El presidente constitucional de Honduras, José Manuel Zelaya, se encuentra prisionero en la Embajada de Brasil desde hace un mes. Los golpistas mantienen un cerco sin precedente argumentando que están listos para arrestarlo por sus innumerables crímenes y delitos. Estos mismos que lo acusan dicen que están dialogando con la mejor voluntad para alcanzar la paz en el país. Son los mismos que tienen montada una fraudulenta jornada electoral para dentro de un mes y días.
El dictadorcillo no es ni de cerca un Pinochet. Los Pinochet de este golpe están en otro lado; tras la sombra, manejando los hilos del sistema. Sobresalen las figuras de una Vicecanciller Martha Lorena Alvarado de Casco, miembro activo del Opus Dei e hija de un golpista activo en los sesenta, Andrés Alvarado Puerto. También sobresale la octogenaria figura de Rafael Pineda Ponce, vividor de profesión que comenzó sus andadas en los años setenta, y ahora es un ilustre casa teniente con un hijo aspirando a seguir la tradición familiar, pero todos ellos son solo los lacayos que llevan adelante esta monstruosidad.
Si analizamos la fauna del régimen, nos damos cuenta que la base teórica en que se ha sustentado este golpe no está en el gobierno de facto. La cara visible de este grupo esta constituida únicamente por oportunistas, corruptos y mercenarios. La misma Marcia Facussé de Viileda carece del talento para llevar a cabo, y menos aun mantener esta aberración.
Ahora debemos buscar la fuente de vida para el mantenimiento de este “robusto” régimen en acción y en derroche de recursos para reprimir al pueblo y desafiar a la inútil comunidad internacional.
La respuesta debemos buscarla, sin duda, en las fronteras de Honduras con los países vecinos, especialmente con Guatemala. Las transnacionales patrocinadoras del golpe, a quienes no les importa cuantas vidas deben sacrificar para mantener sus privilegios, se han sustraído de la timorata condena hacia el rompimiento del orden constitucional, y se mantienen activas moviendo miles de contenedores a través de nuestras fronteras.
La frontera con Guatemala es particularmente activa con mas de 400 contenedores al día, que entran con sustento para el régimen. Ellas promueven un comercio interno que genera ingresos para el régimen en la forma de impuesto sobre ventas; impuesto sobre la renta y otros ingresos que mantienen el oxígeno a nivel óptimo.
Si nos fijamos bien la crisis económica impacta al pueblo, pero el gobierno espurio mantiene el vigor, y declara con cinismo que tiene reservas para mantenerse hasta marzo. ¿Reservas de qué? ¿Quién se las da?
Los hondureños debemos entrar en una etapa de más disciplina en la lucha y entender estos actores clave de la crisis. Es nuestra obligación movilizar nuestra atención hacia una lucha más prolongada que requiere de una posición firme de parte nuestra. Una posición que planifique, coordine y ejecute acciones verdaderamente impactantes sobre la economía fascista.
No se trata de movimiento guerrilleros. Entendemos los niveles de frustración que causan el cinismo y la impunidad con que actúan los golpistas a la vista y paciencia de la OEA y otros adefesios que no son capaces de frenar la ofensiva anti democrática imperial. La lucha armada es una etapa a la que no quisiéramos llegar, pero la derecha nos cierra las opciones. Sin embargo, en este momento el valor nos debe llevar a la búsqueda de estadios superiores de organización.
En este momento necesitamos dirigir nuestros esfuerzos a transmitir información a nuestro pueblo; a hacer consciencia; a redefinir las acciones de resistencia pacifica. Debe notarse que no es lo mismo resistencia pacifica que pasiva. No es nuestra intención pasar a ser parte del paisaje golpista.
Necesitamos coordinar acciones que limiten, afecten, entorpezcan la actividad económica golpista. Los empresarios locales se han movido con eficiencia para obtener apoyo decidido y constante de la burguesía local, especialmente la guatemalteca. El enfoque de nuestro movimiento debe buscar la disciplina de aquellos que luchamos en resistencia.
Hasta ahora no hemos organizado grandes campañas de boicot a la compra de productos provenientes de empresas que apoyan al golpe. Hemos acusado al grupo INTUR, pero no tenemos una campaña sistemática, coordinada, permanente en contra del consumo de comida chatarra. Y que pasa con los productos de Miguel Facussé (todos los Naturas por ejemplo) o los de Unilever (champú, alimentos y muchos más). Todos ellos pagan impuestos que van a dar a los criminales. Estos son sólo ejemplos. Hay muchos ejemplos de cosas que entran en los contenedores mencionados.
¿Qué pasa con el consumo de cervezas, Coca Cola, Pepsi Cola y otros? ¿Podemos prescindir de estos productos? ¿Dar el ejemplo? ¿Por qué no trabajamos en la dirección de definir la enorme lista de cosas que mantienen al régimen, y comenzamos a construir consciencia sobre la necesidad de agotar económicamente a estos usurpadores?
Debemos ser muy creativos. Buscar todas las maneras posibles para frenar el flujo de mercaderías. En acciones no armadas concretas en las zonas fronterizas podemos llevar a las transnacionales a reconsiderar sus acciones anti democraticas.
Debemos ser muy realistas, no hay solución rápida para este asunto. Los que promovieron el golpe lo hicieron con el propósito de interrumpir el proceso de refundación de la patria que se había iniciado. Ellos no van a ceder en ese empeño. No van a renunciar a las posiciones que alcanzaron por la fuerza. Y no les va a importar seguir aplicándonos todos los métodos represivos a los que tengan acceso
La lucha seguramente nos ira diciendo que es lo que debemos hacer. Por ahora es imperativo que todos los que escribimos hagamos esfuerzos serios por ampliar nuestro ámbito de influencia. Que más gente tenga acceso a nuestras opiniones; organicemos nuestro esfuerzo; busquemos las maneras de apoyar efectivamente al frente nacional de resistencia. Debemos unificar criterios, y orientar a nuestro pueblo.
Hay mucho por hacer y nosotros tenemos la capacidad de incorporarnos con fuerza decidida a este proceso liberador.
No me cabe la menor duda de que si organizamos a todo este inmenso grupo de pensadores nuestro impacto en el camino hacia la construcción de una patria nueva será mucho mayor y efectivo.
Juntos somos invencibles, solo necesitamos entender la verdad en estas palabras.
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