ALBA Por Noel Manzanares Blanco/ Servicio Especial de la AIN
La VIII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) que sesionó en La Habana a mediados de este mes, devela que sí son posibles la innovación y el conocimiento a favor de la mayoría.
Precisamente, el primer día de diciembre, en Estoril, Portugal, concluyó la XIX Cumbre Iberoamericana sobre el tema “Innovación y Conocimiento”. El documento, denominado Declaración de Lisboa, emanado de ella, reconoció su importancia para erradicar la pobreza y mejorar la salud de los pueblos.
No obstante, dicha Declaración, en su acuerdo 27, aboga por el incremento sustancial de capital del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial (BM), para asegurar que cuenten con recursos suficientes para el financiamiento para el desarrollo. Ahí radica el problema.
¿Cómo aspirar a que la innovación y el conocimiento contribuyan al mejoramiento humano a partir de bancos que son responsables del desorden financiero internacional?
Otra oferta cualitativamente diferente se halla en el grupo ALBA-TCP. Los acuerdos de la Declaración Final de su VIII Cumbre, así lo demuestran.
Por ejemplo, quedaron aprobados los Planes de Acción de políticas educativas y estratégicas para el Proyecto Grannacional ALBA-Educación, que contemplan las características, los principios, los propósitos y los contenidos definidos en precedentes acuerdos.
También, promueve extender de forma sistemática los servicios educativos en los países miembros hasta alcanzar la cobertura total, a fin de garantizar el acceso a la educación primaria universal, y avanzar en el acceso a la secundaria.
Otro propósito es constituir la Red de Ciencia, Tecnología e Innovación que facilite fomentar capacidades para la generación y transferencia de conocimientos y tecnologías en sectores clave para el desarrollo socioeconómico sostenible.
Se ha acordado promover proyectos dirigidos a lograr que el conocimiento se transforme en nuevos productos y servicios que se utilicen de forma conjunta, entre los países del ALBA -TCP.
Además, fortalecer la coordinación y concertación de políticas en la esfera de la soberanía tecnológica, así como la concreción de acciones que gradualmente faciliten el acceso de las poblaciones en los países miembros de la Alianza a los servicios de telecomunicaciones.
Sin lugar a dudas, las acciones emanadas de la VIII Cumbre ALBA-TCP anuncian el empleo de la innovación y el conocimiento en función de los pueblos.
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Fuente: cadenagramonte.cu
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