Fabricio Estrada
Cuando la rabia y el triste horror que causó la masacre de la zapatería aún vibraba en el aire (más de 19 acribillados), viene y sucede esta renovada furia. Todos los factores siguen señalando una guerra política que instrumenta a sicarios y narcos, pero que intelectualmente, nace de las bandas políticas enraizadas en el partido nacional y el partido liberal, es decir, en los que por breves momentos se aliaron para planificar el Golpe de Estado contra Mel Zelaya.
Cuando la rabia y el triste horror que causó la masacre de la zapatería aún vibraba en el aire (más de 19 acribillados), viene y sucede esta renovada furia. Todos los factores siguen señalando una guerra política que instrumenta a sicarios y narcos, pero que intelectualmente, nace de las bandas políticas enraizadas en el partido nacional y el partido liberal, es decir, en los que por breves momentos se aliaron para planificar el Golpe de Estado contra Mel Zelaya.
Los grandes contratos de energía y otras misceláneas (contratos hipermillonarios) aprobados por el Congreso Golpista no han debido gustarles para nada a una de las bandas, y sus respuestas se suceden una tras otra: en una semana el Ministro de Seguridad Oscar Álvarez anuncia con bombos y platillos la incautación de miles de dólares escondidos en maletas, captura de avionetas cargadas de coca o encarcelamiento de sicarios, pero a la semana siguiente ocurre este tipo de masacres.
La policía es una cosa y los militares son otros, por lo tanto, ante la baja de imagen de Oscar Álvarez, sus estrategas más oscuros dirigen un operativo para sacar de la propia base aérea donde está resguardada, una avioneta misteriosa: entran delincuentes armados, inmovilizan a los soldados, prenden los motores y ¡arrivederci!... Los militares quedan como patitos ingenuos... la banda que apoya a Oscar Álvarez ha respondido audázmente.
Y claro, para seguir con la anestesia y para que el pueblo siga viéndolo todo desde la óptica de los malos y los buenos, la prensa cómplice comienza a verter en la mentalidad alienada la simpleza de que lo acaecido en el campo de fútbol y en la base aérea "es cosa de caprichosos y malvados delincuentes comunes". Los muertos, desde esta perspectiva, "habrán tenido que ver con algo", aún y cuando toda la comunidad sepa de la honorabilidad y humildad de sus amigos y parientes, víctimas gratuitos de una masacre más que "alguien necesitaba" como demostración de fuerza... algo así como cuando dos amigos brutales y fanfarrones apuestan a quién le pega más balazos a los gatos del barrio...
Y lo patético, y las marionetas, y la mascarada viaja a Ginebra sin mencionar lo que ha pasado, blindada en las declaraciones que llegaron desde Washington: "No se puede decir que en Honduras campea la violación a los Derechos Humanos... gran parte de lo que ahí sucede es producto de la violencia común y generalizada..." ¡Por supuesto, claro! ¡Si ya los medios cumplieron su papel de maquillar con este discurso a la opinión pública y durante muchísimos años de irla acostumbrando a la sangre!
Repaso todos los noticiarios, y de alrededor de 6 en horarios nocturnos (las horas en que más se ve noticias) sólo uno reporta lo sucedido: la mayoría se concentra en la avioneta robada y las declaraciones del Ministro de Defensa ¡Quieren dañar la imagen de las Fuerzas Armadas!.
Carajo, uno queda con la boca abierta ¡Ellos declaran este tipo de cosas para ellos mismos!
Mientras tanto, la policía inunda las calles, esta vez sola, sin los chaperones milicos.
Carajo, uno queda con la boca abierta ¡Ellos declaran este tipo de cosas para ellos mismos!
Mientras tanto, la policía inunda las calles, esta vez sola, sin los chaperones milicos.
Fuente: Vos el soberano
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