! Y tirar a la basura la Resistencia. Esa masa humana está sedienta de las cosas que la oligarquía no quiere compartir por las buenas, tal vez por las malas, con sangre.
Fuente: www.voselsoberano.com
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