Por: Red Morazánica de Información
Tegucigalpa. Una apoteósica manifestación de casi cinco horas en memoria de Francisco Morazán, asesinado hace 168 años, y en demanda de una segunda y verdadera independencia, realizó este 15 de septiembre el FNRP, que comenzó a moverse pasadas las ocho y sólo ingresó al destino cerca de las once de la mañana.
Pese a que al llegar los primeros participantes a las proximidades eran retenidos y revisados por contingentes policiales que los obligaban a bajarse del vehículo y de autobuses en la avenida paralela Los Próceres, para caminar hasta el punto de encuentro, al final del Bulevar Morazán.
Esta segunda gran manifestación del FNRP en reclamo por una verdadera independencia, comienza a cambiar el desfile tradicional en el que las autoridades gubernamentales imponen el criterio, la voluntad y el estilo de las clases privilegiadas, para lograr nuevas prácticas culturales en las que el pueblo mantiene su voz.
Los miles de manifestantes del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP),integrado por organizaciones sociales, políticas, comunales y una gran mayoría del pueblo, cubrieron todo el espacio recorrido, de tal modo que al llegar al Centro Histórico de la Capital, Tegucigalpa, todavía demoraran más de dos horas en ingresar, luego de una caminata estimada de un kilometro y medio.
En su proclama el FNRP sostiene su decisión de lograr la transformación nacional y rescatar el poder popular de “una oligarquía mediocre que es funcionaria de los intereses transnacionales”, por métodos pacíficos, de manera integral y en todos los rincones del país.
Destaca el FNRP que el proyecto de transformación nacional para refundar a Honduras, está amparado por más de un millón 250 mil firmas que han sido colectadas en un trabajo tesonero bajo persecución, asesinatos y represión del régimen sucesor del golpe de Estado, que conduce Porfirio Lobo.
Las movilizaciones del FNRP se realizaron en varios departamentos del país, Cortes, Copán, Santa Bárbara, Atlántida, Choluteca, Comayagua, El Paraíso, Olancho, Colón.
Nada por dinero, creatividad y esperanza por una Honduras distinta.
“Una brocha, una manta, una pintura, el FNRP no tiene precio”, expresaba un letrero más vertical que horizontal, que portaban dos jóvenes estudiantes, en el que expresan el esfuerzo creativo y de bajo costo que hace la Resistencia, en una crítica al dinero por buen desempeño ofrecido por el titular de la secretaria de Educación, Alejandro Ventura, a estudiantes que desfilaran con el sector oficial.
Un gigantesco estandarte rojo del FNRP, de unos 12 por 4 metros, elaborado por grupos de jóvenes artistas y técnicos voluntarios fue extendido transversal a las filas de caminantes. La gente llevaba ramas de árboles a los que amarraron sus banderas, pedazos de cartulinas con mensajes; las bandas estudiantiles y palillonas de los principales colegios estatales, se desplazaban con alegría y con orgullo de participar y hacerlo bien.
Armazones de papel y de alambre, alegorías de gorilas, de payasos, un dúo vestido de árabes llevan en sus manos los edificios de la corte Suprema y de la Fiscalía, sugiriendo que el control de la justicia y de la aplicación de la ley está en manos de un grupo de las 10 familias, la mayoría de origen palestino.
El dramático escenario de la justicia en Honduras.
Un maestro del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (Copemh), está recostado al pasamano del puente, sobre la trifurcación que lleva a la Avenida Los Próceres-Bulevar Morazán-Alameda, muestra una maqueta de la edificación de la Corte Suprema de Justicia, convertida en un caos, rodeada de militares, de policías, de tanquetas, de dinosaurios, lagartos y gorilas.
En tanto que la diosa Temis de la justicia tiene su mano amputada, cercada por cocodrilos y alimañas, está atada con cadenas a un enorme dinosaurio, sobre cuyo lomo yace tirada la mano amputada junto a su balanza.
Los más curiosos se arremolinaban con admiración y respeto alrededor del desfile del grupo Arco Iris de la población LGTB (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual y Transgénico), el que era amenizado por una banda musical vestidas de palillonas, una figura de folión carnavalesca, y una miss universo gay, Gissel Meyer.
Meyer, quien, muy alta y esbelta, caminaba al frente, en una corta declaración a algunos medios que la cercaban dijo que “todos tenemos iguales derechos, todos tenemos derecho de amar, somos todos iguales”.
La bandera de la desobediencia civil.
El desfile era encabezado por una enorme bandera de Honduras de unos 20 por 5 metros, la que fuera arriada de un pedestal de la Plaza de las Banderas, sobre el Bulevar a Suyapa, durante el pasado Paro Cívico, por un grupo de jóvenes estudiantes en una acto de desobediencia civil.
Entremedio, una figura artesanal de alambre y de papel, vestido de sombrero y subido en un caballo a la usanza de Manuel Zelaya, era llevado por un grupo de resistentes que lo movían mientras decían que Zelaya ya había regresado.
Antes de la bandera nacional, el portaestandarte llevaba una pancarta nueva hecha para la ocasión, en la que, junto la imagen de Morazán y de Manuel Zelaya, se marcaban los 441 días de resistencia y el millón 269 firmas de declaraciones soberanas para una constituyente, colectadas desde abril hasta septiembre.
Bomberos y Cruz Roja reciben reclamos.
Toldos del Cuerpo de Bomberos y carpas de Cruz Rojas fueron instalados a la orilla del Bulevar, como no había ocurrido antes. Varios manifestantes que pasaban, reclamaban en voz alta a los bomberos y a socorristas, por la gran mayoría de veces en que las dos organizaciones humanitarias ignoraron a los heridos y muertos en los peores momento de represión policial y militar a colectivos de manifestantes.
“¡Golpistas, nos dejaron solos en Alauca!”, les gritaban, en alusión al lugar donde el militarismo instaló una zona de excepción, semejante a un gueto, durante una semana, en el segundo intento de Manuel Zelaya por ingresar al país. Tiempo en el que hubo denuncias de que ambulancias habrían trasladado bombas lacrimógenas en lugar de llevar auxilio a los agredidos.
Aparecen los Zelaya.
A la altura del Edificio Maya, y como a las nueve y cuarenta y cinco, ocurrió una ruptura del desfile cuando un grupo de personas se dieron cuenta de la presencia de Xiomara Castro, la esposa del presidente defenestrado, Manuel Zelaya, y corrieron a rodearla y abrazarla. La que era seguida a escasa distancia por la madre de éste, Hortensia Rosales Zelaya.
Ambas mujeres, que también estaban acompañadas de Carlos Armando Zelaya, hermano mayor de Mel, se detuvieron por unos minutos en Radio Globo, desde donde enviaron mensajes de solidaridad a la Resistencia.
Castro, recordó los días en que vivió intensa persecución policial y aseguró que la Resistencia puede contar con ella.
Las desesperadas Letanías del padre Goyo.
“San Willito Wong, hasta ti mi lamento entono, para que te dignes a darme el bono”, decía el famosos personaje de las manifestaciones de la Resistencia, Padre Goyo, que en una parodia sacerdotal que alude al Cardenal hondureño, Óscar Andrés Rodríguez, acompaña orando y rezando letanías, en tanto los demás manifestantes responden “Amen”.
William Chong Wong, es el titular de la Secretaría de Finanzas, y los bonos se han vuelto una modalidad financiera de uso frecuente por el Régimen, que entrega bonos de transporte, de estudios, de tercera edad, de madres solteras, de familias, de ajuste a docentes y ahora ofreció elevar el salario mínimo a los trabajadores a través de un bono de dos mil lempiras, que no sirven al consumo básico.
“Todos conocen de la carretilla, pero más vergüenza son los 100 mil de la Rectoría”, decía para referirse a una regalía que la rectora universitaria reconoció haber entregado a la Policía a cambio de custodiar la Universidad; como también lo aceptó el secretario de Seguridad, Oscar Álvarez, luego de que se filtró una información desde la tesorería de la UNAH.
“A ti te sigo rogando San Remigio y San Rangel, porque a Romeo Vásquez lo mandaron a Hondutel”, rezaba en ironía al nombramiento del General Romeo Vásquez Velásquez, quien encabezó la acción militar del golpe de Estado y luego fue nombrado por Porfirio Lobo como gerente de la empresa estatal de comunicaciones.
Helicópteros militares sobrevuelan el área, accesos bloqueados, oligarquía y el régimen temen a la masiva presencia popular.
Retenes militares bloqueaban el acceso al Estadio Nacional, donde ya casi finalizaba un desfile oficial integrado por miembros del régimen, algunas escuelas y militares; pero la Resistencia no pretendía entrar porque se dirigía al Casco Histórico de la Capital
A escasas cuadras, también estaba bloqueada por los militares la entrada a la calle que conduce al Complejo Hotelero General San Martin.
A las 10 de la mañana, la cabeza de la movilización integrada por unos sesenta motorizados había recorrido ya un poco más de un kilometro hasta la
Avenida Palmira que conduce al Centro, donde patrullas policiales que se conducían a alta velocidad, rondaban el área de La Plazuela.
Llegan los primeros manifestantes al Centro Histórico.
Unos sesenta motoqueros fueron los primeros en ingresar al Centro, como a la 10 y cuarto. Observaron el área y comenzaron a rodear la glorieta, donde se erige la estatua ecuestre de Francisco Morazán, que estaba adornada con arreglos florales colocados por el Régimen y era vigilada por cinco cadetes de la escuela Militar.
Los motoqueros comenzaron a circular con sus motos girando alrededor de la plazoleta, por lo que un contingente militar se distribuyó en torno al área, abajo en el zócalo.
Los motociclistas se retiraron y regresaron unos 20 minutos después, presionando para que los soldados abandonaran el lugar y dejaran libre la zona.
“Queremos la plaza, la plaza es del pueblo”
Un conato de confrontación ocurrió cuando un grupo de resistentes pedían al suboficial encargado, que se retirara la vigilancia militar para subir a la glorieta y hacer homenaje a Morazán, pero el jefe del contingente se negaba a salirse.
Los otros manifestantes que bordeaban la plazoleta gritaban: - “¡Morazán es del pueblo!”, -“ ¡Queremos la plaza!”, -“¡La plaza es del pueblo!”
La Resistencia toma control de la plaza.
A las 10 y 46, un grupo de jóvenes, subió a la glorieta, luego escaló a la estatua de Morazán y le pusieron un estandarte del FNRP en cada mano. De inmediato, otro grupo subió y extendió una bandera grande del Partido Liberal, seguidos luego por miembros de la Central General de Trabajadores (CGT), quienes explayaron una manta grande con la sigla de su organización. Los militares y cadetes, se retiraron.
Inmediatamente aparecieron banderolas con imágenes de Morazán, del Che, del FNRP, Urge Mel, Morazán es Nuestro, Frente Amplio de Máxima
Expresión de Liberación (FRAME) y más.
Uno de los activistas liberales denunció la presencia de dos agentes de la Dirección General de Investigación Criminalística (DGIC); y por micrófono, les pidió que se retiraran.
Inicia el acto central.
Pasados doce minutos de las once, el dirigente magisterial, Luis Sosa, inició las consignas y aseguró que la cantidad de manifestantes era el doble de lo que habían participado el año pasado, mientras que el desfile oficialista no había conseguido llenar ni el 10% del Estadio Nacional, donde concluyó ese evento.
Fue entonado el himno nacional y el Sub Coordinador Nacional de FNRP, Juan Barahona, leyó la proclama en demanda de una segunda independencia. Pero, antes, denunció que hubo represión policial a la manifestación en Choluteca, donde fueron detenidos tres estudiantes de la Fuerza Universitaria Revolucionaria (FUR).
Luego, habló la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, quien aseguró que el presidente Zelaya estaba listo para regresar y que sólo era cuestión de que se r los falsos juicios de lo que le acusan, y al día siguiente él estaría en Honduras.
Entre otros miembros de la Resistencia discursaron también, la abuela Dionisia Díaz; el niño Oscar David Montesinos; del Partido Liberal, Rasel Tomé; el secretario general del FNRP, Edgardo Casaña; y, el secretario general de la Confederación Única de Trabajadores de Honduras (CUTH), Israel Salinas.
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