Las Tejeras, 29 de octubre de 2009.
Palmerolo
Paisano Borrico
Te saludo con un poco de tardanza, por algunos días he estado metido de lleno en el trabajo para llevar algo de comida a casa; en esta escasez y pobreza que se agudiza, a raíz de unos problemitas de depresión del saco de frijoles y de maíz, y de haber perdido las coordenadas cartesianas de que esta dictadura tiene mil ángulos y de que el hambre toca a diario los postigos de la panza, que no perdona y que hay que andarle águila.
Que además de las armas, Palmerolo, es una de las fortalezas de la dictadura, empobrecer más a mi pueblo llevándolo en la ruta errática de ellos parasitar a gusto en el erario público, mientras van metiendo al pueblo en este catálogo de incertidumbre, hambre y miseria; persecución y represión selectiva; morgue y fosa anónima. Firma y sello falsos, pero muerte cierta.
Es que en esta guerra sucia contra el pueblo la base del asalto al país es el catecismo del Opus Dei, que es una suerte de fundamentalismo, cuyos efectos nos provocan diversas consecuencias, de cruz y hierro, como de una inquisición moderna de la política de señores feudales del siglo XXI, del asalto y el latrocinio en el nombre de un Dios falso, que se comulga en las carpas militares de la guerra sucia, en bacanal de sangre, como un día sirvió Herodes la cabeza de Juan el Bautista, en una bandeja de plata, en medio del festín de conquista de una nueva concubina.
Por suerte, Palmerolo, a mí sólo me ha tocado curtirme unos días en el trabajo para poder recuperar mi capacidad de vivir el diario morir de este momento histórico de vergüenza nacional; en que por ejemplo, a otros les ha tocado traicionar a los amigos y a los valores, para mantener un sueldo gubernamental, y avalar un gobierno espurio, que ya días hubiera caído, de no ser por esto, de que cada día nos pone ante el panorama de un precio en papel moneda, y de complicidad, con apariencia de inocente carnaza de la deshonra del bocado con pus.
En contraste con los que han ofrendado su vida, su libertad en la cárcel, su dignidad en un campo de concentración en el corazón de la capital de Honduras, en un destierro sin nombre, en cuyas sañas de tortura, la dictadura se refleja tal cual es, y en ella la esencia, como te decía, el catecismo del Opus Dei.
¿Qué se llama locura? ¡No, se llama crimen! Y como en todo crimen, hechor y cómplices se resguardan bajo una moral similar, de suerte aberrante y asesina contra lo más esencial del espíritu de la patria: la libertad.
Los protagonistas de esta dictadura atroz, no obstante, la han visto dura, con un pueblo fuerte y digno, que ha sido capaz, pese a las provocaciones de no caer en la locura de la guerra, manteniéndose a toda prueba en una resistencia pacífica ejemplar. Sosteniendo ante el mundo, un ejemplo de derrotar la guerra fratricida y loca del mundo, mediante una actitud de proclama a favor de la vida y la concordia.
He leído tu carta a Carlos H. Reyes, no sé si te la habrá contestado; también he analizado con detenimiento tu Decreto, que yo al menos, acataré, por una sencilla razón: El Frente de Resistencia, debe pasar a ser una fuerza beligerante en el nivel político. Sólo así será reconocido en una dimensión más clara en el ámbito nacional y por el mundo. Y se le verá en su estatura de actor de primera línea conduciendo al pueblo en la recuperación de la soberanía de la Patria.
Entonces hay que constituirlo, organizarlo, darle dimensiones orgánicas, hacer equipos en las comunidades, en los barrios, en las aldeas y equipos de apoyo en el mundo.
Conforme a tu Decreto, la desobediencia debe de ser una metodología de trabajo en el campo político que se traduzca en organización y en teoría política y operativa del Frente de Resistencia.
Tomando esa estatura, el Frente deberá tomar posiciones en otras esfera del orden político, hoy que ya está demostrado que los partidos golpistas, han quedado desvalidos ante las aspiraciones del pueblo de ver satisfechas sus necesidades básicas de vida y de seguridad; soluciones no venidas de arriba, sino surgidas de su participación ciudadana, siendo ellos y ellas, el pueblo de abajo, protagonistas.
¡Poder Ciudadano! Desde abajo.
Entonces amigo borrico, borradas ya mis cuentas de disculpas por mi breve silencio, curado mi ánimo con tus propuestas de un avance cualitativo en la lucha popular pacífica, cívica y ciudadana, de tumbar esta dictadura cerrándole el camino a sus proyectos ilegítimos como las elecciones ilegítimas de noviembre, con buen sentido de la responsabilidad, de que el vota es traidor porque avala el fraude ya preparado desde el momento de cómo se constituyó el tribunal nacional electoral, violando la ley, y de que el gobierno que convoca a las elecciones es ilegítimo, y los partidos políticos también lo son; porque al participar en las elecciones son cómplices de la violación a la constitución por el golpe.
Yo me adhiero a tu llamado de Poder Ciudadano.
Un resoplido, un buen grito de ¡Viva la Patria, abajo la dictadura! Y quedo pendiente de tu próxima carta.
Tu amigo Poeta.
Palmerolo
Paisano Borrico
Te saludo con un poco de tardanza, por algunos días he estado metido de lleno en el trabajo para llevar algo de comida a casa; en esta escasez y pobreza que se agudiza, a raíz de unos problemitas de depresión del saco de frijoles y de maíz, y de haber perdido las coordenadas cartesianas de que esta dictadura tiene mil ángulos y de que el hambre toca a diario los postigos de la panza, que no perdona y que hay que andarle águila.
Que además de las armas, Palmerolo, es una de las fortalezas de la dictadura, empobrecer más a mi pueblo llevándolo en la ruta errática de ellos parasitar a gusto en el erario público, mientras van metiendo al pueblo en este catálogo de incertidumbre, hambre y miseria; persecución y represión selectiva; morgue y fosa anónima. Firma y sello falsos, pero muerte cierta.
Es que en esta guerra sucia contra el pueblo la base del asalto al país es el catecismo del Opus Dei, que es una suerte de fundamentalismo, cuyos efectos nos provocan diversas consecuencias, de cruz y hierro, como de una inquisición moderna de la política de señores feudales del siglo XXI, del asalto y el latrocinio en el nombre de un Dios falso, que se comulga en las carpas militares de la guerra sucia, en bacanal de sangre, como un día sirvió Herodes la cabeza de Juan el Bautista, en una bandeja de plata, en medio del festín de conquista de una nueva concubina.
Por suerte, Palmerolo, a mí sólo me ha tocado curtirme unos días en el trabajo para poder recuperar mi capacidad de vivir el diario morir de este momento histórico de vergüenza nacional; en que por ejemplo, a otros les ha tocado traicionar a los amigos y a los valores, para mantener un sueldo gubernamental, y avalar un gobierno espurio, que ya días hubiera caído, de no ser por esto, de que cada día nos pone ante el panorama de un precio en papel moneda, y de complicidad, con apariencia de inocente carnaza de la deshonra del bocado con pus.
En contraste con los que han ofrendado su vida, su libertad en la cárcel, su dignidad en un campo de concentración en el corazón de la capital de Honduras, en un destierro sin nombre, en cuyas sañas de tortura, la dictadura se refleja tal cual es, y en ella la esencia, como te decía, el catecismo del Opus Dei.
¿Qué se llama locura? ¡No, se llama crimen! Y como en todo crimen, hechor y cómplices se resguardan bajo una moral similar, de suerte aberrante y asesina contra lo más esencial del espíritu de la patria: la libertad.
Los protagonistas de esta dictadura atroz, no obstante, la han visto dura, con un pueblo fuerte y digno, que ha sido capaz, pese a las provocaciones de no caer en la locura de la guerra, manteniéndose a toda prueba en una resistencia pacífica ejemplar. Sosteniendo ante el mundo, un ejemplo de derrotar la guerra fratricida y loca del mundo, mediante una actitud de proclama a favor de la vida y la concordia.
He leído tu carta a Carlos H. Reyes, no sé si te la habrá contestado; también he analizado con detenimiento tu Decreto, que yo al menos, acataré, por una sencilla razón: El Frente de Resistencia, debe pasar a ser una fuerza beligerante en el nivel político. Sólo así será reconocido en una dimensión más clara en el ámbito nacional y por el mundo. Y se le verá en su estatura de actor de primera línea conduciendo al pueblo en la recuperación de la soberanía de la Patria.
Entonces hay que constituirlo, organizarlo, darle dimensiones orgánicas, hacer equipos en las comunidades, en los barrios, en las aldeas y equipos de apoyo en el mundo.
Conforme a tu Decreto, la desobediencia debe de ser una metodología de trabajo en el campo político que se traduzca en organización y en teoría política y operativa del Frente de Resistencia.
Tomando esa estatura, el Frente deberá tomar posiciones en otras esfera del orden político, hoy que ya está demostrado que los partidos golpistas, han quedado desvalidos ante las aspiraciones del pueblo de ver satisfechas sus necesidades básicas de vida y de seguridad; soluciones no venidas de arriba, sino surgidas de su participación ciudadana, siendo ellos y ellas, el pueblo de abajo, protagonistas.
¡Poder Ciudadano! Desde abajo.
Entonces amigo borrico, borradas ya mis cuentas de disculpas por mi breve silencio, curado mi ánimo con tus propuestas de un avance cualitativo en la lucha popular pacífica, cívica y ciudadana, de tumbar esta dictadura cerrándole el camino a sus proyectos ilegítimos como las elecciones ilegítimas de noviembre, con buen sentido de la responsabilidad, de que el vota es traidor porque avala el fraude ya preparado desde el momento de cómo se constituyó el tribunal nacional electoral, violando la ley, y de que el gobierno que convoca a las elecciones es ilegítimo, y los partidos políticos también lo son; porque al participar en las elecciones son cómplices de la violación a la constitución por el golpe.
Yo me adhiero a tu llamado de Poder Ciudadano.
Un resoplido, un buen grito de ¡Viva la Patria, abajo la dictadura! Y quedo pendiente de tu próxima carta.
Tu amigo Poeta.
Fuente: golpehonduras-palmerolo.blogspot.com
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