Mel, un líder con dos propuestas

En la primera Asamblea del Frente Nacional de Resistencia celebrada en Tocoa el domingo recién pasado Manuel Zelaya fue nombrado por “unanimidad” Coordinador del Comité Ejecutivo del Frente Nacional de Resistencia (FNRP). La resolución fue acordada como resultado de la Primera Asamblea de 56 delegados y cuyo nombramiento, según se dijo, no es sustituible y únicamente Zelaya lo puede ocupar.
Uno de los participantes en la asamblea señaló que “el objetivo que tiene el FNRP es la Asamblea Nacional. Lo que importa ahora, no es si seremos un partido político, lo importante es que somos la principal fuerza social y política del país y que hemos logrado reconfigurar el mapa del poder en Honduras. En Honduras tenemos que construir un proyecto político participativo, con metas y objetivos claros. Tenemos que organizarnos, formarnos políticamente y movilizarnos como ha mandado el Frente Nacional de Resistencia Popular para construir un movimiento amplio y tomar el poder”.
En otras coordenadas político-ideológicas, los miembros activos del Partido Liberal de Honduras por medio de un “campo pagado” se dirigen al pueblo hondureño y a los correligionarios liberales reflexionando sobre la crisis en la que se encuentra el partido. Para ellos, los dos hechos fundamentales que han conducido a esta situación han sido el fracaso electoral y el golpe de estado. Son bien conscientes que una de las consecuencias ha sido “la irrupción en el cuerpo social hondureño un intenso fenómeno de polarización y que tiende a la confrontación incontrolada entre las clases sociales”. Y al considerarse como fuerza política mayoritaria se proponen como tarea prioritaria la reconciliación nacional como salida a la crisis política.
Entre las varias soluciones que proponen destacamos aquella en la que afirman: “exigimos el retorno inmediato a nuestro país, sin condiciones y con las debidas garantías jurídicas y políticas, del ex presidente José Manuel Zelaya Rosales, en su carácter de líder nacional y de auténtico dirigente de nuestro partido”. Por su parte, el Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal ha delegado en Elvin Santos padre para que viaje a República Dominicana y tenderle una mano al ex presidente Manuel Zelaya Rosales: será una decisión suya si quiere organizar una corriente y participar en las próximas elecciones primarias e internas. Y esto lo hacen aún a sabiendas de su nombramiento como coordinador del Frente Nacional de Resistencia.
El caso es que a final nos encontramos con una situación insólita en la historia política de Honduras: un presidente que fue derrocado por un golpe de Estado y enviado al exilio y, después de un año, es reclamado por dos proyectos y fuerzas políticas antagónicas. El presidente que fue proscrito, enviado al exilio y considerado como el causante de la mayor división y polarización en la vida del país, ahora resulta que su regreso es fundamental para salir del estancamiento institucional en el que nos encontramos y para hacer posible la reconciliación nacional.
En ambas posturas lo que se destaca es la inviabilidad histórica de sus proyectos políticos. Por parte de la Resistencia diera la impresión que estamos aún en la década insurreccional donde la toma del poder era uno de los ingredientes fundamentales de su ideario político. La historia política de los últimos decenios nos ha enseñado que el único camino para la izquierda es por la vía democrática y electoral. Y, por su parte, el partido liberal, anacrónicamente, aún quiere “vendernos los golpes de estado” como si fueran legales y constitucionales.
En definitiva, ante la ambigüedad y falta de lucidez de ambas posturas nos peguntamos si no se esconde la propuesta de una especie de “neopopulismo reciclado” como solución al estancamiento de la vida política nacional.

Nuestra Palabra, Editorial Radio Progreso, 16 de julio de 2010
Fuente: Vos el soberano